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Salud 12 de julio de 2016

Los edulcorantes artificiales aumentan el apetito

Generan un efecto en la parte del cerebro que estimula el deseo de comer y alteran las percepciones del gusto.

El consumo de edulcorantes artificiales, que se suelen utilizar al hacer dieta para sustituir el azúcar, provocan un aumento del apetito, según una investigación científica publicada en la revista especializada Cell Metabolism.

El estudio del Centro Charles Perkins de la Universidad de Sydney y del Instituto Garvan de Investigación Médica, también con sede en esa ciudad australiana, concluyó que los edulcorantes generan un efecto en la parte del cerebro que estimula el apetito y alteran las percepciones del gusto.

Por eso, a pesar de tener menos calorías, los edulcorantes hicieron incrementar el peso en los animales estudiados, algo que los científicos dicen poder extrapolar a los humanos, según el estudio reseñado por la agencia EFE.

“Después de la exposición crónica a una dieta que contenga como edulcorante la sucralosa, vimos que los animales empezaron a comer más”, sostuvo Greg Neely, profesor de la Universidad de Sydney.

El principal aporte de la investigación, según la agencia española, radica en la explicación sobre por qué sucede tal fenómeno, con la identificación de un sistema en el cerebro que siente y vincula el componente dulce y energético de los alimentos.

“Encontramos que en el interior del cerebro, la sensación de dulce se asimila a la de contenido energético. Cuando se pierde el equilibrio entre el dulce y la energía por un cierto periodo de tiempo, el cerebro recalibra e incrementa el total de calorías consumidas”, indicó Neely.

El estudio se llevó a cabo en un primer momento con moscas de la fruta, que tras ser expuestas durante cinco días a edulcorantes artificiales aumentaron su consumo de calorías en un 30 por ciento respecto a su anterior dieta, a base de fruta con azúcar natural.

Después se extrapoló el estudio a mamíferos con una muestra de ratones que, tras siete días de consumir edulcorantes artificiales, aumentaron de forma significativa su consumo de comida y mostraron secuencias neuronales similares.

“El consumo crónico de edulcorante artificial incrementa la intensidad del dulce respecto del azúcar real y, en su momento, se incrementa también el incentivo del animal a comer más”, explicó Neely.

Otros efectos secundarios de los edulcorantes artificiales, según el estudio, son la hiperactividad, el insomnio y la bajada de calidad del sueño, que también son consecuencia del hambre o el ayuno.