CERRAR

La Capital - Logo

× El País El Mundo La Zona Cultura Tecnología Gastronomía Salud Interés General La Ciudad Deportes Arte y Espectáculos Policiales Cartelera Fotos de Familia Clasificados Fúnebres
Deportes 10 de mayo de 2023

Al Thornton, íntimo: el afecto de Peñarol, su futuro y la devoción por dos leyendas argentinas

"Mar del Plata y Peñarol han tenido un trato especial conmigo", dijo el estadounidense en una entrevista exclusiva con LA CAPITAL.

Al Thornton recibió a LA CAPITAL en su departamento.

Por Marcelo Solari

Su jerarquía es tal, que puede potenciar a cualquier equipo. Peñarol tuvo la suerte de disfrutarlo en sus filas durante las últimas dos temporadas de la Liga Nacional de Básquetbol. La agudeza y claridad en sus respuestas en esta entrevista con LA CAPITAL certifican también, fuera de la cancha, ese rasgo distintivo que lo caracteriza dentro de ella.

Jugó casi 300 partidos en la fabulosa NBA, para Los Angeles Clippers, Washington Wizards y Golden State Warriors. Y ha recorrido el mundo con el básquetbol: Puerto Rico, China, Japón, Corea del Sur, Filipinas, Venezuela, Uruguay y Argentina.

En un sesgo más informal, reconoce que el asado le gusta, pero que más le gustan las milanesas. Como sea, cada reflexión de Willie Alford “Al” Thornton merece ser leída con detenimiento.

-¿Cuál es tu valoración sobre la temporada de Peñarol? En algunos momentos, el equipo dio la imagen de que podía ser octavo o noveno y finalmente quedó en el puesto 12…
-Creo que fue una temporada muy inconsistente. Tuvimos varias dificultades para conseguir la química necesaria para conocernos unos a otros dentro de la cancha. Era un equipo nuevo, joven, y pienso que necesitábamos tiempo para ese desarrollo que buscábamos. El básquetbol es química, aprender de todos para poder jugar con todos, conocer las debilidades y fortalezas de cada uno, y así saber cómo hacer para funcionar como un todo y construir un mejor equipo. Dicho esto, también hay que mencionar que tuvimos cuatro diferentes pivotes, cuatro diferentes extranjeros en esa posición (N. del R.: Amadou Sidibe, Joahndre Jefferson, Jerome Jordan y Le’Bryan Nash, aunque este último no es pivote), lo cual también dificultó las cosas. Por mi parte, me perdí dos meses a causa de una lesión en los isquiotibiales, y ese fue otro cambio que tuvo que atravesar el equipo, aunque fue en ese momento particular. En general, creo que jugamos un buen básquetbol.

Conseguimos esa gran química tan necesaria, llegamos a ganar seis partidos en fila y allí jugamos en nuestro mejor nivel en toda la Liga. Después, como dije, me lesioné, entró Jerome (Jordan) al equipo y a pesar de todas esas variables, conseguimos entrar en play-off. Considerando todas esas circunstancias, creo que redondeamos una muy buena temporada.

chanchos-peña-6

-¿El equipo extrañó demasiado tu ausencia?
-Estoy de acuerdo, definitivamente. Sabía mi rol dentro del equipo y lo mucho que tenía que darle en términos de estar ahí para poder ayudar a los más jóvenes con mi experiencia, por supuesto. Y con todo lo que podía ser capaz de hacer dentro de la cancha, jugando. Por lo tanto, sé que los partidos en los que no pude estar, lastimaron un poco al equipo. Finalmente, pude aportar para que Peñarol obtuviera el último boleto para los play-offs. Eso fue muy bueno.

-¿Quedó una sensación agridulce? Porque compitieron contra Boca, especialmente en el Polideportivo, pero al final cedieron la serie 3-0…
-Sí, perdimos 3-0 y eso es difícil de aceptar porque siempre queremos ganar. Pero en esa serie, ellos tuvieron algo más. Boca es un muy buen equipo, con muy buenos jugadores, buenos extranjeros. Pero lo que realmente nos perjudicó fue que, en ese tercer partido en casa, cometimos muchos errores en el tercer cuarto, una tendencia que nos persiguió durante toda la temporada y nos ocasionó caer en las posiciones.

-¿Por qué pasó eso? ¿A qué lo adjudicás?
-No es tan simple. A mi parece que fue más una cuestión mental, sí, de mentalidad, más que un tema físico. Creo que los equipos nos conocían y se dieron cuenta de que teníamos una debilidad allí, y entonces incrementaban un poco su intensidad, su enfoque y su competitividad en ese momento. No lo sé con seguridad. Es difícil de explicar.

cala-peña-6

-Hablando de intensidad, ¿esperabas jugar 25 o 26 minutos por partido? ¿Estabas preparado para eso?
-Así lo creo. Me parece que gradualmente me fui poniendo mejor con el correr de la temporada. Acaso no desde el comienzo, pero luego de ocho o diez partidos pude alcanzar el pico de mi condición. Sí, considero que puedo jugar 25/28 minutos consistentemente, aunque es producto de una construcción gradual.

-¿Es posible que vuelvas a jugar en Peñarol en la próxima temporada?
-Es una posibilidad, sí. Por eso estoy aquí, y en un par de días tengo que reunirme con la dirigencia para hablar sobre eso. Es una real posibilidad pero tendré que evaluarlo.

-¿De qué depende?
-Son varios factores, entre ellos, la negociación y los detalles del contrato, por supuesto.

-¿Tenés ofertas de otras Ligas?
-En este momento, sí. Por los próximos dos o tres meses en Paraguay, México, Venezuela, Colombia. También Australia, una de las mejores oportunidades que tengo disponibles por ahora.

-¿Y qué te gustaría hacer?
-Todavía estoy pensando en ello. Paraguay o también México pueden ser buenas opciones. Estoy analizando los detalles contractuales, tratando de decidcir cuál es la mejor oportunidad para mí.

-¿Qué opinás de la Liga Nacional?
-La gente me pregunta eso todo el tiempo. Porque he jugado en Uruguay y en Argentina, y la comparación es inevitable. Para mí, la Argentina es mejor, es una buena Liga. Muchos de mis amigos extranjeros me preguntan sobre la Liga Nacional. Y, en primer lugar, les digo: yo juego extremadamente duro y así se juega en la Liga. Hay que estar en muy buena forma. El partido es un sube y baja constante. Se juega a un gran ritmo y los jugadores son muy inteligentes. Eso marca la diferencia. Los entrenadores son muy detallistas en términos de táctica, de scouting, en comparación con otras ligas de América Latina. En ese aspecto, se juega un buen básquetbol y me gusta. ¿Es el nivel más alto? No. Pero es suficientemente bueno para mi punto de vista.

-Coincidiste en la NBA con dos referentes del básquetbol argentino como Manu Ginóbili y Luis Scola ¿Qué podés decir de ellos?
-Enfrenté a Ginóbili en mis primeros años en la NBA. Un jugador increíble. Absolutamente asombroso. Disfruté mucho viéndolo jugar. Pero por sobre todo, para mí, lo que sobresale en Manu es su tremenda competitividad. Su manera de jugar habla por sí sola. Y Luis Scola es un jugador muy creativo. Muy técnico en el poste y que luego evolucionó al mediano rango también. No lo conocí personalmente pero sí a su juego. Otro gran competidor contra sí mismo. ¡Amo a esos dos tipos!

conman

-Has jugado y vivido en muchos países. ¿Dónde te sentiste más cómodo, más a gusto, mejor adaptado a la vida fuera de la cancha?
-Podría decirse que soy un hombre que ha viajado (risas). No puedo decir que me adapté más a uno u otro lugar. Sólo sé que realmente lo disfruto. Me gusta experimentar otras culturas y la vida en diferentes ciudades de diferentes países. Y de verdad me encanta estar acá. Mar del Plata y Peñarol han tenido un trato especial conmigo. Fui muy bien recibido por la gente del club y eso me decidió a aceptar jugar mi segunda temporada aquí. Cuando voy caminando por la calle, la gente me habla de los partidos y puedo sentir el afecto. En mi opinión, la ciudad tiene una historia, una tradición de básquetbol muy rica. La gente, los fanáticos, conocen el juego, saben de básquetbol y esperan ganar. Todo eso va de la mano con lo que yo siento, por lo que yo juego y por lo que amo este deporte. Me siento identificado con ellos.

-¿Notaste alguna clase de conducta racista en Mar del Plata, en Argentina o en otros países donde estuviste?
-Podría asegurar que en Argentina nunca sentí algo así. Tampoco en otros países. Sí, en cambio, cuando estaba en la Universidad (Florida State), experimenté cierto racismo, lo cual es algo normal en Estados Unidos. Una vez drafteado en la NBA, lo experimentás todo el tiempo. Viene desde los fanáticos, dicen cosas y lo dejás pasar porque lo hacen a tus espaldas, no directo en tu cara. Pero se siente, se entiende y se puede leer entre líneas. Todavía existen esos comportamientos racistas.

¿La NBA es un mundo tan diferente?
-Sí, extremadamente diferente. Creo que la fama y la popularidad están sobre publicitadas. Es como que jugamos en todos los países. Desde cualquier lugar se puede ver la NBA. Todo el tiempo la gente quiere una parte tuya. Tu tiempo, tu dinero, no tenés privacidad. Especialmente en estos tiempos, con las redes sociales, se puede esperar e imaginar que todo debe ser 10 veces peor. Pero, por otro lado… (hace una pausa) probablemente mi paso por la NBA haya sido uno de los mejores momentos de mi vida. Porque, como dije, amo este deporte, y eso me permitió jugar en el más alto nivel, enfrentar a algunos de mis ídolos, como Kobe Bryant o Tracy McGrady, conocer a Michael Jordan, asistir a campus con glorias cuyos movimientos había estudiado cuando era más joven, como Dirk Nowitzki o Paul Pierce, y de pronto me encontré capacitado para competir contra ellos. Este juego me dio la posibilidad de ganar dinero, cuidar a mi familia. Significad mucho para mí.

-¿Cuántas veces, en cada entrenamiento, practicás ese fadeaway? Todos hablan de ese tiro tuyo. Es poesía pura…
-(Risas) Gracias. Es como una segunda naturaleza para mí. Ese tiro va en contra de todos los fundamentos del básquetbol. Te desvanecés, no vas hacia la canasta, sino que te alejás. No podría decir cuántas veces, pero sí que le he dedicado incontables horas. Y tengo que remontarme a lo que decía de haber estudiado a Kobe, Michael, Paul, Dirk, algunos de los jugadores que hicieron que yo quisiera adoptar ese movimiento y tratar de perfeccionarlo a mi manera.

-¿Michael Jordan es mejor que LeBron James?
-Para mí, sí, absolutamente.