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Policiales 29 de octubre de 2025

A un año del colapso del Hotel Dubrovnik, la búsqueda de justicia continúa sin respuestas

No hay detenidos y la causa, según los familiares de las nueve víctimas, se estancó.

El 29 de octubre de 2024 el Apart Hotel Dubrovnik de Villa Gesell se desplomó en cuestión de minutos, lo que provocó la muerte de nueve personas y dejó a la ciudad sumida en una profunda conmoción.

A exactamente un año de la tragedia, las causas del derrumbe siguen siendo un misterio, y la investigación continúa siendo un tema de debate en la comunidad geselina y en los tribunales.

El edificio, que se encontraba en la Avenida 1, a pocos metros del mar, tenía 10 pisos y había sido construido en 1986 por una familia croata. Su arquitectura, en forma de barco, lo convirtió en un símbolo de la ciudad. El hotel, que tenía 43 habitaciones, había sido un punto de encuentro habitual para turistas y residentes durante casi cuatro décadas. En sus últimas etapas, el lugar estaba siendo sometido a reformas, que, según las autoridades, podrían haber sido el motivo principal del colapso.

El derrumbe dejó nueve víctimas fatales. Entre ellas se encontraba María Rosa Stefanic, expropietaria del hotel, que había decidido pasar allí sus últimos días antes de cerrar el ciclo laboral, junto a su sobrino Nahuel Stefanic y su pareja, Dana Desimone. También se encontraban en el lugar varios trabajadores de la construcción, como Javier Fabián Gutiérrez, Mariano Troiano, Matías Chaspman y Ezequiel Matu, quienes realizaban tareas de plomería y albañilería en el lugar.

El rescate de las víctimas se extendió por varios días. Las primeras personas halladas fueron Federico Ciocchini, fallecido, y su esposa Josefa Bonazza, residentes de un edificio vecino que se vio afectado por el colapso. La mujer fue la única sobreviviente rescatada con vida pero falleció semanas después debido a las complicaciones derivadas de las lesiones sufridas.

Obras ilegales y negligencia

Las primeras investigaciones apuntaron a las obras de refacción no autorizadas como el factor desencadenante del colapso. Según un informe pericial presentado en la causa, el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) determinó que el hormigón original del edificio no presentaba fallas estructurales, lo que apunta a que las modificaciones realizadas en las últimas reformas pudieron haber debilitado la estructura. En declaraciones a LA CAPITAL, la abogada Graciela Bravo, representante de los damnificados, señaló que “el colapso no se debió a defectos en la construcción original, sino a intervenciones posteriores que comprometieron la integridad del edificio”.

Las reformas fueron inicialmente detenidas por el municipio en agosto de 2024, debido a irregularidades estructurales. Sin embargo, los trabajos continuaron sin la aprobación correspondiente, lo que ha sido citado como una de las principales líneas de investigación. La fiscal Verónica Zamboni, encargada del caso, caratuló la causa “Estrago culposo”, e imputó a más de una decena de personas, entre ellas los responsables de la obra y los nuevos propietarios del hotel.

Familiares de las víctimas reclaman justicia

A pesar de que un año ha transcurrido desde la tragedia, las respuestas judiciales siguen siendo limitadas. Los familiares de las víctimas, como Silvana, madre de Nahuel Stefanic, continúan luchando por obtener justicia.

“Hay culpables, pero nadie detenido”, reza un cartel que pegó la mujer sobre las chapas de los restos del edificio. En el mismo mensaje, agrega: “El dolor de una madre no se calla”.

En paralelo a la causa penal, se están llevando a cabo acciones civiles para determinar las responsabilidades de los profesionales involucrados en las reformas. La abogada Bravo destacó que los responsables de la intervención deben rendir cuentas y aseguró que lo que se busca es “esclarecer los hechos y que los responsables den las debidas explicaciones ante la Justicia”.

Repercusiones y futuro incierto

La tragedia ha tenido un impacto profundo no solo en la comunidad de Villa Gesell, sino también a nivel legislativo. Tras el colapso del Dubrovnik, comenzaron a surgir propuestas para revisar y actualizar la normativa sobre construcciones en zonas costeras, especialmente aquellas que tienen más de 30 años. La falta de controles efectivos sobre las obras de refacción y el mal estado estructural de muchos edificios de la zona fueron señalados como factores clave para evitar futuros desastres.

En respuesta, el municipio anunció que revisará todas las estructuras de edificios costeros, con un énfasis especial en los que superan los 30 años de antigüedad. Sin embargo, la comunidad continúa preocupada por la efectividad de estos controles y por la falta de acciones concretas que puedan prevenir tragedias similares.

Hoy, un año después del desastre, el terreno donde se encontraba el Apart Hotel Dubrovnik sigue clausurado, y las labores judiciales siguen su curso. No obstante, la ausencia de avances significativos ha dejado un vacío en la búsqueda de respuestas. La tragedia del Dubrovnik sigue siendo un recordatorio de la importancia de la seguridad en la construcción y de la necesidad urgente de que las autoridades y la Justicia actúen con mayor celeridad.