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Policiales 17 de febrero de 2020

Caso Araujo: el policía acusado de “gatillo fácil” irá a juicio

Rodolfo Manuel Lorenzo fue imputado por "homicidio agravado" tras la muerte de un joven de 20 años, ocurrida en diciembre de 2012. Para la Justicia de Garantías las dudas existentes podrán ser disipadas con un debate.

Marisa Araujo y el reclamo de justicia.

Un efectivo de la Policía Bonaerense acusado de haber matado a un joven en 2012, en un caso de supuesto “gatillo fácil”, irá finalmente a juicio oral y público ya que para la Justicia de Garantías, tras casi ocho años de investigación, aún existen “un cúmulo de dudas” que necesitan ser disipadas en un debate.

Se trata del teniente Rodolfo Manuel Lorenzo, quien fue imputado recién en noviembre de 2018 por “homicidio doblemente agravado por el uso de armas y por la calidad de su autor de miembro de la fuerza policial” por la muerte de Mauricio Araujo (20), ocurrida el 23 de diciembre de 2012 a la madrugada, cuando el policía le disparó al joven en el estómago.

La causa estuvo años prácticamente congelada y pasó por las manos de cuatro fiscales diferentes. Inicialmente estuvo a cargo de la fiscal María Isabel Sánchez, quien en las primeras horas había calificado el hecho como “legítima defensa”, y luego la investigaron diferentes fiscales -Juan Pablo Lódola, Eduardo Amavet, Leandro Arévalo-, hasta que, finalmente, cayó en las manos de la fiscal Andrea Gómez, quien reabrió la investigación, imputó a Lorenzo y solicitó la elevación a juicio concedida por la Justicia de Garantías.

La jueza Lucrecia Bustos aceptó el pedido de elevación a juicio planteado por la fiscal Andrea Gómez y rechazó el sobreseimiento de Lorenzo, solicitado por el defensor oficial, Mauro Giacomaso, quien consideró que el imputado actuó “en cumplimiento del deber”.

En su resolución, y al rechazar el sobreseimiento, la jueza Bustos explicó que “quien obra en cumplimiento del deber lo hace conforme a sus facultades y claramente no se comporta antijurídicamente. El deber en cuya ejecución actúa el agente, debe ser más valioso al que quebranta dicho agente”.

Para la jueza, en este caso en el que Lorenzo mató a Araujo pudo haber actuado extralimitándose en sus funciones.

“Más allá de las dudas que puedan surgir en mi ánimo sobre la real mecánica del hecho y la posibilidad de que efectivamente haya existido un accionar justificado por parte de Lorenzo, entiendo que no resultan de suficiente entidad para obturar la realización del debate, sobre todo porque existen versiones contrapuestas, que deberán ser evaluadas por el órgano de juicio”, consideró Bustos.

La jueza explicó que hay dos versiones enfrentadas que necesitan ser contrapuestas en el Tribunal. Por un lado el relato policial, donde se afirma que Araujo efectuó un disparo previo, y que el accionar de Lorenzo fue una respuesta proporcional y ajustada a derecho.

“Sin bien ambos policías dijeron haber escuchado dos detonaciones, no brindaron demasiadas precisiones, que merecerían ser repreguntadas”, explicó en la resolución, donde agregó que según la declaración otro efectivo, Lorenzo y su compañero de calle “estaban sumamente tranquilos pese a la situación que les había tocado vivir.

Según un testigo Lorenzo, incluso, movió con su pie el arma que inicialmente estaba junto a Araujo, lo que demostraría que la escena del crimen no fue debidamente preservada”.

Por otra parte, quienes estaban junto a Araujo esa noche describieron una mecánica diferente, que la propia jueza destaca: “Estos testigos afirman que había un tercer policía uniformado en el lugar y aseguran que el arma hallada junto a Araujo fue plantada por el personal policial, lo que torna más sospechosa la conducta a la que hace referencia el oficial cuando mencionó que observó cómo Lorenzo corrió el arma con el pie. Estas declaraciones, a pesar de sus contradicciones, no se pueden tildar de mendaces”.

“En síntesis, entiendo que el cúmulo de dudas existentes podrá ser disipado con la realización de un debate”, concluyó la jueza Lucrecia Bustos.

Autopsia y pericias

La autopsia realizada al cuerpo de Mauricio Araujo indica que presentaba una herida de bala en el codo izquierdo, con orificio de entrada y salida y una segunda herida de bala en el abdomen, orificio de entrada sin salida.

Según las pericias, Lorenzo le habría disparado a Araujo desde una distancia que va entre los 70 centímetros y poco menos de 2 metros.

Según el pedido de elevación a juicio realizado por la fiscal Gómez, “se detectaron residuos de disparo de arma de fuego en las muestras correspondientes a Mauricio Araujo y fue negativo en las muestras correspondientes al policía Rodolfo Lorenzo”.

Sin embargo, en el escrito la jueza Lucrecia Bustos remarcó que no se habían hecho los respectivos dermotest a Araujo ni a Lorenzo.

“La lucha es interminable”

La familia de Mauricio Araujo mantiene desde el primer día su reclamo de justicia por la muerte del joven de 20 años y aseguran que se trató de un caso de “gatillo fácil”.

Marisa, hermana de Araujo, ha ido a Tribunales con banderas y remeras durante todo este tiempo y ahora siente que fue escuchada.

“Pedimos justicia y verdad. No queremos que nos den la razón”, expresó Marisa y agregó: “La lucha es interminable y sigue”.

“Decidieron que mi hermano no servía más, lo fusilaron en el piso. Aunque se quiera decir lo contrario, que fue un tiroteo, la trayectoria de la bala no se puede negar. Las pericias y las pruebas están de que fue fusilado en el piso”, expresó Marisa.

La hermana de Mauricio Araujo lo describe como “un pibe de 20 años, un amor de persona, con un corazón de oro, cero maldad”. “Esa madrugada se ensañaron con él de una forma que no tiene explicación. Mauricio era la clase de persona por la que se justifica la lucha”, concluyó.

Una muerte, dos versiones