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Cultura 28 de junio de 2022

El mundo de la cultura, conmovido por el fallecimiento de Ángeles Salvador

La autora murió este martes en Buenos Aires "víctima de una complicación en su salud a partir de un cuadro de Covid-19".

La escritora Ángeles Salvador, autora de las novelas “La última fiesta” y “El papel preponderante del oxígeno”, falleció a sus 50 años por una complicación de salud tras un cuadro de Covid-19, según dieron a conocer amigos y allegados.

La información circuló en un principio por un tuit del periodista Esteban Schmidt: “Deja tres hijos, aún pequeños, brillantes y talentosos como ella, dos libros y el gran ejemplo de sacarle el jugo a la vida con lo que hay disponible. Tenía 50 años. Que brille para ella la luz que es eterna”.

Rápidamente, muchos colegas se hicieron eco de la repentina muerte de la escritora, como la Unión Argentina de Escritoras y Escritores, que escribió: “Despedimos con dolor por su partida temprana a Ángeles Salvador, autora de estilo particular y desfachatado, y abrazamos a sus seres queridos en estos duros momentos”.

También Martin Sivak, al frente del Diario ar, donde Salvador colaboraba, publicó: “Murió Angeles Salvador, escritora y autora de dos novelas extraordinarias. En el último año empezó a escribir en el diario sobre un tema que le interesaba e incomodaba: el dinero. Nuestra gratitud por todo lo que dijo y como lo dijo”.

En ese medio informaron que la autora murió en Buenos Aires “víctima de una complicación en su salud a partir de un cuadro de Covid-19”.

Ángeles Salvador nació en Buenos Aires en 1972. Publicó cuentos en diversas antologías y en revistas literarias y las novelas “El papel preponderante del oxígeno” y “La última fiesta”, su última novela donde aborda la intimidad del poder.

A propósito de este libro, que se publicó el año pasado, la autora dijo a Télam: “Me encantan los políticos. Suele ser gente brillante, decidida, ambiciosa, memoriosa, madrugadora y trasnochadora por igual, son buenos actores y son valientes hasta la inmolación. También son todo lo peor”.

Si bien su trayectoria comenzó como actriz, a poco de cumplir los 40 años se volcó a la literatura donde destacó por una prosa ágil, certeza, lúcida y aguda, que la llevó a dar forma a dos novelas muy distintas.

En su ópera prima “El papel preponderante del oxígeno” abordó el universo vertiginoso de una joven que, al perder a sus padres, es criada por sus tíos, de quienes buscará alejarse apenas traspase la adolescencia para iniciar una vida marcada por la soledad, mientras que en “La última fiesta”, la escritora se metió entre los entretelones de la rosca política, las dinámicas farandulescas y periodísticas de los veranos en Punta del Este y las miserias matrimoniales.

La conmoción y la tristeza por la inesperada y temprana muerte de la escritora y periodista se replicó en comunicados formales y en redes sociales con sentidos mensajes de colegas y amigos que celebraron su paso por la escena literaria local y lamentaron su partida.

“La mejor manera de recordar a Ángeles Salvador es leyendo ‘El papel preponderante del oxígeno’, una extraordinaria novela”, escribe en Twitter el periodista Horacio Convertini, reconocido autor de novela negra. Es que ese libro, el primero de los dos que deja Salvador como legado, publicado a sus 45 años, da cuenta con lucidez y mucho humor de la intimidad de la clase media argentina contemporánea.

Esa característica radical en su escritura, que se da a conocer en esa publicación tardía -antes había sido actriz y todavía no había llegado su otra novela, “La última fiesta”, que refrescó en 2021 la escena literaria- queda plasmada en el breve tuit de Ana Correa, activista feminista, también periodista y escritora como ella: “En su último libro se reía de todo, como en las entrevistas. Amorosa y agradecida”.

En esa “Última fiesta”, su prosa es demoledora: “Cuando me preparaba para los mejores días de mi vida vinieron los peores. Me llamo Stella Maris Blanco y cada mañana, cuando me despierto en esta celda que hice pintar de amarillo, me arrepiento de haber organizado la fiesta de mis cincuenta años porque por esa fiesta ya no veo el mar”, se presenta la protagonista, en clara retirada pero lejos de la nostalgia boba y cargada de “impunidad de cornuda”.

“Me encantan los políticos. Suele ser gente brillante, decidida, ambiciosa, memoriosa, madrugadora y trasnochadora por igual, son buenos actores y son valientes hasta la inmolación. También son todo lo peor”, había definido la autora en diálogo con Télam, a propósito de aquel libro.

“No puede ser que haya muerto. No corresponde. Muy triste”, escribe la editora y poeta Marina Mariasch. La información circuló en un principio a través de esa red, por un tuit del periodista Esteban Schmidt: “Deja tres hijos, aún pequeños, brillantes y talentosos como ella, dos libros y el gran ejemplo de sacarle el jugo a la vida con lo que hay disponible. Tenía 50 años. Que brille para ella la luz que es eterna”.

Martín Sivak, al frente del Diario.ar donde Salvador colaboraba, agregó: “Murió Ángeles Salvador, escritora y autora de dos novelas extraordinarias. En el último año empezó a escribir en el diario sobre un tema que le interesaba e incomodaba: el dinero. Nuestra gratitud por todo lo que dijo y como lo dijo”.

En ese medio informaron que la autora murió en Buenos Aires víctima de una complicación en su salud a partir de un cuadro de Covid-19″.

Al impacto y la pena de su partida se sobrepone la potencia de su obra ,”algo hermoso y admirable en los libros de Ángeles Salvador -rescata otro periodista, Diego Geddes-: hay una sensación de libertad total para escribir, una seguridad de no tener que rendirle cuentas a nadie”.

“No puedo creer que haya muerto Ángeles Salvador. Una escritora excepcional con dos novelas tan vitales -elige escribir el periodista deportivo Alejandro Wall-. Y una adorable hincha de Racing. Cuánto dolor”.

El eco de su fallecimiento resonó en instituciones como la Unión Argentina de Escritoras y Escritores. “Despedimos con dolor por su partida temprana a Ángeles Salvador, autora de un estilo particular y desfachatado”, escribieron. Mientras que la Feria del Libro prefirió retuitear la noticia publicada en un diario.

“No dejen de leerla”, “una novela distinta a todo lo demás, como su autora”, “lúcida, talentosa y necesaria: conózcanla con videos, sus escritos”, “qué tristeza”, “no es justo”, “cómo reponerse”, son otros de los mensajes que parecen repetirse, que se replican entre sus lectores.

“Murió mi pareja, la sensible Ángeles Salvador. Ya no mas sus lecturas en voz alta de Jonathan Lethem, de John Cheever, de Lorrie Moore… Ya no más el amor sin querellas, salvo cuando corregíamos nuestros mutuos textos. Ahora, a la vez, la soledad y su compañía desde la memoria”, es el post del escritor, periodista, profesor y licenciado en Filosofía, Miguel Wiñazki. (Buenos Aires, 1956).