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Cultura 10 de octubre de 2016

Poemas, relatos, canciones, el nuevo libro de Cristina Larice

Malvina, Soledad y otras historias, de Cristina Larice, con ilustraciones de Guillermo Roura. Editorial MB.

Por Sebastián Jorgi

Poemas, relatos, canciones y una obra de teatro para títeres componen el contenido de esta nueva entrega de Cristina Larice. Instalada en su barrio de Bosque Alegre, donde despliega una sostenida labor fomentista, le ha cantado y le sigue cantando a Mar del Plata.

Y entre estos cantares suele entretejer sentidos homenajes a aquellas y aquellos que hicieron la historia literaria y cultural de esta ciudad, donde también “vive un caballito de mar”, donde “el hipocampo y su princesa bailaron en la rampa del Torreón”.

El diálogo entre Malvina y Soledad tiene envíos emotivos: Soledad se despide de Malvinas y se viene a Mar del Plata, donde cantará “Yo soy Argentina” y se encontrará con Alfonsina en La Perla. La imaginería de nuestra autora, los gags, más allá de lo lúdico inherente a la literatura para niños —a los que conoce muy bien como maestra y mamá de cinco hijos— el tema identitario aflora con fuerza.

Al despedirse, acuerdan comunicarse por Twitter, Watsapp o Facebook: aggiornamientos ineludibles para los chicos de nuestra época. Es decir, Cristina Larice deslinda gracia para reflejar, no sólo lo comunicacional actualizado, sino para ensamblar las diversas aventuras de los personajes de Mabruja, Ruperto, Popy (el lobito contemporáneo), Mariucha, Jacinto, Sapo Tito y Piti.

Destacable es el manejo de los tiempos en estas tramas divertidas, como así también el uso adecuado de las aliteraciones, las onomatopeyas, que hacen a una sonoridad rítmica para el oído de los niños. Es decir, Cristina Larice compone los “libretos” equilibrada e inteligentemente. Y las historias están ilustradas por las manos del dibujante Guillermo Roura, artista plástico representativo de Mar del Plata.

No se olvida de sus afectos: en Moniquita -dedicado a Mónica Roca- le rinde también un cálido recuerdo a una colega amiga transformada en el personaje de Ramonita. La obra para títeres, Una tarde con espíritusss (así, con la s repetida), dedicada a sus hijos y nietos, amigos y vecinos, es enviada a través de objetivos didácticos y tiene una fuerte connotación ecológica, en defensa del medio ambiente.

Aquí, los diálogos, la puesta de voces, lucen naturalmente en el recorrido de los tres actos, que transcurren en Bosque Alegre.

A propósito, cierra el libro, Mi barrio, poema por el que el Honorable Concejo Deliberante aceptó el nombre de “Plaza del Lago”. Un libro escrito con precisa textura, sin impostaciones, empujado desde el amor y de la emoción. Y sí: debe ser que su barrio, estimada poeta , “tiene perfume a tilos, a eucaliptus, a niños”.



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