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Opinión 8 de junio de 2018

¿A favor de qué vida? Amenazas y aprietes en el Congreso por el aborto

Por Pablo Sieira

Las buenas formas y el clima de tolerancia de las audiencias públicas sobre la despenalización del aborto fueron reemplazados, a pocos días de la votación en la cámara de Diputados, por amenazas, aprietes y presiones del sector más conservador para blindar el rechazo al proyecto.

Mientras las diputadas y diputados que impulsan la legalización del aborto buscan atraer a la treintena de “indecisos”, que tienen la llave para la aprobación del proyecto en la sesión del próximo miércoles, los llamados grupos “pro vida” apuntan a los que ya tenían decidido votar a favor.

A juzgar por los correos electrónicos, los llamados y los mensajes vía redes sociales y Whatsapp que les llegan a estos legisladores, no queda claro a favor de qué vida están quienes dicen estar “a favor de la vida”.

“Sabemos que llevás a tu hija a las 7.40 a la escuela”, fue el mensaje directo vía Twitter que recibió una diputada del Frente para la Victoria, quien junto a una de sus colegas que padeció la misma situación tuvo que cerrar su cuenta en la red social para que no siguiera el bombardeo de amenazas.

En otro caso, la amenaza de muerte fue hecha de forma directa a la hija de una diputada de ese bloque por un llamado telefónico, según indicaron en esa bancada, donde no quieren dar los nombres de las legisladores.

Los aprietes son tan fuertes que amenazan con torcer voluntades, como ocurre con el kirchnerista entrerriano Julio Solanas, que se debate entre la abstención o el rechazo luego de haber figurado como un voto seguro a favor de la despenalización.

En el interbloque Cambiemos, donde la mayoría está en contra del proyecto, la minoría que está a favor sufre tal vez mucho más las presiones, como bien lo sabe el tucumano Facundo Garretón, apuntado en una misa oficiada en su provincia.

El entrerriano Atilio Benedetti e incluso el jefe de la bancada oficialista, Mario Negri, también vienen sintiendo en carne propia lo que ocurre cuando los argumentos de quienes se oponen a la legalización no alcanzan para convencer.

Según confirmaron fuentes de Cambiemos, los mensajes de audio y texto por Whatsapp llegan en cascada al teléfono de Negri, que a pesar de ello tiene decidido no revelar su voto hasta el día de la sesión.

Lo último en presiones es un video, que se viraliza por el popular programa de mensajería on line, de un supuesto feto abortado que se mueve.

Así, a medida que se acerca el día de la votación, el clima se va poniendo cada vez más espeso con el solo objetivo de bloquear el avance de una ley similar a las que rigen en buena parte de América del Norte, Europa y Asia.

Las manifestaciones con pañuelos celestes y fetos gigantes de papel maché que se vieron en los últimos días en el Congreso -nunca en los lugares donde hoy se practican abortos clandestinos- quedaron atrás, junto con las argumentaciones sobre el origen de la vida o los mandatos constitucionales.

Incluso las apelaciones a la moral o la ética de los legisladores parecen haber sido abandonadas en favor de un mecanismo mucho más rústico y menos elegante, cuya efectividad se verá pronto puesta a prueba.