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Cultura 18 de junio de 2020

A diez años de su muerte, Saramago sigue vigente con una obra sobre la responsabilidad humana

A comienzos de la pandemia, una de sus más emblemáticas novelas "Ensayo sobre la Ceguera", sobre el egoísmo de la sociedad ante la posibilidad de perder la vista, en una suerte de epidemia inexplicable que causa pánico y que intenta ser controlada pero prevalece el caos y la decadencia de los valores, se convirtió en uno de los libros más vendidos

Buenos Aires: Fotografía de archivo del ensayista, novelista, poeta, periodista y dramaturgo, José Saramago, premio Nobel de Literatura en 1998, y que a diez años de su muerte, su obra sigue interpelando y sumando lectores con una prosa que indaga en la responsabilidad moral de los humanos. Foto: Roman Von Eickstein/Télam/ aa 17062020

Ensayista, novelista, poeta, periodista y dramaturgo, José Saramago, premio Nobel de Literatura en 1998, es uno de los grandes representantes de la literatura portuguesa y, a diez años de su muerte, su obra sigue interpelando y sumando lectores con una prosa que indaga en la responsabilidad moral de los humanos.

A comienzos de la pandemia, una de sus más emblemáticas novelas “Ensayo sobre la Ceguera”, sobre el egoísmo de la sociedad ante la posibilidad de perder la vista, en una suerte de epidemia inexplicable que causa pánico y que intenta ser controlada pero prevalece el caos y la decadencia de los valores, se convirtió en uno de los libros más vendidos en IBS, empresa editorial con distribución de libros en formato físico y digital. Como correlato, en Amazon se posicionó en el quinto lugar de más vendidos, con un incremento de 180%.

En ese libro, publicado en 1995, tres años antes de ganar el Nobel de Literatura, el portugués hacía referencia a una pandemia de ceguera blanca que se extiende por todo el mundo y aseguraba que se trataba de una “novela que plasmaba, criticaba y desenmascaraba a una sociedad podrida y desencajada”.

Nacido el 16 de noviembre de 1922 en Azinhaga (Ribatejo, Portugal) como José de Sousa, fue criado en un barrio popular de Lisboa y fue su madre quien le regaló su primer libro, “Misterio en blanco”, de Joseph Jefferson Farjeon.

Al inscribirse en la escuela primaria se descubrió que por error se incluyó en su certificado de nacimiento el apodo familiar, Saramago, como apellido y de esta forma, José se convirtió en el primer Saramago de la familia Meirinho Sousa.

A los 15 años, obligado a dejar sus estudios por falta de medios, comenzó a trabajar como cerrajero, más tarde lo hizo en una caja de pensiones y luego llegaron a su vida el periodismo, la labor editorial y la traducción.

Saramago fue colaborador de diversos periódicos y revistas, codirigió el Diario de Noticias en 1975 y su compromiso político lo llevó a militar en el Partido Comunista Portugués, por lo que sufrió censura y persecución durante la dictadura de António de Oliveira Salazar.

En 1974 se sumó a la Revolución de los Claveles, que recibió su nombre tras inundar las calles de Lisboa con claveles rojos en la boca de los fusiles del ejército en vez de balas, y dio fin a 46 años de dictadura de Salazar.

Su primera novela, “Tierra de pecado”, la publicó en 1947 y fue después de casi dos décadas que llegó la publicación de “Los poemas posibles” y en 1970 “Probablemente alegría”, colecciones de poesías con las que logró renovar el lenguaje poético tradicional.

Su producción literaria marca un hito en 1975 con “El año 1993”, un libro compuesto por 30 poemas que podrían ser 30 capítulos en los que Saramago describe, de manera realista y, a su vez, metafórica, la ocupación de un país por un invasor despiadado.

Novelas como “Manual de pintura y caligrafía” (1976), “Alzado del Suelo” (1980), “El año de la muerte de Ricardo Reis” (1984) y “La balsa de piedra” (1986) y el libro de cuentos “Casi un objeto” (1978) se sumaron a su prolifera producción de ficción.

Su obra de los últimos años incluye novelas, diarios y otras publicaciones, entre las que se destacan “Historia del cerco de Lisboa” (1989), “Todos los nombres” (1997) y la obra teatral “In nomine Dei” (1993).

En 1991 publicó uno de sus trabajos más reconocidos “El evangelio según Jesucristo”, por el que recibió el Gran Premio de Novela de la Asociación Portuguesa de Escritores y el Premio Brancati (Zafferana, Italia), fue nombrado doctor honoris causa por la Universidad de Sevilla, y el Gobierno francés le concedió el título de “Chevalier d’Honneur des Arts et des Lettres”.

Fue en 1994 cuando se conoció el primer volumen de “Cuadernos de Lanzarote”, ingresó en la Academia Universal de las Culturas (París), en la Academia Argentina de Letras y en el Patronato de Honra de la Fundación César Manrique (Lanzarote).

Al año siguiente fue el momento de la emblemática “Ensayo sobre la Ceguera”, primera entrega de su trilogía sobre la identidad del individuo, y el segundo volumen de “Cuadernos de Lanzarote”.

Saramago fue en 1998 el primer y hasta ahora único escritor portugués en recibir el Premio Nobel de Literatura por una obra sostenida “por la imaginación, la compasión y la ironía”, según señaló la Academia Sueca en su fallo.

“No esperaba el premio. La esperanza de conseguir el Nobel disminuyó a medida que se los iban dando a otros autores. ¡Imagínense que me hubiera quedado en Frankfurt y se lo hubieran dado a otro escritor! No solo habría perdido el billete de avión, sino que me habría sentido humillado”, contó en ese momento a la prensa al recibir la noticia.

El escritor portugués tenía un boleto para regresar a Madrid a las 12.55 horas, justo cinco minutos antes de que se anunciase el galardón en la Feria del Libro de Frankfurt, y se fue al aeropuerto pero su editor lo convención y regresó al evento.

“Escritores, autores, colegas, tengo que deciros que el premio es vuestro, soy uno de los vuestros. Lo dedico no solo a los portugueses sino a todos los que escriben en portugués”, dijo sobre el galardón.

En 2014 se publicó “Alabardas”, la novela que dejó inconclusa unos meses antes de morir en 2010, en una edición de lujo con ilustraciones de Günter Grass y textos de Roberto Saviano y Fernando Gómez Aguilera, que permite explorar otra huella perdurable del genio del portugués que hasta sus últimos días exploró en su prosa la responsabilidad moral de los humanos.

En sus últimos años produjo “Las pequeñas memorias” (2006), que se sumó a obras como “La caverna” (2000), “El hombre duplicado” (2002), “El viaje del elefante” (2008) o “Caín” (2009).

La huella narrativa de Saramago puede encontrarse además en “La balsa de piedra” (1986), “Historia del cerco de Lisboa” (1989), “El Evangelio según Jesucristo” (1991), “Casi un objeto” (1994), “Viaje a Portugal” (1995), “Todos los nombres” (1999), “La caverna” (2001), “El hombre duplicado” (2003), “Ensayo sobre la lucidez” (2004), “Poesía completa” (2005) y “Las intermitencias de la muerte” (2005).

En 2018 se conoció “El cuaderno del año del Nobel”, el último volumen de los diarios del escritor con sus pensamientos y algunas de sus escenas cotidianas con textos que comienzan el 1º de enero de 1998 y finalizan con dos entradas en 1999.

El escritor pasó sus últimos años en la isla de Lanzarote, España, junto a su esposa, la periodista y traductora española Pilar del Río, quien preside la Fundación que lo homenajea y funciona en la Casa dos Bicos, en Lisboa.

El legado del escritor fallecido el 18 de junio de 2010 fue donado, en 2017, a la Biblioteca Nacional de Portugal para cumplir con su voluntad y de esa manera, originales de sus novelas, tanto manuscritos como mecanografiados, correspondencia intercambiada con amigos y otros escritores, así como cuadernos de notas preparatorias para los libros permanecen en Portugal y convierten a los portugueses en sus herederos.



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