“No hay plan B. Confiamos y estamos conformes con el trabajo de Gustavo”, sostuvo en la semana un dirigente de peso de Aldosivi en diálogo con este medio.

Claro que el dirigente no contaba con la renuncia de Alvarez, quien a diferencia del campeonato pasado no pudo encontrarle la vuelta al armado de un equipo con muchos cambios a partir de la llegada de numerosos refuerzos.

El organigrama de trabajo indicaba que el plantel trabajaría este sábado, tendría descanso el domingo y desde el lunes retomaría la actividad pensando en Racing. Pero con la salida de Alvarez hubo cambio de planes. Los futbolistas tendán libre sábado y domingo y el lunes se reintegrarán a los entrenamientos.

Todavía no está claro bajo el mando de quién. Existe la posibilidad de un interinato de Fabio Radaelli, aunque el coordinador del fútbol amateur está en medio de un viaje de reclutamiento de jóvenes futbolistas. No sería de extrañar que lo hagan volver a la brevedad. Mientras los dirigentes buscarán un entrenador. La danza de nombres comenzó anoche mismo aunque de momento no hubo información oficial.

Junto a Alvarez se fueron Favio “Yagui” Fernández y Sebastián Cano, mientras que son empleados del club y estarán el lunes el “profe” Silvio Desio y el entrenador de arqueros Guillermo Alvarez.

Ayer, mientras algunos futbolistas habían comenzado a ducharse, Gustavo Alvarez pidió la atención, los reunió a todos sin la presencia de los dirigentes y les comunicó que iba a dar un paso al costado para “descomprimir”.

Después se dirigió a la habitual conferencia de prensa, oficializó su renuncia y después sí respondió preguntas, con la cordialidad de siempre pese al mal momento.

La gente no había hecho foco en el propio Alvarez durante el partido y sí había dedicado varios cánticos amenazantes a los jugadores.

“Movete Aldosivi, movete…” comenzaron cantando cuando Unión se adelantó en el marcador a los 20′ del primer tiempo. “Si no ponen huevos, como quieren, que ganemos”, siguieron durante esa primera etapa. “Jugadooores, la c…, a ver si ponen hueeeevos, que no juegan con nadie”, avisaron durante el entretiempo. Y fueron más impiadosos con la derrota consumada: “que se vayan todos, que no quede ni uno solo”.