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Opinión 18 de diciembre de 2018

Arroyo le reza a “San Indec”

Por Santiago Boniffati - Concejal de Sumar

Dicen que no hay peor ciego que el que no quiere ver, y no se me ocurre mejor frase para ejemplificar las declaraciones del actual intendente Carlos Fernando Arroyo y su gestión.

Sino, ¿cómo podemos explicar sus dichos sobre la baja del desempleo que van absolutamente en contra de la realidad que podemos a simple vista ver los vecinos? O ¿acaso hay 700 mil marplatenses mirando para un lado que es el equivocado y que es el opuesto al que mira Carlos Arroyo? Porque, siendo buenos, supondremos que el intendente realmente cree en las cosas que dice y no se está burlando de todos los vecinos de la ciudad que, en cada uno de sus lugares, sufren la actual crisis que atraviesa el país y que azota con todas sus fuerzas a nuestras ciudades en particular.

Mar del Plata volvió al podio de la desocupación. Con un índice de 11,8% en el tercer trimestre del año, quedó en segundo lugar del ranking nacional. Y aunque estos datos nos alarman, no nos toman por sorpresa; sólo basta con recordar la foto de los 15 mil jóvenes en el museo MAR haciendo fila para conseguir un trabajo, o pensar en los empleados de la tradicional confitería Bóston, que 200 días después de presentada la quiebra se niegan a caer en la linea de desocupados y siguen yendo a trabajar, manteniendo sus hogares con las ayuda de muchos vecinos. Y estamos mencionando esos como los casos más visibles y escandalosos sobre la crisis de empleo que atraviesa Mar del Plata, porque si vamos a cada uno de los sectores productivos de nuestra economía local podemos ver los esfuerzos que este año tuvieron que hacer los empresarios, productores, generadores de servicios e industriales entre otros, para mantener su nivel de ingresos, poder solventar los gastos fijos y, principalmente, lograr mantener su planta de empleados o, en el peor de los casos, despedir al menor número posible de personas.

Mar del Plata merece tener políticas públicas pensadas para la generación de empleo, gestionando para que los recursos que se consiguen de la alianza local con provincia y nación sean invertidas en sectores que muevan la economía local. No queremos simplemente tener un “presupuesto equilibrado”, como se jacta de decir el intendente aunque no sea cierto, queremos que el dinero de las arcas municipales se reinvierta para generar nuevos puestos de trabajo; o que se piense en una relación público/privada para beneficiar a los miles de marplatenses que en estos últimos años perdieron su trabajo.

No se puede gestionar un municipio pensando que hay una mayoría de miradas equivocadas de la realidad y que únicamente la propia es la válida. Tampoco se puede terminar cada trimestre rezando a “San INDEC” para que los números den de manera favorable, cuando durante el año no se han generado acciones que aumenten el empleo. Los números están a la vista, pero la realidad también.

No hay peor ciego que el que no quiere ver, pero tampoco hay peor gestión que aquella que no gestiona absolutamente nada pensando en mejorar la vida de los vecinos que hoy la están pasando muy mal.