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La Ciudad 9 de marzo de 2016

Una testigo contó que Giri le ofreció $2.000 por su silencio

Una testigo contó que en 2013 Emiliano Giri le ofreció ser cajera en su empresa Ripsa y que por eso le entregó su currículum. Meses más tarde, sin saberlo, apareció empleada en el Astillero Río Santiago cobrando más de $23 mil.

Emiliano Giri encabezando un acto de Militancia Activa en el año 2013.

En marzo de 2013 Jaquelina Estafanía Campana quedó embarazada y entonces decidió gestionar un subsidio ante la Anses. Ahí se eneteró de algo increíble. La joven, que estaba desocupada, figuraba en la base de datos del organismo como empleada jerárquica del Astillero Río Santiago cobrando un sueldo mensual de $23.332,26.

Su testimonio, como el de muchos otros, fue clave para que el fiscal de La Plata, Jorge Paolini, comenzara a desentrañar de qué manera funcionaba una estructura a través de la cual entre los años 2012 y 2013 se habría cometido una millonaria estafa contra el astillero estatal ubicado en la localidad de Ensenada.

El testimonio de Campana figura en el expediente judicial al que tuvo acceso LA CAPITAL junto al de decenas de otros marplatenses que también aparecieron percibiendo enormes sueldos en la empresa sin siquiera saberlo.

Todos ellos coincidieron en algo: en señalar a Emiliano Giri como a la persona a la cual le habían aportado sus datos personales ya sea para afiliarse a un partido político, obtener un empleo o para gestionar alguna clase de ayuda social.

Ninguno de ellos obtuvo trabajo o los beneficios que esperaban conseguir gracias a la interseción del empresario. En algunos casos hubo damnificados que al tomar conocimiento de su situación se contactaron con Giri para hacerle recriminaciones.

Ese fue el caso de Campana quien logró encontrarse con él en un café. Según consta en su declaración, allí el dirigente le habría ofrecido llegar a arreglo que ella no aceptó: pagarle 2000 pesos por su silencio.

Todos estos datelles figuran en la causa en la cual Campana declaró que a comienzos de 2013 su hermana Marta la puso en contacto con su pareja, Juan Carlos Esquivel, un empleado municipal que conducía la agrupación “Militancia Activa” de Unión Cívica Radical-PRO.

Ante el fiscal Campana declaró que por medio de Esquivel, llegó a reunirse con Giri en un café ubicado en la zona de Plaza Mitre. Ahí le contó que estaba desocupada y que deseaba conseguir un trabajo en la pesca.

Durante la charla, sin embargo, surgió una nueva posibilidad: la de que la joven comenzara a trabajar en la empresa Ripsa, perteneciente al mismo Giri, como cajera. Entusiasmada con la propuesta Campana escribió un currículum detallando sus datos personales y se lo entregó confiada al empresario.

Según contó ante el fiscal, dos meses más tarde aún seguía teniendo esperanzas de conseguir ese empleo.
Por eso se animó a preguntar qué había sucedido con aquella atractiva oferta.
Entonces Esquivel y Giri le dijeron que “no tenían todavía novedades”.

Cuando terminó el verano Campana supo que estaba esperando un hijo y entonces fue a la Anses para gestionar su asignación por embarazo.

Ahí se enteró de algo sorprendente. La base de datos del organismo decía que ella ocupaba un puesto de alto rango en el Astillero Río Santiago cobrando un sueldo que, para ese entonces, resultaba enorme.

Según le contó al fiscal, su reacción fue la de llamar a Giri a quien reclamó verlo personalmente. El empresario accedió a hacerlo y la recibió en el mismo café de la Plaza Mitre donde se habían visto por primera vez.

Según consta en su declaración, ahí Giri “le comentó que un amigo suyo que vive en La Plata les ofrecía” a quienes estaban en su misma situación “una parte de lo que figuraban cobrando en el Astillero Río Santiago a cambio de su silencio”.

En su testimonio Campana le dijo a la Justicia que la oferta era de “aproximadamente unos $2000” pero que ella no la aceptó ya que su único objetivo era el de conseguir trabajo.

Entonces, contó, “le prometieron que le iban a dar de baja”.

Durante la entrevista que mantuvo con la testigo, el fiscal se interesó por saber más acerca de ese “amigo” de La Plata mencionado por el empresario en la última reunión.

Sin embargo Campana no pudo dar más detalles ya que, según declaró, “Giri nunca le dijo el nombre de la persona de La Plata que era su amigo y que viajaba asiduamente a Miami” y que aparentemente habría jugado un rol clave para orquestar las maniobras de engaño.



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