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Arte y Espectáculos 6 de febrero de 2017

“Enfrenté un tsunami que me dejó devastada, pero no me mató”

Beatriz Salomón llegó a Mar del Plata para actuar en "Extinguidas" y en el medio recibió una noticia que le cambió la vida: ganó en primera instancia un juicio que comenzó hace 12 años.

Aunque llegó a Mar del Plata focalizada en su papel en la obra “Extinguidas”, dirigida por José María Muscari en el Teatro Atlas, la actriz Beatriz Salomón admitió que desde su desembarco gran parte de su agenda -y de su cabeza- está dominada por el juicio millonario que después de 12 años ganó en primera instancia a América TV, la productora Eyeworks, y los periodistas Jorge Rial, Luis Ventura, Miriam Lewin y Daniel Tognetti.

“Yo ya había dejado de creer en la justicia divina y en la justicia de los hombres. Pero creo que lo peor ya pasó. La otra noche subí al escenario en el Atlas, y en lugar de aplaudir, todo el mundo empezó a gritar ´justicia, justicia´. La gente está contenta de lo que ha pasado, porque todo el mundo los odia”, dijo.

La ex chica Olmedo inició una demanda en 2004 luego de que el programa periodístico “Punto Doc” mostrara un informe en el que se veía a su marido, el cirujano Alberto Ferriols, mientras mantenía relaciones amorosas con travestis en su consultorio, y según un fallo difundido el 1 de enero último, deberá recibir casi 15 millones de pesos por daños y perjuicios más los intereses.

La actriz recibió la noticia en Mar del Plata, donde se presenta esta temporada con la comedia de Muscari en la que junto a Adriana Aguirre, Noemí Alan, Patricia Dal, Silvia Peyrou, Mimí Pons, Sandra Smith, Naanim Timoyko y Pata Villanueva repasan recuerdos sobre sus propios años de oro y los de la escena artística que las tuvo como protagonistas.

Durante enero y febrero, la obra se presenta los lunes a las 21 y martes a las 23 en Mar del Plata, y de jueves a domingo encadena presentaciones en distintas localidades de la costa.

Allí Salomón debe jugar simultáneas para concentrarse en su guión y procesar el impacto de una noticia que llegó cuando ni siquiera había terminado de desarmar las valijas en la costa.

– ¿Considera que el fallo va a ser una bisagra?

– Creo que esto le va a dar un corte a la impunidad. Porque hay gente en televisión que ha hecho mucho daño. Y hay que tener valor para enfrentarlos porque son una potencia. Para mí, el hecho de haberles iniciado juicio fue terrible. Me censuraron, me discriminaron. Esto lleva 12 años y he estado trabajando de lo que saliera: hice shows, grabé covers y salí a cantar, hacía actos de presencia. Antes de 2004 yo encabezaba teatros de revista y conducía “Café Fashion” por televisión. Después, los productores decían “no la contraten a Salomón porque le hizo juicio a Ventura y a Rial y nos van a boicotear el producto o la obra de teatro”. Yo he ido a reuniones donde había colegas mías y estaban los fotógrafos y decían “sacala a la Salomón de la foto porque no van a publicarla”. Esto va mucho más allá del dinero: Se trata de mi integridad.

– ¿Habló con alguno de los denunciados después del fallo?

– No, nadie me ha llamado. ¿Qué van a hablar?, si negaron todo. Lo que van a hacer seguramente es apelar. Espero de ellos cualquier cosa. Esto va a llevar un tiempo más pero creo que lo peor ya pasó. Hace tiempo las mujeres son golpeadas, violadas, tienen problemas con la cuota alimentaria, hay femicidios, y yo me sentí humillada, discriminada con este escarnio público. No solamente tuve la desgracia de que destruyeron mi matrimonio, sino que además a mis dos hijas, Noelia y Betina, las dejaron dos veces sin padre.

– ¿Sintió que hubo poca gente que la respaldara públicamente?

– Es que todos les tienen terror a estos tipos. A mí salió a defenderme Beto Casella y se comió un juicio. Intentó defenderme Aníbal Pachano, y fue igual. Son temibles. Nadie quiso enfrentarlos. Yo, una mujer sola, fui y los busqué para cagarlos a trompadas, y han salido por la puerta de atrás.

– ¿Pensó en algún momento que era una batalla perdida?

– Ana Rosenfeld, mi abogada, me llamó el 31 de diciembre en la tarde y me mandó un Whatsapp y me deseó feliz año, con un emoticón de esas manitos que rezan. Pero yo le contesté que había dejado de creer. Y cuando el 1 de enero me llama y me dice que habíamos ganado en primera instancia, pensé que era una joda. El juez se expidió en el último minuto de 2016. No lo podía creer. Me parece que 12 años para que tomen una decisión es mucho tiempo en la vida de una mujer o de un hombre. Yo he estado muy deprimida, muy amargada. Tuve que salir a pedir plata. Tuve que vender mis pieles, mis joyas. En el medio tuve tres pérdidas terribles: se murió mi hermana Isabel, que era más chica que yo; trascartón se murió mamá, que no pudo soportar tanta cosa, y después falleció papá. Pero yo me escudé en el amor de mis hijas. He salido adelante y estoy de pie: He enfrentado un tsunami que me pasó por arriba y que me dejó devastada, pero que no me mató.

– ¿Cómo encastra todo esto con tener que seguir adelante con una obra en plena temporada?

– Yo estoy muy bien, porque nos está yendo fantástico. Me parece que al teatro en general le está yendo muy bien. La obra tiene mucha nostalgia de los grandes momentos de la vida de cada una de nosotras, que somos discípulas de genios como Olmedo, Porcel, Minguito.

– Después de casi dos años con la obra en cartel, ¿sigue siendo raro que sus propios recuerdos sean de algún modo parte del guión?

– A mí me encanta. Porque uno habla de cosas que a lo mejor la gente no sabía y se entera ahí..Es una propuesta que es un poco distinta porque es como trabajar de uno mismo. Es difícil hacer de uno mismo, pero se logra.