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Interés general 22 de julio de 2017

ARBA no habla de revalúo sino de una actualización del valor de los campos

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LA PLATA (Hernán Marti, corresponsal)- El cambio en la valuación fiscal de 15 mil parcelas productivas en la provincia de Buenos Aires hizo que los productores agropecuarios pusieran el grito en el cielo, argumentando que el gobierno bonaerense realiza un revalúo de sus campos en busca de mayor recaudación ya que el cambio en el valor modifica en favor de la administración vidalista la carga impositiva de los mismos.

Por su parte, desde la ARBA, el ente recaudador indican que lo realizado no es un revalúo, sino una actualización de los valores de campos que estaban subvaluados. Para ello, la Agencia de Recaudación de Buenos Aires inició el procedimiento de notificación de corrección en el impuesto Inmobiliario Rural “con el objetivo de aportar mayor equidad y justicia al sistema tributario provincial”, tras un minucioso análisis de la superficie rural de la provincia de Buenos Aires mediante verificaciones de campo, imágenes satelitales, cartografía digital y cruce de información con organismos oficiales especializados en temas agropecuarios.

Desde el organismo indicaron que las 15 mil parcelas representan el 5% de la superficie productiva bonaerense y que “se trata de campos que en los últimos 50 años experimentaron modificaciones tanto en la composición de su suelo como en otras características que tienen una influencia directa en la capacidad productiva. Esos cambios nunca fueron declarados ni incorporados al catastro y, por ende, provocaban inexactitudes a la hora de calcular el verdadero valor de la tierra”.

Finalmente remarcaron además que “el análisis de la tierra libre de mejoras que llevó adelante ARBA se apoyó en reglas explícitas, de base matemática y geográfica, que posibilitaron contar con un criterio uniforme y objetivo que refleje la verdadera capacidad contributiva de los propietarios de cada partida” y que “los técnicos de la Agencia analizaron las características de la capa arable de la tierra, la capacidad ganadera y la distancia a rutas asfaltadas, para lograr un cálculo más exacto de las valuaciones rurales que presentaban inconsistencias”.