Por Pablo Falcone
Twitter: @pmfalcone26

 Carlos Maslatón pide su habitual agua mineral con gas y comienza a responder preguntas. Cuenta que hace tres años no visitaba Mar del Plata, que es admirador de las obras del arquitecto Alejandro Bustillo y que, por eso, disfruta de su estadía en el NH Gran Hotel Provincial. “Esta zona es espectacular con el Casino y la Bristol. También la relaciono con la infancia”, dice con nostalgia por sus viajes familiares cuando era chico.

Maslatón cuenta, además, que fue el fundador de la agrupación liberal Unión para la Apertura Universitaria (UPAU) en los 80 y que, ya retirado de la política, con la aparición de Internet en los 90 se convirtió en un activo forista. “En las primeras comunidades on line ya participaba, pero era todo muy desordenado, con la llegada de Facebook y Twitter eso se organizó y pude encontrar un lugar para concentrar los pensamientos que tenía sobre múltiples cosas”, dice.

El abogado y analista financiero es consciente de que, desde hace al menos tres años,  se convirtió en un protagonista de las redes sociales. Su lenguaje, la defensa del liberalismo y el  rechazo a la cuarentena por el coronavirus lo llevaron a multiplicar sus seguidores. Su mensaje, sobre todo, impacta en los jóvenes. Proceda, barrani y masacre forman parte del vocabulario de la nueva generación. “No es algo  que me cambie ni que cambie mi euforia”, analiza sobre el impacto que le genera su influencia.

Maslatón dice también que está muy agradecido por la repercusión y por eso asegura estar “a disposición de la gente”. Pero explica que le piden tantas reuniones que a veces no llega “ni a contestar que no”. “Tengo muchas limitaciones con el tiempo”, argumenta. Es que también necesita horas para trabajar en dos proyectos personales: Lirium, una empresa ubicada en Liechtenstein que provee de criptomonedas a los clientes de entidades financieras de distintos lugares del mundo, y un fondo cripto.

Además, en una extensa entrevista con LA CAPITAL, Maslatón cuenta que el 20 de enero vence el “ultimátum” que le dio a Javier Milei para habilitar las PASO en la Libertad Avanza. Y, por primera vez, da detalles de lo que será su futuro en su otra pasión: la política.

-Los armadores de Javier Milei dijeron que no le iban a dar la PASO y usted respondió: me preparé toda la vida para este momento. ¿Va a ser candidato?

-Esa es una frase que inventó un presidente fracasado del Banco Central en el año 89. (NdR: Rodolfo) Rossi se llamaba. En medio de la híper lo llama Menem y da un discurso y dice: Me preparé toda la vida para el cargo. La gente se rió mucho. Yo la robé esa frase. Es como una burla, no es en serio. Es como que estoy diciendo: mirá la tontería que está diciendo Karina Milei. Como yo tengo discrepancias con la forma de armado político, no puedo estar en el partido cuando en realidad justamente tener diferencias es el fundamento de las internas y de las PASO. Entonces lo que estoy diciendo es pero qué tontería: me preparé toda la vida para escuchar esta tontería. No estoy diciendo, me preparé toda la vida para realizar una incursión política que sea revolucionaria.

-Apostó  por Milei y en sus orígenes le dio mucho respaldo dentro del liberalismo. ¿Está decepcionado por cómo se desarrolló el armado político de la Libertad Avanza?

-Algunos analistas consideran que en el inicio de Milei, el hecho de haberlo validado y pedido el apoyo de todos, fue fundamental. Puede ser que haya sido algo importante, pero no le resto méritos a él. Generalmente el éxito de la política es una conjunción de figuras con inteligencia política y con colaboraciones de aparatos políticos. Siempre supe que a él le faltaba todo este tema de la política, por más que él se presente como anticasta. Pero siempre consideré que con 50 dirigentes que estén con él armando estructura nacional y preparando equipos de Gobierno para la llegada a la Casa Rosada, se podía suplir las falencias de él, que viene de un ámbito intelectual y académico. Eso podía salir bien o podía salir mal porque requería que él aceptara esta realidad y no se sintiera condicionado. El plan que yo tenía no lo vio y optó por otro camino.

-¿Cuál es el otro camino?

-Borrar a estos 50 dirigentes y nombrar en su  reemplazo a personas no idóneas para el tema y elegirla a su hermana como la censuradora de todo lo que existiera. Y se convirtió en una suerte de dictadura estalinista, casi te diría que en otro tiempo político podría haber mandado a fusilar gente.

-¿Fue una decepción?

-Eso no fue una decepción. Fue una posibilidad política. Si creo que es una pena lo que hizo porque había posibilidad real de armar una estructura y un camino para ganar el país en 2023. Hoy lo veo más difícil.

-¿Por qué el liberalismo no logró unir a dirigentes como Milei, Espert y López Murphy, por mencionar algunos?

-Hace 40 años fundé UPAU, una agrupación universitaria. El gran problema inicial era que había muchas agrupaciones similares y que había que juntarlas. Me dediqué todo el verano 82-83 a unificarlas. La tarea de unificación es muy difícil. Eso no tiene una sola solución en política y es juntarse todos en una mesa así redonda y decir: señores todos tenemos posibilidades, no nos vamos a matar entre nosotros y el público decidirá quién va primero segundo o tercero, pero siempre vamos a dirimir nuestras controversias a través de las elecciones. Lamentablemente tengo que decirte que el liberalismo argentino, salvo en un par de períodos, siempre proscribió las internas. O sea: el liberalismo en el comportamiento individual de sus referentes tiene, en este sentido, una conducta similar al proteccionismo económico. Esto que ha hecho Milei con la hermana de decir no hay internas es lo más antiliberal que hay. Esto que me estás señalando es una falla histórica de nuestra ideología. Se da acá pero en otras partes del mundo no se da.

-¿Es una conducta poco liberal?

-Esa conducta de acá es lo más antiliberal que hay. El arte de la política justamente es no aniquilar al contrario que está cercano a vos ideológicamente. Espert, López Murphy y Milei se odian todos entre sí.

-¿Todo lo que describe va a provocar que se aleje de la política o al menos de la Libertad Avanza?

-Esa pregunta tiene una respuesta muy precisa de parte mía. Y voy a introducir otros elementos de la política, que son el compromiso y la lealtad. Yo este proceso político lo empecé en la Libertad Avanza y lo voy a terminar en la Libertad Avanza. Eso quiere decir que yo, aun con esta proscripción, censura y simulacro de expulsión que se ha intentado en mi contra, no me voy a vengar yéndome a otro lado.

-No piensa en sacar los pies del plato

-Voy a votar esto, a pesar de todo.

-Entonces, ¿al final va a votar a Milei?

-Voto a las listas de la Libertad Avanza en el distrito dónde yo vote. Además no es solo Milei: hay un montón de gente más que para mí no se ha equivocado y todavía sobrevive a las purgas.

-Anunció en Twitter que el 20 de enero va a sacar un comunicado con su postura si se confirma que no hay internas.

-El 20 de enero a las 24 horas vence el plazo que le di a Milei para que confirme si acepta las PASO o no. Entonces tengo que esperar ese plazo. Hace unos días Karina se adelantó y dijo que no hay PASO y que Maslatón no forma parte. Igual respeto el plazo que yo di.

-¿Ya redactó el comunicado?

-El comunicado no lo escribí todavía. Lo tengo en la mente pero aún no lo escribí. Lo que digo en esta nota es más o menos un anticipo.

-Dentro del liberalismo suelen verse posturas muy abiertas en lo económico pero muy conservadoras en temas religiosos, el aborto o consumo de drogas. ¿Por qué se da esta tendencia?

-En la ideología pura liberal hay una cantidad de cuestiones que son indiscutibles y otras que son discutibles. Para mí el liberalismo implica economía, política, cultura y asuntos sociales. El aborto es tema controvertido en todas las ideologías. Es algo que quiebra a todo el sistema político. Hay otros componentes que son menos controvertidos. Yo no concibo el liberalismo sin democracia política. Los gobiernos autoritarios – totalitarios no son liberales por más que hagan un plan económico liberal.

-Por esto que dice, ¿se decepcionó con los finales de los gobiernos de Donald Trump y Jair Bolsonaro?

-Para mí, en Estados Unidos hubo fraude y en Brasil no. En ningún caso se justifica tomar el Congreso o el Palacio de Gobierno en Brasilia. Bolsonaro actuó con tremenda irresponsabilidad. Hizo un buen gobierno y perdió legítimamente las elecciones. Cuando te pasa eso en política, a no ser que estés convencido que hubo fraude, tenés que llamar a la prensa y decir que el ganador es Lula Da Silva y que le deseas todo lo mejor pese a las diferencias que tenés con él. Y además vamos a colaborar por el éxito del país. Esto es lo que se hace en democracia, pero no dijo nada y se fue al exterior. ¿Quién tiene la culpa de todo lo que pasó? Penalmente son responsables los que lo hicieron, pero yo le atribuyo responsabilidad a Bolsonaro.

-¿Qué tan grave es para el liberalismo continental que estos dos gobiernos hayan finalizado de esta manera?

-Es gravísimo. El liberalismo tiene enorme aceptación en su programa económico y más en las jóvenes generaciones que se sienten liberales. Pero cuando vos la embarrás con totalitarismo político o intolerancia cultural estás perdiendo un montón de gente que te puede votar. Por ejemplo, en Argentina cada tanto sale el tema de la dictadura militar. La película 1985 acaba de ganar el Globo de Oro y va para el Oscar. Todavía encontrás pibes jóvenes liberales que dicen que eso no existió. Dicen que es mentira y si hubo tal cosa está justificado por lo que hicieron desde el otro lado. ¿Desde cuando una represión y un Terrorismo de Estado está justificado porque del otro lado había grupos que hacían lo mismo?.

-¿Por qué cree que hay liberales que piensan así del Terrorismo de Estado?

-Hay falta de bajada de línea. Si Milei hace tres años hubiera dicho: señores, condeno en mis más duros términos el terrorismo de Estado del gobierno militar, no había más nada que hacer.

-En sus redes sociales escribió que al movimiento liberal le faltaba humanizarse. ¿Por qué se le habla a la clase alta y media pero no al que quedó afuera del sistema ?

-Es una falta gravísima. En todas partes del mundo, inclusive en los países más liberales, al 10 o 15% de la población le va mal. ¿Qué se hace en la sociedad con la gente que le va mal? ¿Se le dice pobre, jodete, trabajá, no seas vago? ¿Lo tirás a la basura?  Estoy en contra de esa postura. Siempre tenés que atender al que no tiene. Es más: un Estado liberal moderno tiene los recursos suficientes para subsidiar a las personas que están transitoriamente en malas situaciones y para asistirlo socialmente.

“Los gobiernos autoritarios – totalitarios no son liberales, por más que hagan un plan económico liberal”.

-¿Está a favor de los subsidios?

-Hay todo un prejuicio contra los subsidios. Hay dos tipos de subsidios: los que subsidian la tarifa del producto y los que subsidian a las personas. Yo estoy de acuerdo con subsidiar a las personas. Por ejemplo, vine a Mar del Plata pagando 1.110 pesos el tramo Buenos Aires- Constitución- Mar del Plata. Creo que tendría que haber pagado 8.000. Ahora, hay un montón de gente que no puede, entonces vos subsidiás al individuo para que pueda pagar la tarifa, pero no ponés una tarifa baja arruinando el sistema económico. El liberalismo en la práctica hoy parece que no sabe diferenciar una cosa de la otra. Los subsidios a las personas son perfectamente lícitos para nuestra ideología; los subsidios a las tarifas tergiversando el sistema de precios, no.

-¿Por qué cree que este tema no suele tener tanta exposición en el liberalismo?

-Es una estupidez política. No lo han pensado. Relacionan al subsidiado con el kirchnerismo y es un error eso. Además no se comprende la pobreza y se le atribuye responsabilidad al pobre. El pobre es una víctima de la sociedad que ha sido colocado en esa situación o que ha sido llevado por errores en la política económica. Hablo de la pobreza en la Argentina. Milei mismo el año pasado en una charla con Grabois estuvo un poco insensible como diciendo que el pobre que se las arregle. Estoy en las antípodas de esa visión.

-Pese a la elevada pobreza en el país es optimista con la economía argentina. ¿Qué lo lleva a esa conclusión?

-Mi optimismo es de aquí y ahora. La última vez que estuve en Mar del Plata, que fue en enero del 2020, estaba muy negativo con Argentina. Había augurado una crisis que comenzaba en noviembre de 2017 y yo le puse fin octubre de 2021. Mi cálculo de las cosas es muy de análisis técnico de los mercados financieros. Desde octubre de 2021 dije ya está, terminó y ahora Argentina está arriba. Esto muchas veces no se comprende porque se cree que es una opinión política y no lo es. Es lo que creo que va a pasar con la economía y con el país en general.

-¿Cómo se explica que los bonos y las acciones argentinas no paren de subir en los últimos meses?

-Porque los ciclos económicos te determinan las tendencias políticas. Cuando asume Massa, yo no lo podía creer. Fue julio del 2022. A todo el mundo le dije le va a ir bien a Massa. Primero porque él es buen político y segundo porque el ciclo lo iba a favorecer.

-El bullmarket que describe, ¿cuándo se va a trasladar a la gente?

-Se está trasladando lentamente, pero se está trasladando. Sería una injusticia decir que el país no está ahora mejor que hace cuatro años. Tenés actividad y tenés ocupación, tenés demanda laboral y los ingresos reales han subido. Y es imposible que no hayan subido los ingresos reales.  ¿Por qué? Tenés sobreconsumido todo y no estás en recesión, estás en expansión con precios para arriba. Si vos tenés precio para arriba y tenés consumo en ascenso, lo que quiere decir es que los ingresos están acompañando a la inflación o superándola. Lo que pasa es que si vos querés volver al nivel de vida de hace 30 años o de 60 años atrás que fue el máximo, eso va a tardar años.

-Lo mencionó a Massa. ¿Le molesta cuando lo chicanean con que es massista?

-No. Yo puedo opinar sobre la habilidad política de alguien que no es técnicamente de mi propio sector.

-¿Lo ve bien como ministro de Economía?

-Está actuando bien. Tiene dos puntos a favor y dos en contra. A favor son el manejo político, el consenso que busca y el consenso internacional. Y el otro es que le preocupa la parte fiscal. Eso viene excelente. Los dos puntos flojos, que no sé cuánto él puede resolver porque está metido el Banco Central, son el tipo de cambio, que es incorrecto que sea el de ahora porque tiene que ser libre y flotante, y la no resolución de un problema que viene desde el 2014 y que son las letras que emite el Banco Central. O sea, el déficit cuasifiscal del Banco Central. Eso se sigue expandiendo y nadie quiere parar.

-Y en lo político, ¿qué escenario ve? ¿Quién se perfila como próximo presidente?

-Salgo de mi interés político y hablo como analista. Si tengo que decir cómo se dirimen las dos grandes candidaturas, me da la impresión que el Frente de Todos va a ser Sergio Massa por voluntad de él, por descarte y porque los demás están peor. Y en Juntos por el Cambio, las tentativas del radicalismo de meter candidatos no van a andar, Vidal no va a andar… Me parece que Rodríguez Larreta es un tipo no muy querido en el electorado, pero tiene el mejor armado político nacional y plata. No me sorprendería que haya una final Massa-Larreta.

-¿Y Macri?

-Estuvo en Mar del Plata y se lo ve más animado. Creo que en un político también hay que ver cuántas ganas tiene. ¿Tiene ganas Macri de ser presidente? Creo que no.