El 6 de agosto de 2016 la pared de una casa de Santa Cruz y 214 amaneció con la pintada “Ana transa”. Con una pintada a la vista de todo el barrio Libertad, señalaban a la madre de Claudio Cristian Rojas (26) como vendedora de droga. Con una pintada, el destino de Rojas quedaba sellado, ya que luego intentaría defender con puños y sangre el nombre de la mujer que le había dado la vida.

La pintada de “Ana transa” apuntaba a Ana Coronel y la había hecho Braian Figueroa, un vecino del barrio Libertad. Ante esta situación, ese 6 de agosto de 2016 Claudio Cristian Rojas salió de su casa dispuesto a enfrentarse a Figueroa.

En la esquina de Santa Cruz y 214 había un grupo de jóvenes de la cuadra, entre ellos Figueroa. Todos vieron como Rojas fue hasta el lugar y comenzó a pelearse con el joven que había ofendido a su madre.

La pelea duró unos momentos, en los que los dos repartieron puñetazos. Sin quedar claro si hubo o no un vencedor, Figueroa volvió a la esquina con sus amigos y Rojas a su casa. Sin embargo este último volvió a salir en busca de venganza.

Según testigos, otro joven del barrio intercepta a Cristian Rojas para evitar que se volviera a pelear con Figueroa y al acercarse ve que este llevaba una pistola, la cual se la apoya en la panza para que no se metiera.

Ante esta situación, el joven que hasta el momento “nada tenía que ver” con el conflicto, le pega a Rojas para sacárselo de encima e intenta huir del lugar, haciendo zigzag para esquivar las balas que Rojas, enfurecido, comenzaba a disparar.

La reconstrucción hecha por los testigos es confusa. Los presentes intentaron escapar para evitar las balas y en ese contexto, César Damián Coronel, hermano de unos de los jóvenes que estaba bajo el fuego de Rojas, le dispara por la espalda al tirador y lo mata. El propio Coronel luego confesaría haber disparado al pensar que su hermano estaba herido y en peligro.

La bala que mató a Rojas ingresó por el omóplato y salió por el cuello. Personal policial fue hasta el lugar y lo trasladó hasta el Hospital Interzonal de Agudos, pero falleció a los minutos de ingresar. Mientras, el autor del homicidio se había escapado de la escena del crimen y se había ocultado.

Coronel había sido identificado como el asesino de Rojas, tanto como por los policías como por la familia de la víctima. El fiscal Alejandro Pelegrinelli ordenó su inmediata detención y habló con la familia del joven asesinado para intentar apaciguar las emociones y evitar una posible venganza. Sin embargo, los allegados de Rojas fueron hasta la casa de la familia Coronel e intentaron prenderla fuego.

Habían pasado menos de un mes de la muerte de Rojas y el 2 de septiembre César Damián Coronel decidió entregarse a las autoridades al sentirse acorralado tanto por la policía como por los allegados de la víctima, que habían jurado venganza.

Coronel fue juzgado en el Tribunal Oral en lo Criminal N°3, imputado por el fiscal Pelegrinelli por “homicidio agravado por alevosía”, sin embargo, para los jueces Mariana Haydeé Irianni, Fabián Luis Riquert y Juan Manuel Sueyro, la alevosía no correspondía en este caso.

Los jueces valoraron que Coronel haya confesado el crimen, y también tomaron como sincero su estado de dolor y culpa por haber matado a Rojas, como así también la actitud de pedir perdón hacia la familia de la víctima.

De esta manera, los integrantes del Tribunal Oral en lo Criminal N°3 decidieron condenar a César Damian Coronel a 11 años de prisión, que como el imputada se encuentra detenido desde el 2016, la misma vencerá el 1 de septiembre de 2027.

Una pintada fue el detonante de una pelea entre jóvenes del barrio Libertad que terminó con la vida de uno de ellos, de Claudio Cristian Rojas.