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Interés general 1 de septiembre de 2016

Abogado baleado en su estudio reconoció al autor del disparo

El caso ocurrió en junio del año pasado cuando un abogado estaba atendiendo a una singular clienta: la heredera de una fortuna. Entonces entró un hombre y le disparó. Luego se comprobó que la mujer estaba involucrada en el ataque. Ahora fue detenido el autor de la agresión.

El caso conmocionó a la ciudad el año pasado, justo cuando junio se divide al medio. Ese día un hombre entró al estudio del abogado Carlos Castillo y lo atacó a tiros. Uno solo proyectil salido del arma calibre 22 le causó dos lesiones: en el brazo y, tras atravesarlo, en la mandíbula.
Aunque el caso se esclareció poco tiempo después, al comprobarse que la clienta que estaba atendiendo en el momento del ataque estaba involucrada, recién en las últimas horas logró detenerse al autor material. Gracias a un elemento fundamental: Castillo reconoció a quien le había disparado.
La historia mezcla algunos elementos dignos de una novela policial, ya que entran en juego una herencia por 10 millones de dólares, honorarios en discusión, una mujer más joven casado con un adinerado estanciero, un policía como amante…
El caso
El ataque a Castillo sucedió el 15 de junio de 2015 en su estudio de Alvarado al 1100 y fue el final de una serie de episodios iniciados un año antes, en julio de 2014.
En esa fecha una mujer identificada como Mabel Esquivel (43) inició el trámite de sucesión para determinar el destino de los bienes de Reinaldo Bensi, dueño de campos y propiedades en la zona de Lincoln.
Esquivel había mantenido una relación con Bensi y así se había transformado en la única heredera -compartido ese beneficio en un pequeño porcentaje con el apoderado del millonario. Para todo el proceso judicial contrató a Castillo.
Esquivel tuvo una hija cuyo padre no era Bensi, aunque éste igual la eligió como única depositaria final de todas sus propiedades. Tiempo antes del ataque a Castillo, la mujer tenía un romance con un policía.
Lo cierto es que con el correr de los meses la relación entre Esquivel y el abogado Castillo empeoró y el fiscal Eduardo Amavet investigó como móvil del ataque.
“Consta en el expediente que Castillo había acordado encontrarse con Esquivel fuera del horario de atención de su estudio para definir algunas cuestiones vinculadas al trámite judicial. Por ese motivo la reunión parecía una más de tantas otras. Sin embargo, Castillo no se confiaba de esa cliente. Las diferencias por los honorarios y decisiones en el trámite habían provocado una disconformidad tal que el abogado se empezó a preocupar. Llamadas telefónicas en un tono agresivo y algunos correos electrónicos -podrían haber sido enviados por personas del entorno de la mujer- iban en la línea de las amenazas”, publicó LA CAPITAL en la fecha en la que fue detenida la mujer.
Precisamente, la tarde del 15 de junio Castillo recibió a Esquivel en su oficina y mantuvieron una charla breve. El diálogo se interrumpió cuando la mujer pidió ir a ver a su hija que supuestamente estaba en el automóvil, pero no fue ella quien regresó a los pocos segundos. En verdad, entró un hombre armado con un revólver calibre 22 y a los gritos intentó disparar contra Castillo, pero este pudo correr hasta un baño. Decidido, el agresor lo siguió y dentro del sanitario le efectuó un disparo.
Castillo tuvo dos reacciones que le salvaron la vida: la primera de ellas fue cubrirse con sus manos la cabeza. El proyectil atravesó un brazo del abogado y perdió energía, pese a lo cual se incrustó en la mandíbula. El segundo acto reflejo fue hacerse el muerto. “No me voy a olvidar de la cara. Se reía mientras me disparaba”, pudo decir Castillo, un hombre de 69 años que sufre aún en el habla las secuelas del ataque.
El personal de la DDI de Balcarce, a partir de pruebas que no trascendieron, localizó al presunto autor de los disparos en aquella localidad y con las respectivas órdens judiciales lo aprehendió el jueves de la semana pasada.
Pero faltaba que Castillo lo pudiera reconocer algo de lo que podía ser capaz después de aquella resonante frase: “No me voy a olvidar de la cara”.
En las últimas horas, en la sala de Cámara Gesell de Mar del Plata, se llevó a cabo al rueda de reconocimiento y Castillo no tuvo ninguna duda. El hombre que le había disparado estaba entre los otros candidatos. Los investigadores respiraron aliviado porque se trataba del detenido en Balcarce, Raúl Nicolás Ramírez (25).
El fiscal Amavet confirmó la detención de Ramírez y lo imputó del delito de “homicidio agravado por el uso de ara de fuego en grado de tentativa”.


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