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Cultura 19 de diciembre de 2016

Cabal análisis de la política científica y tecnológica argentina

Un estudio exhaustivo sobre las políticas de ciencia y tecnología aplicadas en Argentina durante cuatro décadas, a cargo de una historiadora y doctora en ciencias sociales.

Por Alejandro Manrique

Las políticas de ciencia y tecnología en Argentina se perciben por parte de la sociedad que es proclive a ciertos imaginarios, como si esas actividades no estuvieran relacionadas con la política del país y tendieran a considerarse como un campo neutral en el cual la ciencia se sitúa ajena a disputas, intereses y tensiones de todo tipo.

Esa interpretación no pondera la influencia social y el hecho de que las políticas que regulan y estimulan la ciencia y la tecnología están influenciadas por condiciones limitantes, ya sea internacionales o locales, como lo son las inestabilidades políticas y económicas que caracterizan a nuestra historia.

Esa gran complejidad temática se aborda en el excelente libro “Ciencia y política(s) en la Argentina, 1943-1983”, a cargo de Adriana Feld, publicado por la editorial de la Universidad Nacional de Quilmes (2015, 528 páginas), exhaustivo estudio de las políticas de ciencia y tecnología en Argentina durante cuatro décadas determinantes.

La autora es historiadora y doctora en ciencias sociales por la Universidad de Buenos Aires, investigadora del Conicet y docente en centros de enseñanza superior. Ha participado en múltiples proyectos de investigación en el campo de los estudios de ciencia, tecnología y sociedad, con énfasis en la historia de las políticas de ciencia y tecnología en Argentina desde los aspectos de la difusión de nuevas políticas y sus debates locales asociados, al igual que los modelos institucionales y su aplicación respectiva.

La profunda investigación de Feld analiza las políticas públicas de ciencia y tecnología en el país entre 1940 y 1970, lapso temporal durante el que se crearon la mayoría de las instituciones que tienen como tarea su diseño e implementación.

Así, el texto recorre diferentes actores, objetivos, organismos y paradigmas de una compleja y entrelazada interrelación que lleva a pensar la ciencia como escenario de disputa por un espacio de poder cada vez más influyente. El libro se divide en cuatro apartados principales y claramente definidos, acorde a un tema que está indisolublemente superpuesto en su totalidad con el acontecer político propio del país.

El análisis de Feld parte de los antecedentes de la política científica y tecnológica argentina, entre las décadas de 1940 y 1950, período en el cual la autora explica que no existía una política concreta y definida en el área para su financiamiento y orientación. Bajo la creación de algunos organismos, la ciencia estaba sujeta al crecimiento económico y el desarrollo de algunos sectores estratégicos de índole militar.

Surgen dos culturas bien marcadas alrededor de la política científico-tecnológica en un contexto de tensión sociocultural: una burocrática, orientada a la planificación estratégica del país, y otra académica, liderada por la élite científica e influenciada por el ámbito internacional que defendía la autonomía de la libertad de investigación.

La segunda parte del período analizado por Feld va desde 1955 a 1966, conocido como la “época dorada” de la ciencia y las universidades nacionales. Un período en donde se fundan las instituciones de ciencia y tecnología como el INTA, el INTI, etc. Y tal vez lo más destacado: se crea el Conicet, marcado por un itinerario errante sin estrategia a largo plazo –que intenta revertir mediante un programa de innovación y la indispensable vinculación de la investigación con la producción- y que sufrió los vaivenes institucionales del país con gobiernos civiles y militares.

También se introduce la carrera del investigador científico y se expanden los laboratorios de investigación, al igual que el incremento financiero y el aporte de recursos de organizaciones internacionales. Lapso expansivo de la ciencia argentina que llegaría hasta la “noche de los bastones largos” y el declive ya conocido.

La tercera parte está dedicada a las cuestiones de ciencia, tecnología y sociedad, relacionadas especialmente con el desarrollo económico. Surge con fuerza el “pensamiento latinoamericano” en ciencia, tecnología y desarrollo a fines de la década de 1960, cuando la ciencia y la tecnología se examinan con mayor intensidad por las ciencias sociales.

Se debate principalmente el discurso del “modelo lineal” de investigación, por el cual el impulso de la ciencia básica trae asociado automáticamente beneficios económicos para la sociedad sin intervención de otros medios institucionales y que se impuso en gran parte de Latinoamérica por muchos años.

Ya en la cuarta parte, se aborda la política científica en los años del decenio 1970 donde el modelo institucional se aparta de sus principios y deriva en conflictos y rupturas de las políticas de ciencia y tecnología. Sin dejar de lado la represión y la influencia de la dictadura de 1976, cuyos aspectos la autora no analiza pero sí sus consecuencias en lo que hace a la interrupción y pérdida de líneas de investigación, ciertas trayectorias y logros científicos que se habían alcanzado.

Entre las conclusiones, se establece que el discurso expuesto sobre las políticas científico-tecnológicas de nuestro país está matizado de referencias al período analizado en el texto. A los intereses por legitimar o rechazar ciertos procesos o proyectos se suman las variadas aclaraciones de los hechos, lo que genera múltiples interpretaciones; en ese aspecto el trabajo de Feld ofrece una mirada que brinda un marco contextual y global de la trayectoria institucional al igual que el importante ciclo de políticas públicas con sus errores e incongruencias.

El examen y exploración final se orienta a los casos locales e intenta explicar etapas y modelos institucionales de nuestra historia, pero marca similitudes y diferencias con otros países latinoamericanos.

La documentada y voluminosa obra fue recientemente distinguida con el premio “Amílcar Herrera” al Mejor Libro Latinoamericano en los Estudios Sociales de la Ciencia, otorgado por la Asociación Latinoamericana de Estudios Sociales de la Ciencia y la Tecnología (Esocite) en Brasil, en el marco del congreso de la especialidad, como reconocimiento al aporte del estudio de temas relacionados con el abordaje social de la ciencia y la tecnología de la región.