MIRAMAR (Corresponsal).- Frente al mar, sobre la avenida Costanera, a pesar del paso de los años, se mantiene erguido el emblemático chalet “Mamapina” que durante mucho tiempo sufrió abandono, actos de vandalismo y fue sometido a proyectos comerciales que no tenían ninguna relación con su valoración patrimonial.

Finalmente, hoy la realidad es otra: avanza una importante obra a paso firme y la restauración apunta a transformar la propiedad en un hotel boutique, que podría estar funcionando los próximos meses de cara a la temporada estival.

Su propietario, Ángel Bonelli (83), se muestra ilusionado con el proyecto y “lo está preparando para que pueda alojar a quienes nos visiten”. Misma sensación es la que tiene parte de la comunidad la cual siempre reclamó por la revalorización de la también conocida “Casona” o “Casa de la Cigüeña”.

Cabe señalar que mediante ordenanza 070/02, el Concejo Deliberante local declaró a “Mamapina”, “Patrimonio Cultural Histórico de General Alvarado” debido a su importancia en el desarrollo urbanístico de la ciudad.

Aprovechando en su momento que la soledad y el desamparo rodeaban a la casa, un grupo de personas decidió ocuparla durante un tiempo bastante considerable hasta que en octubre de 2014 tras una orden judicial se ordenó el desalojo.

Según cuenta la historia local, fue la primera edificación de estas características en levantarse frente al mar por 1924. En el jardín del ala norte había una fuente decorada con una cigüeña coloreada de cemento en donde “el ave, con sus alas desplegadas, parecía levantar vuelo”, como especificó en uno de los libros, la fallecida escritora local Vilma Brugueras.

En esa época, la casona le fue obsequiada al actor Florencio Parravicini por un tío arquitecto y aunque este nunca veraneó en Miramar, sí lo hizo por muchos años su familia, viendo transformarse el pueblo en ciudad.