“Me avisaron a fines de diciembre de esta pelea y realmente no la esperaba. Hacía tiempo venía pensando que quería cosas distintas para mi carrera. Cuando llegó esta chance, para mí fue como una señal. Del destino, del universo, como quieras llamarle. Un aviso de que tenía que hacer lo mío con más ganas todavía, de que está todo dado para que las cosas salgan bien”, confesó Franco Acosta, el invicto púgil marplatense (9-0-0, con siete nocauts) que irá por el título argentino de los mediopesados.

“El León”, como lo apodan, se medirá este sábado en el Palacio de los Deportes de esta ciudad con el “Yacaré” Walter Sequeira, un experimentado de 34 años, en uno de los combates de fondo de una velada organizada por el promotor Osvaldo Rivero con televisación a todo el país por el ciclo “Boxeo de Primera” de TyC Sports.

-¿Cómo llegás?
-Espectacular después del mini-campamento que fuimos a hacer a Buenos Aires con Santiago Sánchez para guantear con chicos de allá. Fue una muy linda experiencia. Ocurre que en Mar del Plata nos conocemos de memoria con Lucas Bastida, Leonel Ávila o el mismo Santiago y no es lo mismo. Los pibes contra quienes guanteamos ahora no respetan a nadie y al variar constantemente tampoco nos podíamos acostumbrar a alguno.

-¿No te gusta guantear contra los de siempre porque se mide la mano o porque se hace rutinario?
-No se mide la mano, sí se hace rutinario. Nos conocemos tanto que con un simple golpe de vista ya sabés lo que cada uno de ellos va a hacer.

-¿Qué te puede oponer Sequeira?
-Supongo que voy a encontrarme con un rival que me va a querer tirar encima la experiencia, su nombre y trayectoria, las mañas que tiene todo boxeador experimentado. Yo estoy seguro del laburo que hice, En Buenos Aires Juan Parrao hizo un laburo espectacular con nosotros,

-La pelea es a diez rounds, nunca llegaste a esa distancia, ¿cómo lo imaginas?
-En mi penúltima pelea, con José Luis Yana, fui a seis rounds y llegamos a las tarjetas. Eso fue lo máximo. Si se da, creo que será una experiencia linda. Con todo el trabajo que tengo acumulado, todos estos días de guanteos tan intensos y duros, creo que podría pelear doce rounds en lugar de diez.

-¿Qué es lo bueno y que es lo malo de ser hijo de “Siru” Acosta, otro boxeador reconocido?
-Tengo sentimientos encontrados con esta cuestión. El me ahorra muchas malas experiencias con consejos. ”Por acá sí, por acá no”, te marca. Èl, que vivió muchas, quiere ahorrarme malos ratos y malas peleas. Tiene muchas cosas buenas que tu viejo sea boxeador, más allá de que yo lo quiero retirar hace tres años.

-¿Por qué?
-Porque si bien es un tipo joven, no lo es tanto para el deporte. Se faja en algunos casos con boxeadores mucho más chicos que él y a nadie le gusta ver que al padre le pegan.

-¿Y lo malo?
-Lo traté mucho con mi psicólogo deportivo. A mí me hacía mal que me digan “sos hijo de” o “llegaste acá porque sos hijo de tu papá”. Me comparaban mucho con él y somos dos personas distintas. Está más que claro que el me metió en el boxeo, pero arriba del ring soy yo.

-Ganaste siete de tus nueve peleas antes de las tarjetas, ¿te definís como noqueador explosivo o calculador?
-No soy el boxeador que sale a arrancarle la cabeza al rival. Para mí el nocaut es uno de los posibles resultados de una pelea y no hay que desesperarse si no llega. Nadie me obliga a ganar por nocaut, es un resultado que puede darse. Si lo puedo conseguir, bienvenido, yo busco meter la mano. Me destaco por la paciencia arriba del ring, no así en los guanteos. Pero entendí que no ganás nada desesperándote por noquear; por el contrario, te frustrás, como me ocurrió en la pelea con Yana.

-¿Qué valor le das a esta posibilidad por el título argentino?
-Mucho. Que la pelea sea por un título me suma expectativas.

-¿Qué quisieras de este año?
-Recientemente perdimos uno completo. El año de la pandemia no lo recuperamos con nada. Entonces ahora quiero hacer la mayor cantidad de peleas posibles. Ojalá que este sábado sea mi despegue y el primer paso de un muy buen año.