por Víctor Molinero

La caída de Aldosivi parece no tener fin. El 0-3 frente a Huracán significó su sexta derrota consecutiva y la tercera vez al hilo que lo golean en el estadio José María Minella. Con semejante racha el promedio se ha derrumbado y el peligro de descenso ya no es cosa del futuro. Para peor, los siete partidos que restan son complicadísimos. Aunque en realidad, para un equipo tan disminuído futbolística y anímicamente como éste, hoy por hoy cualquiera que se le ponga en frente parece estar en condiciones de complicarlo.

Este domingo, en el Minella, Darío Franco dejó de lado sus preferencias futbolísticas y armó un equipo para ganar en seguridad de atrás hacia adelante. Por eso pasó del 3-4-3 habitual a un 4-4-2, con Ismael Quilez retrocediendo por derecha para formar la línea de cuatro del fondo y Antonio Medina haciendo lo propio para sumarse a la de volantes por izquierda. Neri Bandiera y Nicolás Miracco quedaron de punta.

Ese esquema, en efecto, le dio mayores garantías defensivas a Aldosivi durante casi todo el primer tiempo. Pero agudizó más la anemia ofensiva de un equipo al que el arco de enfrente le queda lejísimos.
El elenco portuense mostró sí mucha actitud en el centro del campo, con Nahuel Yeri y Roberto Brum como banderas de esa lucha.

La primera etapa fue de lo más aburrido que se vio en el Minella en los últimos tiempos. Hasta que llegó la última jugada que cambió todo.

Porque Daniel Montenegro filtró el pase profundo para Mariano González y el tandilense definió con categoría ante la salida de Pablo Campodónico para poner el 1 a 0 antes del pitazo de Hernán Mastrángelo que mandó a los protagonistas al entretiempo.

En el complemento, Romat retrocedió para rearmar una línea de cuatro en el fondo de Huracán y la visita, se hizo todavía más infranqueable para Aldosivi.

No tardaron en aparecer los nervios. Adentro de la cancha y en las tribunas. Y poco a poco el orden que había mostrado el equipo de Franco durante 44′ se fue derrumbando. Confundido, impreciso, Aldosivi no tenía armas para inquietar al elenco de Azconzábal, que apostaba todo a liquidarlo de contra.

Para peor, a los 22′, Nahuel Yeri se confió demasiado en la cobertura de una pelota que parecía irse por línea de fondo, el recién ingresado Julio Angulo la peleó, se la robó y terminó habilitando a un Diego Mendoza que, dentro del área, eligió un lugar y definió bien lejos del alcance de Campodónico. Un error grosero que terminó con el partido.

Los ingresos de Cristian Llama, el pibe Jonatan Benedetti y Pablo Lugüercio no cambiaron la ecuación. Ya no se trataba de una cuestión de nombres. Aldosivi era un manojo de nervios.

Por eso a nadie extrañó que Norberto Briasco, sobre el final, pusiera el 3 a 0 definitivo para la visita.
Aldosivi se fue de la cancha con un coro de silbidos y reproches de los hinchas. Los protagonistas prefirieron el silencio. Unos y otros sacaron rápidamente la calculadora, miraron el fixture y no pudieron ocultar su preocupación…