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Arte y Espectáculos 3 de enero de 2021

Alfredo Silva: “Mi computadora es mi cabeza, ahí tengo grabados todos mis chistes”

A días del esperado estreno de "Los cuatro fantásticos del humor", adelantó algunos detalles de la propuesta que hará funciones diariamente a las 21, en el Teatro Atlas.

Fue apodado “la ametralladora del humor” por su colega Yayo. Se cataloga como un humorista “distinto”, “muy exigente” que describe sus performances como de “humor paranoico”, en el marco del que siempre está buscando “renovar el repertorio”.

A días del esperado debut como “Los cuatro fantásticos del humor”, el querido Alfredo Silva, recuerda sus orígenes en el rubro, el espaldarazo de Crónica, la confianza de su jefe en el astillero en el que trabajaba y cómo pudo transformar en algo positivo su historia de bullying y discriminación, en una charla con LA CAPITAL en la que no paró de recordar anécdotas. En la obra que estrena el miércoles y que realizará funciones diariamente a las 21 en el teatro Atlas, estará junto a Rodolfo Samsó (Alacrán), Diego Pérez y Jorge Crivelli (Carna).

El humorista de ciclos como Carna a la Parrilla, El Defensor, o El Show de Johnny Allon, asegura que todo su repertorio, que se renueva constantemente, lo tiene de memoria. “Mi computadora es mi cabeza, ahí tengo grabados todos mis chistes” y, de ese modo, puede improvisar el que sea más apropiado en cualquier situación que se presente. “He contado chistes para 8 personas en Bahía Blanca, un grupo de amigos que me contrató para una de sus habituales reuniones; he contado chistes para 35.000 personas que esperaban a Luciano Pereyra en Médanos; en un campo, terminé contando los chistes trepado a un árbol porque me asustó un puma que pasó por el escenario; en la Bombonera, con miles de personas esperando el segundo tiempo; en el Aeropuerto de Colombia para la Policía de Narcotráfico; y he llegado a un evento organizado por un sindicato en el que me encontré con un público en que eran todas mujeres y, por supuesto, tuve que adaptarme. Incluso este 2020, en mayo, hice una función en un hospital de Tigre para pacientes que estaban internados por Covid-19. Fue una experiencia hermosa, qué bien dormí esa noche”, enumeró el comediante. Llegar a ser tan querido por el público, que lo paren por la calle y le pidan “un video” para familias y amigos, que lo contraten en diversos ciclos de humor, no fue fácil para Silva.

“De chico sufrí bullying en el colegio, discriminación, no me dejaban entrar a los boliches. Todo tenía que ver con mi aspecto físico. Tengo un ojo desviado y aunque estoy perfectamente, el que me ve, cree que soy una persona que no está en su sano juicio. Como siempre me gustó contar chistes, desde chico, usé eso y juego con eso. Pude tomar ese sufrimiento en un modo positivo para hacer humor. Me río de mi mismo y configuré un personaje así, de humor paranoico, que casi no pestañea, para el escenario” contó. Y reflexionó: “Ahora todo el mundo me conoce y soy muy querido, pero en su momento, realmente me han tratado como si me fallara la cabeza”.

Si bien se fogueaba y aprendía desde chico, contando chistes en todas las reuniones familiares, escuchando cassettes de Luis Landrisina y todo humorista que se le cruzase por el camino, de grande le llegó la oportunidad de hacerse conocer al público masivo y fue en el segmento de Anabella Ascar en Crónica. “Yo iba, muy serio, a contar mis chistes. Fue Anabella quién me sugirió presentarme de una manera distinta, más descontracturada, que creara un personaje. Así hice, me cambié el saco negro por uno brilloso, salgo despeinado, casi sin pestañear, con mi cara de loco y así seguí”, relata.

Mientras, seguía trabajando en un astillero en Tigre. “Era un muy buen trabajo y me sabía todo del oficio, pero en un momento tenía que tomar una decisión: dedicarme al humor o seguir con el astillero. No me daba el tiempo para las dos cosas. Tuve suerte que mi jefe me incentivara a probar y me dijera que siempre iba a poder volver, que tenía mi trabajo en el astillero. Eso fue una gran tranquilidad y me ayudó”, reconoció.

Tras los días de aislamiento preventivo, por la enfermedad de Diego Pérez, Silva estaba volviendo a instalarse en Mar del Plata de cara al inicio de la temporada con la obra. “Por suerte Diego ya está bien, todos nos hisopamos, todos estamos bien y tenemos muchas ganas de retomar los últimos ensayos y estrenar el miércoles”, definió.