Por Fernando del Rio (*)

Nicholas Prosper (19), aquel joven británico que en el mes de septiembre pasado asesinó a su madre, la marplatense Juliana Falcón, y a dos de sus hermanos en Londres, confesó esta semana por primera vez los crímenes.

Lo hizo durante en la audiencia preliminar al juicio que se le debía seguir la semana próxima en la Corte de Luton, el pequeño poblado a las afueras de la capital inglesa en donde ocurrió la masacre.

Con esta declaración y las pruebas acumuladas a lo largo de la investigación, en particular la detención en plena huida luego de los aberrantes asesinatos, se evita el juicio y, de acuerdo a las leyes británicas, en la próxima audiencia del 5 de marzo se le aplicará la única pena que le corresponde: la prisión perpetua.

Fue la primera vez que Prosper reconoce haber asesinado el 13 de septiembre del año pasado a su madre de 48 años, a su hermana Giselle (13) y a su hermano Kyle (16) en el interior del departamento que ocupaban en Marsh Farm, en el complejo de torres Leabank.

Juliana Falcón.

Pero no solo admitió haberles quitado la vida a ellos, sino que, en su breve exposición, dijo que tenía pensado ir hasta la escuela a la que había asistido y causar un tiroteo cuando fue detenido.

Juliana Falcón era una mujer marplatense que llevaba más de dos décadas viviendo en Inglaterra. Había realizado sus estudios primarios en la Escuela N°18 de Formosa e Independencia y los secundarios en el Polivalente de Arte. Como de adolescente tenía facilidad para el idioma inglés decidió viajar a Londres con el fin de mejorarlo y una vez que llegó al país europeo se quedó para siempre.

La familia la formó al conocer a Ray Prosper, con quien tuvo cuatro hijos antes de divorciarse. El mayor de ellos, que hoy cuenta con 21 años, no se encontraba viviendo en la casa al momento de los asesinatos. La vida de Juliana, que pasaba su tiempo en armonía con una saludable actitud respecto a su condición física y espiritual, transcurría sin complicaciones diferentes a la de una madre con hijos adolescentes.

Sin embargo, su hijo Nicholas era un aficionado a los videojuegos y en su intimidad, según se supo después de los crímenes, tenía manifestaciones a favor de la pedofilia y de la necrofilia.

Esas conductas, en principio ocultas para el resto de familia, fueron las que desencadenaron la matanza en la madrugada del 13 de septiembre. Incluso en algunos foros de sitios web visitados con frecuencia, Nicholas Prosper había adelantado que le haría daño a su hermana Giselle por un juego que ella había jugado on line. “El 30 de junio, mi hermana decidió tomar decisiones incorrectas en el episodio uno de la primera temporada de los juegos de The Walking Dead , y por eso su rostro será mutilado más de lo necesario” dijo en un video que recuperaron los investigadores. La frase “Soy el elegido; elegido por Clementine. Soy guiado como los cristianos son guiados por Jesucristo”, explica, según la acusación del fiscal Chris Derrick, que Nicholas el ataque a su hermana y toda la secuencia asesina.

La confesión

El pasado lunes Nicholas Prosper, ahora de 19 años, fue conducido desde el centro penitenciario de Peterborough, a unos 90 kilómetros de Luton, para celebrar la audiencia preliminar. Las leyes inglesas permiten que, ante una admisión de culpabilidad, se evite el juicio, en un instrumento similar al acuerdo de juicio abreviado en Argentina.

Prosper aceptó los tres cargos por homicidio, la tenencia de un arma blanca al ser detenido y la compra irregular de una escopeta Nikko calibre 12. Durante su comparecencia no estuvo acompañado por ningún familiar. Vale recordar que apenas al ser detenido y en uno de los traslados su padre Ray alcanzó a gritarle: “Todavía te amo, hijo. No es tu culpa, ¿de acuerdo?”.

Nicholas Prosper, en una foto del lunes pasado.

Otro de los detalles perturbadores de la única declaración de Prosper, que apenas duró seis minutos, es que después de asesinar a su madre y sus hermanos, tenía planeado dirigirse a una escuela y causar más muertes. De hecho, cuando la policía lo detuvo a unos 700 metros de su departamento encontró, escondida en unos arbustos, la escopeta Nikko y 30 cartuchos.

La directora Maureen Murphy confirmó que la escuela atacada es la Escuela Primaria Católica St. Joseph, donde Nicholas y sus hermanos asistieron anteriormente durante sus años de escuela primaria.

Derrick, fiscal adjunto del Servicio de Fiscalía de la Corona, dijo: “En un escalofriante acto de violencia, Prosper asesinó a su familia más cercana con una escopeta que obtuvo sin licencia y con la clara intención de matar. Trabajamos cuidadosamente con la unidad de delitos mayores de Bedfordshire, Cambridgeshire y Hertfordshire para construir un caso sólido contra Prosper y esperamos que las condenas de hoy ofrezcan una sensación de justicia a una comunidad comprensiblemente sacudida por estos crímenes profundamente preocupantes. El alcance total de las acciones de Prosper quedará al descubierto cuando sea sentenciado, y puede esperar pasar mucho tiempo tras las rejas. Hoy, nuestros pensamientos están con Juliana, Kyle y Giselle, cuyas vidas fueron robadas en un ataque a sangre fría. Esperamos que la condena de hoy ofrezca algún consuelo a quienes los amaron y cuidaron, mientras lloran su pérdida”.

La preocupación por un ataque en una escuela, por la afición a transitar indistintamente el mundo ficcional de los videos juegos y la vida real, la adquisición de un arma letal sin certificación se apoderó de las autoridades inglesas.

El juez Michael Simon será el encargo de fijar la pena contra Nicholas Prosper y cerrará esta etapa judicial de un caso que acaparó la atención de todos en Inglaterra.

* (en colaboración con Daily Mail)