Los seleccionados de básquetbol masculino de Argentina y España definirán este domingo en el Wukesong Sport Center de Beijing, a las 9 de nuestro país, el título en el Campeonato Mundial de China 2019.

Nadie le puede restar méritos a argentinos y españoles, si bien no llegaron a este certamen con el rótulo de favoritos, papel que parecía reservado a Serbia y Estados Unidos. Pues bien, ninguno de estos dos llegó siquiera a semifinales.

Para Argentina, con vestigios de aquella inolvidable Generación Dorada, esta final representa la posibilidad de cerrar un nuevo capítulo de gloria e historia grande en las páginas del deporte “albiceleste”.

El estadio sede, con capacidad para 19.000 espectadores, recibirá a los únicos dos invictos que aún quedan en el certamen. Ergo, el campeón lo será en calidad de imbatido.

El partido será transmitido en vido por TyC Sports, DirecTV Sports, la Televisión Pública y DeporTV.

Con los marplatenses Patricio Garino y Luca Vildoza, Argentina tendrá su tercera posibilidad de alzar la Copa del Mundo después de tomar la primera, en la edición estreno de 1950, que organizó en Buenos Aires, y de quedar en el umbral de la celebración en Indianápolis 2002 cuando perdió con Yugoslavia (84-77), en suplementario, con la base del equipo que dos años más tarde coronó el oro olímpico en Atenas.

Aquella Generación Dorada, que tuvo a Emanuel Ginóbili como símbolo, sentó las bases de un virtuoso ciclo para el básquetbol argentino que aún tiene vigencia pese al retiro de casi todos sus integrantes, a excepción de Luis Scola, el líder absoluto del seleccionado actual.

El equipo dirigido por el bahiense Sergio Hernández superó todos los pronósticos en China, consiguió sin inconvenientes el primer objetivo de sellar la clasificación para los Juegos Olímpicos Tokio 2020 y se instaló en la final con un rendimiento admirable.

Intenso y frenético al momento de defender, eficaz a la hora de atacar, concentrado en cada segundo del partido y comprometido con la causa colectiva son virtudes bien importantes que mostró el equipo “albiceleste” desde el debut en este torneo.

El propio entrenador argentino reveló que, tras vencer a Francia, en el vestuario, Luis Scola les dijo a sus compañeros: “Tenemos 25 minutos para celebrar. Después se acabó el ruido, no quiero redes sociales, nos tenemos que concentrar en el siguiente partido, en donde tendremos 40 minutos para hacer historia”. Más claro, imposible.

El último obstáculo hacia el título es un seleccionado español laureado, compuesto por jugadores de experiencia y que tiene una apreciable ventaja sobre Argentina en el historial del Mundial de básquetbol.

El pivote Marc Gasol (34 años), campeón reciente en la NBA con Toronto Raptors, en su hombre más importante en la zona de la pintura, con un tiro respetable de media distancia y sobre todo con una potencia demencial cerca de los tableros.

También destacan los perimetrales Rudy Fernández y Sergio Lull (ambos compañeros de Facundo Campazzo y Gabriel Deck en Real Madrid), el base Ricky Rubio, jugador de Phoenix Suns, y el alero Juancho Hernangómez (Denver Nuggets) dentro de un plantel con edad promedio de 30 años y altura de 2 metros, cuatro centímetros más que el equipo argentino.

España también buscará su segundo título mundial después del alcanzado en Japón 2006 (derrotó en la final a Grecia, 70 a 47).

Los equipos

Argentina
Facundo Campazzo, Nicolás Brussino o Luca Vildoza, Patricio Garino, Luis Scola y Marcos Delía. DT: Sergio Hernández.

España
Ricky Rubio, Rudy Fernández, Víctor Claver, Juancho Hernangómez y Marc Gasol DT: Sergio Scariolo.

Estadio: Wukesong Sport Center, de Beijing.
Hora: 9 (de Argentina).