Maximiliano Abad, precandidato a senador nacional por Juntos por el Cambio, aseguró que “no habrá cambio en Argentina si la educación no es una prioridad” y que el radicalismo ganó “volumen político” tras el último cierre de listas, a pesar de que es una “asignatura pendiente” que el partido vuelva a encabezar una lista presidencial o para la Gobernación bonaerense.

En un mano a mano con LA CAPITAL, el titular del Comité Provincial de la UCR señaló que el perfil de “liderazgo” y la “firmeza” de Patricia Bullrich inclinaron la balanza para integrar su lista. Además, remarcó que el próximo gobierno debe “estabilizar la macroeconomía” y hacer “modificaciones en el mundo del trabajo” para generar empleo.

– ¿Cómo quedó parada la UCR tras el último cierre de listas?

– El radicalismo se quedó sin candidato a presidente porque Gerardo Morales decidió ser compañero de fórmula de Horacio Rodríguez Larreta y Facundo Manes al final optó por no competir. Por otro lado, era imposible tener un candidato a gobernador porque no teníamos con quién enganchar en la boleta de arriba. Hubo que elegir entre (Patricia) Bullrich y Larreta. El oficialismo partidario de la provincia de Buenos Aires decidió acompañar a Bullrich como candidata a presidenta y a (Luis) Petri como vice. Y, para la Gobernación, a la fórmula de Néstor Grindetti y Miguel Fernández.

– En los últimos años se viene planteando que la UCR gane protagonismo dentro de Juntos, pero otra vez no tiene candidato propio a nivel presidencial ni para la Gobernación. ¿Por qué?

– En los procesos se van construyendo fortalezas. El radicalismo, previo al 2015, no tenía prácticamente intendentes en la provincia de Buenos Aires ni concejales en el conurbano. Tenía solo dos representantes en el Congreso Nacional y bloques legislativos débiles. Entre 2015 y 2019, por ejemplo, pasó de 11 a 32 intendentes, de 2 a 6 representantes en el Congreso, con bloques fuertes, muchos de ellos presididos por la UCR, como es mi caso en la Cámara de Diputados bonaerense. Es verdad que el radicalismo no tiene candidato a presidente ni a gobernador y eso es una asignatura pendiente; pero, en este nuevo contexto, tiene en las dos fórmulas de Juntos candidatos a vicepresidente y dos candidatos a vicegobernador. La UCR va a llegar a los próximos turnos electorales con mayor preponderancia.

– ¿Cree que el partido ganó volumen político?

– Sí, ganó volumen en estos últimos años y tras el último cierre de listas también. El radicalismo aparte tiene la chance cierta de contar con un senador nacional por la provincia de Buenos Aires por primera vez después de Raúl Alfonsín en 2001.

– ¿Por qué decidió integrar la lista de Patricia Bullrich?

– Nosotros entendemos que muchos en Argentina quieren un cambio. Lo que se debate es la intensidad de ese cambio y cuáles son las características de los liderazgos que tienen que llevarlo adelante. Frente a esta Argentina y esta provincia decadentes, el cambio tiene que ser profundo. Y el liderazgo que lo lleve adelante debe tener requisitos como saber restablecer la autoridad presidencial, conducir equipos, tomar decisiones y tener ejemplaridad: hacer en público lo que se dice en privado. Al mismo tiempo, debe tener coraje para enfrentar a las mafias y el narcotráfico. Esos requisitos los reúne Patricia.

– ¿Qué tan cerca estuvo de ser el compañero de fórmula de Bullrich?

– Es de público conocimiento que hubo una terna entre Luis Naidenoff, Luis Petri y yo. Y la decisión del equipo de Patricia fue que la acompañe Petri.

– Mucho se habló de la interna del PRO, pero la UCR también va dividida, con dirigentes en las dos listas presidenciales de Juntos, al igual que en la categoría provincial. ¿Por qué el partido no se pudo encolumnar detrás de un solo candidato?

– Porque hay dirigentes que apuestan por un cambio distinto. Nosotros apostamos a un cambio profundo y con el liderazgo que reúne Bullrich.

– Fue uno de los que pidió la unidad de Juntos en la provincia. ¿Es un error estratégico ir a internas teniendo en cuenta que Axel Kicillof se presentará como candidato único?

– Estaba convencido de que si no había lista única en la provincia, corríamos serio riesgo de salir terceros o cuartos en las PASO. Se iba a complicar ir a buscar el voto útil en la general. Si perdiéramos la provincia, podríamos gobernar Argentina, pero se dificultaría transformarla. Porque el gobierno nacional estaría condicionado por los intendentes del conurbano y Gobernación. Por supuesto que ese riesgo sigue existiendo. Vamos a hacer un esfuerzo para que eso no sea una realidad y ganemos la provincia para construir un proceso nacional. Si no ocurriera, aún más se necesitaría el perfil de liderazgo, de firmeza y coraje que tiene Patricia para poder transformar el país.

– ¿Vamos hacia una elección de tercios o primará de nuevo la polarización?

– Hasta hace un tiempo, creí que la elección iba a ser por tercios. Hoy creo que vamos hacia una elección polarizada, pero con preponderancia de Juntos. Lo que se va a poner en debate después de las PASO será continuidad o cambio. La continuidad la va a representar cualquiera de los candidatos de Unión por la Patria. Y, el cambio, cualquiera de los ganadores de Juntos. Nosotros estamos convencidos de que va a ser Patricia.

– ¿Qué desafíos avizora si llega a la Cámara Alta?

– Toda mi vida fui un defensor de la educación pública como herramienta para el ascenso social y la igualdad de oportunidades. Lo hice desde distintos espacios de representación que me tocó ocupar. Y lo voy a hacer con mucha fuerza desde el Senado de la Nación. No habrá cambio en la Argentina si la educación no es una prioridad.

– ¿Cuáles son las primeras medidas que debería tomar el gobierno nacional que asuma el 10 de diciembre?

– Nosotros queremos una revolución educativa. Que haya educación digital desde el nivel inicial, que se vincule la educación media con el mundo del trabajo, que se garanticen los días de clases. También necesitamos hacer modificaciones en el mundo del trabajo, generar condiciones para que haya inversión y empleo. Está claro que no lo vamos a hacer con leyes de 50, 60, 70 años atrás. El mundo laboral cambió y muchas situaciones no son legisladas. Una modificación no implica que los trabajadores vayan a perder derechos. También hay que estabilizar la macroeconomía, bajar la inflación y avanzar en una reforma en la Justicia: que tenga más tecnología e infraestructura. Que se redefina el mapa judicial y se acorten los procesos. Una reforma en esa línea, no como la que busca el gobierno o el kirchnerismo, que tiene como objetivo cooptar la Justicia, ser la Justicia.

“Pulti siempre comulgó con el kirchnerismo”

Definido el tablero electoral en la ciudad, Abad se refirió al acuerdo entre Fernanda Raverta, líder del kirchnerismo local, y Gustavo Pulti, el referente de Acción Marplatense.

“Pulti -dijo Abad- siempre comulgó con las ideas del kirchnerismo. Que se hayan juntado no nos sorprende. Lo que no era natural es que estuvieran disociados. Ese espacio representa la continuidad de una Argentina con 45% de pobreza, 10% de indigencia y más de 120% de inflación. Del otro lado está el cambio, que en este caso lo representa Guillermo Montenegro, un intendente con buena gestión en la ciudad y que va a ser catalizador nuevamente de una mayoría marplatense y batanense”.

– En el gobierno se habla del “modelo” de Juntos en Mar del Plata. ¿Cómo se logró consolidar la unidad en las últimas dos elecciones?

– Se consiguió por la madurez de los dirigentes de nuestra ciudad, tanto del PRO como de la UCR y la Coalición Cívica, de entender que hay que avanzar hacia gobiernos de coalición. En la ciudad hay representación de distintas fuerzas en el gobierno municipal, pero también en el Concejo Deliberante. Juntos en Mar del Plata es la experiencia de coalición más importante en el país. Yo recorro mucho Argentina y la provincia de Buenos Aires. No hay ningún caso como el nuestro. Debemos avanzar hacia gobiernos de integración. Mar del Plata es un caso testigo de lo que hay que hacer en la provincia y en la nación.