Tras el paso del verano y del último fin de semana extralargo, el gobierno municipal informó que, en lo que va del año, se registró una baja del 33% en las multas de tránsito.

La Secretaría de Seguridad precisó que ya se realizaron más de 94.000 actas de constatación a través de agentes de tránsito, la Patrulla Municipal y, en menor medida, las cámaras que están conectadas al Centro de Operaciones y Monitoreo (COM). En esta sumatoria no se incluye lo registrado por el sistema de fotomultas.

En tanto, en el mismo periodo del año pasado, ya se habían realizado más de 141.000 actas por infracciones como estacionar en lugares prohibidos, alcoholemia positiva, circular en contramano o girar en U, entre otras. Esto indica una disminución interanual que hoy ronda el 33%.

“Nuestro objetivo no es obtener recursos, sino que se apunta al ordenamiento vehicular y a que el vecino pueda vivir con seguridad. Así lo dispuso el intendente (Guillermo Montenegro). Desde la prevención y la comunicación se pueden lograr muchas cosas, sin ser coactivo con las personas”, señaló Rodrigo Goncálvez, el secretario de Seguridad.

Según el funcionario, la baja en las actuaciones de tránsito es la consecuencia de tener una mirada más centrada en la prevención del delito y no tanto en los operativos “con fines recaudatorios”.

“Cuando hemos hecho controles también percibimos una mayor responsabilidad civil y social, porque la gente realmente tiene mucho más presente lo que es la obligación del alcohol cero y los padecimientos que se enfrentan cuando hay accidentes”, resaltó Goncálvez.

En la misma línea, ponderó la “concientización” en la población local, a partir de las charlas y campañas del municipio, impulsadas por Héctor Ragnoli, el director de Tránsito.

Goncálvez señaló que otro eje de gestión ha sido apuntar a un enfoque más “policial” que “contravencional”. “En lo que va del año hicimos más hincapié en operativos de saturación en muchos barrios, por fuera de lo que son las principales arterias comerciales y la costa. Entonces la cantidad de autos que podemos contravencionar es menor. La población pide más seguridad y debemos responder a eso”, explicó Goncalvez.

Secuestros

El titular de la Secretaría de Seguridad informó, por otro lado, un aumento en el secuestro de motos por diferentes infracciones, como falta de documentación.

En lo que va del año, ya se confiscaron 1.182 motos, de las cuales 772 fueron secuestradas en operativos de saturación, en conjunto con la Policía de la provincia de Buenos Aires. Mientras que, en el mismo periodo de 2023, el número ascendía a 1.027.

En contrapartida, se registró una disminución en el secuestro de autos: 874 el año pasado y 530 en el ejercicio actual.

De acuerdo a lo números oficiales, se llevaron a cabo unos 125 procedimientos en diversos barrios de General Pueyrredon.

“Buscamos el control de las motos en la vía pública. No sólo en lo que respecta a la documentación, sino también cómo circulan. Las que encontramos con más reiteración en las calles son las de menor cilindrada”, detalló el secretario.

En general -sostuvo el funcionario- se trata de rodados que pueden ser fácilmente “adulterados, robados o utilizados para cometer algún delito”.

Con un parque automotor que ronda los 700.000 vehículos, las motos son para Goncálvez la “mayor preocupación” para el tránsito local.

“Se trata de un vehículo usado para el traslado y con valor. Gran parte de la población tiene acceso a este tipo de rodado. Sin embargo, al mismo tiempo, vemos en la moto los mayores índices de siniestralidad. Esto se da por la imprudencia y la falta de responsabilidad al conducir”, consideró. Y añadió: “En términos porcentuales, es el vehículo que mayor preocupación nos da por no seguir las reglamentaciones de tránsito, además de ser un elemento delictual”.

Compactación

En la actualidad, General Pueyrredon cuenta con 4 playones en los que se depositan los diferentes vehículos que son secuestrados en el distrito.

Además del playón de secuestro principal, se encuentra la playa de depósito de la avenida Libertad y Tandil, la playa satélite de depósito Santa Paula y la playa de secuestro Batán, emplazada en Emilio Larraya y calle 136.
Al colmar casi la capacidad de estos lugares, desde octubre del año pasado la comuna inició un proceso de compactación de motos y vehículos para poder liberar espacio operativo.

“A través del Prodeco (Programa Nacional de Descontaminación y Compactación), se contrata una empresa privada para hacer la compactación. La ganancia que se obtiene por vender la chatarra tiene que ir en un 10% al Ministerio de Seguridad de la Nación. El resto se destina a un organismo público: este año irá para la Asociación Civil Amigos de Bomberos, por una suma de $50 millones. Estas acciones buscan el saneamiento ambiental y la recuperación de los espacios en los playones de secuestro”, concluyó Goncálvez.