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Deportes 29 de julio de 2018

Alvarado y Boca, tres capítulos de una historia (extra) oficial

El del miércoles será el primer frente a frente por los puntos entre marpaltenses y "xeneizes". En 1977 chocaron amistosamente dos equipos que venían de dar la vuelta olímpica. En 2007 lo hicieron dos conjuntos que estaban gestando otro gran logro. Y el último, en 2017, fue un cruce informal, sin público ni camisetas oficiales. El recuerdo de Luis Fortunato y Angel Mastrángelo.

La formación de Alvarado que saltó al campo de juego del San Martín para afrontar el amistoso con Boca en 1977. Un equipo que entró en la historia del club marplatense.

por Víctor Molinero
@vhmolinero

El partido del miércoles en cancha de Lanús, por los 32avos de final de la Copa Argentina, será el primer cruce oficial entre los primeros equipos de Alvarado y Boca Juniors.

El elenco marplatense se topó por los puntos con River y San Lorenzo en su único antecedente en un torneo codeándose con la elite del fútbol argentino. Fue en 1978, cuando tras conseguir su primer título en la primera división del fútbol marplatense en septiembre del 77, se adjudicó el derecho a jugar el Torneo Nacional del año siguiente.

Allí Alvarado disfrutó de una de sus mayores hazañas deportivas, cuando como visitante goleó 5 a 0 a un alicaído San Lorenzo de Almagro, en el marco de la Zona D, que ganó River y que tuvo a marplatenses y azulganas compartiendo el último puesto.

Pero, como se dijo, nunca Alvarado pudo chocar oficialmente con Boca. Los únicos antecedentes registrados son amistosos de pretemporada.

El primero, casualmente, se dio entre aquel primer título del 77 y la participación en el Nacional 78.

Fue el jueves 17 de noviembre de 1977 en el desaparecido estadio San Martín.

Boca había llegado a la ciudad el sábado 12 para realizar una mini pretemporada de una semana. Ese sábado llegó una avanzada con algunos futbolistas importantes a cargo del preparador físico Jorge Castelli. Y un par de días después, disputada ya la última fecha del Metropolitano que ganó River tras un 4-2 ante Ferro, se completó la delegación con el entrenador Juan Carlos Lorenzo a la cabeza.

Boca era el flamante campeón de la Copa Libertadores de América y eligió esta ciudad para entrenar en el Parque Camet y la Villa Marista. El plantel se hospedó en el hotel Luz y Fuerza.

Alvarado, por su parte, también tenía motivos para festejar. El 25 de septiembre se había coronado por primera vez en el fútbol marplatense, venciendo en la última fecha a General Mitre en una definición en la que Quilmes también había llegado con chances de campeonar.

Con Boca en la ciudad, rápidamente los dirigentes se pusieron de acuerdo y se organizó el Alvarado-Boca en un San Martín que, según las crónicas de la época, presentó un 70% de público en las gradas.

Fue empate 2 a 2. LA CAPITAL publicó al día siguiente que Boca arrancó mejor pero que Alvarado se recompuso y jugó uno de sus mejores partidos del año. Y eso que ese 1977 venía siendo su mejor año futbolístico a partir del ansiado título local. Angel Cano y José López anotaron los tantos del equipo que dirigía Edeverto Artero (que llegó a estar 2-1 arriba en el marcador), mientras que Hugo Perotti y Carlos Salguero marcaron para Boca Juniors.

Alvarado formó con Ricardo Yori; Heriberto Cano, Luis Fortunato, Gustavo Sterponi y Aldo Di Marco; Gustavo Sosa, César Álvarez y Ángel Mastrangelo; José López, Ángel Cano y Juan Carlos Romagnoli.

Y en el complemento ingresaron Oscar Alvarez, Francisco Mústico (llegaba cedido por Aldosivi), Larroquet y Galli.

Boca jugó con Carlos Rodríguez; Vicente Pernía, Francisco Sa, Roberto Mouzo y Alonso; Jorge Benítez, Rubén Suñé y Mario Zanabria; Carlos Salguero, Carlos Veglio y Jorge Salas. Y luego ingresaron Hugo Perotti, Hugo Alves, Daniel Pavón y Bernabitti.

Los once que presentó Boca ante Alvarado en el 77. Un equipo que venía de ser campeón de la Libertadores.

Los once que presentó Boca ante Alvarado en el 77. Un equipo que venía de ser campeón de la Libertadores. (Foto archivo LA CAPITAL)

Febrero 2007, segundo episodio

Casi treinta años pasaron para que Alvarado y Boca volvieran a verse las caras en un partido amistoso. Fue el martes 27 de febrero de 2007 en Mar del Plata.

El San Martín ya no estaba y el cotejo se jugó en el José María Minella. Otra diferencia con respecto al primer cruce fue que en 1977 el partido sirvió para festejar las flamantes conquistas de ambos planteles. En 2007, en cambio, Miguel Angel Russo y Marcelo Philipp estaban gestando los equipos que unos meses después se consagrarían en la Copa Libertadores y el Argentino B respectivamente.

Se puso en juego la Copa Empresa 9 de Julio y los precios de las entradas fueron fijados en 10 pesos las populares y 30 las plateas (¡la inflación!). Oportunamente se acordó que lo recaudado sería para pagar los sueldos del plantel marplatense.

Si bien al fin de semana siguiente Alvarado debía afrontar un partido en Bahía Blanca ante Bella Vista, el particular Philipp puso en cancha lo mejor que tenía, obsesionado con mantener el invicto de 19 partidos que ostentaba desde su arribo al club.

En Boca el panorama era otro. Es que el equipo porteño afrontaba la doble competencia Libertadores – Torneo Clausura y por eso llegó con un mix de suplentes y juveniles, dirigido por Abel Alves.

Ezequiel Ceballos jugó contra Boca en el 2007 y repetirá el miércoles, en su despedida oficial. (Foto archivo LA CAPITAL)

Ezequiel Ceballos jugó contra Boca en el 2007 y repetirá el miércoles, en su despedida oficial. (Foto archivo LA CAPITAL)

De todos modos el “xeneize” puso en cancha futbolistas que luego se harían un nombre en el fútbol argentino, como Lucas Pratto, Nicolas Bertolo, Andrés Franzoia, Cristian Chávez, Facundo Roncaglia, Juan Forlín o Nicolás Gaitán.

Al cabo, los pibes de Boca se impusieron 3-2 ante unas 3.500 personas en el estadio Mundialista. Pero Alvarado disfrutó su momento y llegó a estar 2-0 arriba con una ráfaga de Carlos Serial y Ezequiel Ceballos (a los 34′ y 36′ respectivamente).

Sin embargo, Boca devolvió la “gentileza” con otros tres goles antes del final de ese primer tiempo y ya se fue ganador al descanso. Uribarri (37′), Bertolo (40′) y Pratto (43′) dieron vuelta el marcador.

En el complemento predominaron los cambios en ambos equipos y faltaron los goles.

En Alvarado, entre otros, jugaron Martín Quiles y el mencionado Ceballos; el primero integrante del actual plantel que jugará el Federal A y “Trapito” recientemente retirado y ahora como parte del cuerpo técnico de Mauricio Giganti, quien vuelve para ponerse los cortos en este partido especial (ver aparte).

Así Alvarado inició con Abette; Antonio, Quiles y Erramuspe; Gáspari, Gonzalo Sánchez, Marchesini y Santiago Giuntini; Revainera; Lema y Ezequiel Ceballos.

Y luego ingresaron Nabarro, Castagnino, Ariel Mendoza, Guillermo Benítez, Diego Ortiz, Martín Pereira y Sendra, Colaneri y Godoy.

Boca, por su parte, comenzó el juego con Morel; Fondacaro, Forlín, Roncaglia y Uribarri; Bertolo, Leandro Díaz, Franzoia y Cristian Chaves; Pratto y Sebastián Battaglia. Y después tuvieron minutos en cancha Ayala, Cerdá, Monteverde, Gaitán, Torres, Olmi, Capella, Monzón, Plana y Nayar.

 

Enero 2017, capítulo tres

El tercer amistoso entre Alvarado y Boca fue bastante más informal. Se jugó en la flamante villa del equipo marplatense, sin público ni camisetas oficiales.

Las pecheras dominaron la escena aquel miércoles 25 de enero a la vera de la Ruta 88. Fueron dos tiempos de 30′ que terminaron con empate a cero.

Cristian Pavón busca asociarse frente a la marca de Nahuel Santos. Fue un amistoso informal. Sin camisetas ni público.

Cristian Pavón busca asociarse frente a la marca de Nahuel Santos. Fue un amistoso informal. Sin camisetas ni público. (Foto club Alvarado)

Gustavo Noto dispuso un equipo distinto para cada tiempo, buscando tener a todos “afilados” para lo que venía, el Nonagonal final del Federal A.

Y el Boca que ya dirigía Guillermo Barros Schelotto presentó un mix entre algunas de sus figuras y algunos juveniles. Por caso para el “xeneize” se alistaron -entre otros- Ricardo Centurión, Cristian Pavón, Gino Peruzzi, Fernando Tobio, Federico Carrizo y Juan Manuel Insaurralde.

Alvarado arrancó con Mauro Beltramella; Sebastián Corti, Matías Presentado, Gastón Martínez y Nahuel Santos; Gabriel Compagnucci, Nicolás Fassino, Juan Gáspari y Francisco Molina; Patricio Escott y Wilson Albarracín.

Y Boca lo hizo con Ramiro Martínez; Peruzzi, Tobio, Insaurralde y Jonathan Silva; Gonzalo Maroni, Gastón Heredia y Carrizo; Cristian Pavón, Mauro Luna Diale y Centurión.

Para la segunda mitad, como se dijo, Noto mandó a un once distinto el campo de juego. Así se dieron el gusto Rodrigo Barucco; Emanuel Urquiza, Ramiro Jorge, Manuel Madrid y Mauro Castro; Jonathan La Rosa, Ignacio Caamaño, Juan Ceballos y Leonardo Verón; Nicolás Mollo y Braian Uribe.

 

Mastrángelo, toda una vida en el club

Angel Mastrángelo es uno de los referentes de Alvarado. Se formó, debutó e integró el histórico equipo que fue campeón del 77 y jugó el Nacional 78.

Angel fue uno de los protagonistas de aquel amistoso ante Boca Juniors y recuerda que se jugó “ante mucha gente en el San Martín”. “Nosotros lo tomamos como un partido más. No hubo nada especial en la previa”, agrega en diálogo con LA CAPITAL.

De esa época Mastrángelo guarda amistades, como las que hizo con varios integrantes de aquel plantel con los que sigue juntándonse a cenar.

“Cada tanto nos juntamos con Tamagnone, Alvarez, Galli y Romagnoli. Teníamos un muy buen equipo y los festejos por el título de la Liga fueron increíbles. Se armó una caravana grandísima… No creo que se pueda repetir algo igual” rememora.

Angel se crió en Alberti y Pampa a cuadras de la vieja sede de Alvarado (Avellaneda y Chaco), por lo que desde los 8 años se alistó en las inferiores del club, donde jugó hasta su retiro.

“La semana que viene se cumplen 50 años del día que debuté”, avisa. “Fue un triunfo 4-3 contra Quilmes en nuestra cancha. Recuerdo que era el primer domingo de agosto porque se festejaba el Día del Niño”, agrega a la hora de aportar datos.

En efecto, el archivo de LA CAPITAL, confirmó que la memoria de Mastrángelo no fallaba.

El domingo 4 de agosto de 1968 Alvarado se quedó con un partidazo ante Quilmes en Mataderos.

“Mastrángelo, elemento de 16 años que debutaba oficialmente, se estableció como volante izquierdo y desplazándose inteligentemente, complicó a todo Quilmes”, reflejó la crónica de este diario al día siguiente.

Comenzaba a surgir un pibe que haría historia en el club.

 

El recuerdo de Luis Fortunato

Luis Fortunato fue uno de los jugadores que vistió la camiseta de Alvarado en ese primer enfrentamiento frente a Boca.

El zaguero había llegado como refuerzo, cedido por Kimberley, el club que lo trajo a Mar del Plata tras sus pasos por Tigre (donde fue campeón de la B) e Independiente.

Para ese 1977 Luis ya tenía un nombre en el fútbol local y hoy, a sus 75 años, recuerda que aquel partido fue uno más para el equipo marplatense.

“Sucede que varios de nosotros ya habíamos jugado en Buenos Aires y nos sentíamos a la altura. Está claro que Boca, River e Independiente eran otra cosa, pero contra otros equipos de Buenos Aires nos sentíamos a la par.
Entre nosotros existía esa complicidad de saber que teníamos que explotar nuestro pasado en el fútbol de Buenos Aires. No podíamos sentirnos menos”, recuerda hoy Fortunato, quien fue uno de los mejores defensores de aquella época en Mar del Plata, al punto de haber jugado los Nacionales con Kimberley, San Lorenzo, Alvarado y Aldosivi.

“Siempre voy a estar agradecido a Mar del Plata. Yo desde Independiente me iba a ir a México pero vine a Kimberley porque estaba por nacer mi primera hija y mi mujer no quería viajar tan lejos. Y la verdad es que no me arrepiento. Acá nacieron mis hijas y me trataron muy bien en todos los clubes por los que pasé. Kimberley, que me compró el pase, fue como mi segunda casa”, agrega.

“Claro que en Alvarado hice amigos. Y también tengo lindos recuerdos de San Lorenzo y Aldosivi, que ya se veía en esa época que quería llegar lejos. Y Kimberley tenía muchas ganas de progresar. El fútbol era la vida para esa gente. Era la prioridad. A Mar del Plata le debo mucho y por eso nunca más quise irme de acá”, finaliza en diálogo con LA CAPITAL, en un alto de la reunión familiar del domingo.