Dos técnicos de la firma encargada del mantenimiento del ascensor por cuyo hueco cayó y murió una joven hace poco más de un año fueron imputados por el delito de homicidio culposo, después de que la fiscalía reuniera prueba suficiente para demostrar que existió una conducta negligente.

El fiscal Pablo Cistoldi citó para el próximo 26 de agosto a Javier Acosta y Raúl Figueroa para que comparezcan acusados del homicidio culposo de Marisol Lucero Fresco (23), quien trágicamente muriera en la madrugada del 9 de julio en un edificio de boulevard Patricio Peralta Ramos al 3100.

Para la fiscalía de Delitos Culposos la muerte de Lucero Fresco lejos estuvo de darse en un contexto doloso pese a que en un principio dos de los jóvenes que participaban en la reunión quedaron imputados. La propia madre de Lucero Fresco expresó, por medio de sus abogados Daniel Alvarez y Facundo Irusta, su conformidad por la labor de la Justicia. “Fueron largos meses de recabar pruebas para demostrar que se trató de negligencia de la empresa y no fue sencillo, máxime porque se adulteró el lugar del hecho”, manifestó al tiempo que desautorizó a otras personas que suelen invocar el nombre de su hija en convocatorias por violencia de género.

Vale recordar que en la noche del 8 de julio de 2021, Lucero Fresco había compartido una salida con amigos en el Pub Hoffen y más tarde, cerca de la 1 ya del 9 de julio, habían decidido continuar con el encuentro en el departamento de uno de los jóvenes, más precisamente en el tercer piso del edificio Maral 20 de Boulevard Marítimo 3119.

A las 3, aproximadamente, dos jóvenes decidieron retirarse y Lucero Fresco se ofreció a bajar con ellos para abrirles y regresar. Sin embargo, al abrir la puerta del ascensor fue cuando se produjo la caída.

En principio los dos jóvenes fueron sospechados de alguna maniobra vinculada a la caída, por eso quedaron imputados de homicidio culposo en una decisión que permitió a la fiscal Florencia Salas secuestrar sus teléfonos y buscar información en el resto de los asistentes.

En diciembre del año pasado la fiscal Salas concluyó que los dos jóvenes no estaban involucrados y se inhibió, para pasar el expediente a la fiscalía de Delitos Culposos. Así fue como tanto la fiscalía como la propia familia, por medio de sus abogados, reunió prueba que puso en evidencia la posible conducta negligente de la empresa encargada del mantenimiento de los ascensores.

“Pudimos constatar que los técnicos involucrados en el presente, con posterioridad al hecho pretendieron encubrir las fallas de seguridad, esto fue al menos en una de ellas, mediante el recambio del seguro de enclavamiento de la puerta del tercer piso. El mismo día fatídico y hallándose la escena preservada por la policía, con fajas perimetrales y zunchos de seguridad removieron el mismo y colocaron uno nuevo, volcando en el informe que produjeron que los elementos de seguridad funcionaban a la perfección, ¿si esto fuese real cual era el motivo del cambio? Esta maniobra hizo imposible la hipótesis de una pericia, ya que luego de removida la pieza, las condiciones de la misma jamás volverían a su situación original”, explicó Alvarez a LA CAPITAL.

No obstante, esa situación anómalas a través de las fotografías obtenidas por Policía Científica se pudo verificar que era otro el gancho de enclavamiento con el que contaba la puerta.  “Sin duda alguna, la puerta que abrió Lucero debió encontrarse completamente obturada, dado que el ascensor no se encontraba a nivel. La puerta de rellano nunca debió abrirse y el ascensor nunca debió moverse”, dijo el abogado.

En el llamado a indagatoria, la fiscalía de Delitos Culposos dijo, en ese sentido, que “el sistema que debió impedir la apertura de la puerta del 3° piso sin el ascensor a nivel no funcionó adecuadamente debido a un mantenimiento deficiente y descuidado. El sistema que debió impedir que el ascensor siguiera en movimiento a pesar de la apertura de la puerta de rellano del 3° piso tampoco funcionó adecuadamente debido a un mantenimiento deficiente y descuidado, estos desperfectos son producto directo del negligente proceder”.