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Cultura 8 de julio de 2019

Arte, trabajo y sinécdoque, la obra de Ernesto Pereyra

Balde, una de las obras Pereyra que se expone en el Centro Cultural de la Cooperación Floreal Gorini.

por Verónica Meo Laos

Quedó recientemente inaugurada la muestra “Contrapeso”, de Ernesto Pereyra en la Sala Abraham Vigo del Centro Cultural de la Cooperación, en la ciudad de Buenos Aires.

A sala llena, la exposición estuvo colmada de un público de todas las edades con una importante presencia joven y de figuras de la cultura y del arte, todos ellos gente de trabajo y con voz propia. En este sentido, el público, el artista y su obra no están en disonancia, antes bien, coinciden en concebir al arte como una tarea y, al mismo tiempo, como un compromiso político.

Ernesto Pereyra (Buenos Aires, 1979) es un joven artista unido a Mar del Pata a través de su casa familiar en Camet, lugar hacia donde se escapa cada tanto, “unos días a descansar, al encuentro con el mar, nada de trabajo”.

La exhibición consta de siete pinturas óleos de tamaño significativo (150 x 150 cm y 120 x 120 cm.). Todas ellas conforman el concepto de contrapeso que da título a la muestra. Según el artista, las pinturas no llevan título por separado sino que cada una se complementa con las demás. “No las pensé como piezas individuales sino como parte de un todo”, afirma.

El mundo del trabajo y sus herramientas atraviesan esta serie de pinturas. Una pala en primer plano, una escalera, o un balde exhiben y, al mismo, tiempo denuncian una calma de objetos, la quietud que anticipa la tormenta. Es la sinécdoque de una ausencia detenida en el instante que condensa la eternidad a punto de explotar pero que, sin embargo, no estalla. Cada objeto es inútil si no sirve como herramienta, si no es usado por el trabajo humano y su sudor, la labor creadora o la explotación y la fatiga. A la vez la presencia de una pluma que flota alrededor de las herramientas concretas es la metáfora que contrapone a la densidad de los objetos la siempre posible existencia de lo etéreo, de la elevación, del vuelo.

Ante la pregunta de rigor, acerca de cómo se sintió tras la inauguración, Ernesto dice haberse sentido satisfecho, agradecido y cansado. Porque “se disfruta más con el pasar de los días. La inauguración en sí misma es un hecho sociocultural. La apertura de una nueva etapa, luego de haber superado la etapa de producción. Es una etapa de proyección y de exposición, claro, ante la mirada de un público con expectativas también”.

– ¿Expondrías en Mar del Plata?

– Me gustaría exponer en Mar del plata. Es un lugar nuevo para las artes visuales. La meca del teatro de temporada alta y el festival de cine. Ahora se abre a las grandes exposiciones de artes visuales. Me gustaría.