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Cultura 29 de julio de 2025

Catalina Méndez: “La ciencia ficción es un género que está naciendo”

La marplatense presentó "Un mundo como este", su primera novela que fue el resultado de la tesis de Licenciatura en Artes de la Escritura de la UNA. En esta entrevista con LA CAPITAL, contó cómo fue el proceso y habló sobre sus motivaciones artísticas.

Catalina Méndez es licenciada en Artes de la Escritura por la Universidad Nacional de las Artes. / Fotos: Mauricio Arduin.

Por Dante Galdona

“Uno mundo como este” (El gato y la caja, 2025), ópera prima de la licenciada en Escritura Creativa Catalina Méndez, es una novela cuya trama se inserta en una agencia espacial ubicada en el norte argentino, donde una división se encarga de recolectar datos sobre posibles contactos alienígenas. Rutina y espera, burocracias y paciencia: todo un símbolo de la época en que fue gestada la idea, la pandemia.

¿Estamos solos en el Universo? No lo sabemos, no lo saben los personajes, pero aún así tienen la esperanza del contacto. Saben, creen, esperan que alguna vez se dé. ¿Y cuando pase, si pasa, qué? Los otros, los que están lejos (humanos pandémicos o alienígenas), ¿son el peligro o la salvación? Entre trama y metáfora, Catalina Méndez da lugar a una colorida historia que usa el espacio sideral para explorar en lo más profundo de los sentimientos humanos.

"Un mundo como este" es la primera novela de la escritora marplatense.

“Un mundo como este” es la primera novela de la escritora marplatense.

-¿Cómo fue tu acercamiento a la literatura?

-Es una pregunta que no me han hecho. Tengo que ir a lo esperable que son mis padres, que son dos personas que no se dedicaron al arte, pero les gusta mucho el arte, la pintura, la música. La literatura también, pero menos, aunque leen mucho. Pero sé que me contaban muchas historias de chica. Lo tengo de cuando vuelvo hacia atrás, que me contaban cuentos para dormir. Somos tres hermanas, jugaban con nosotras, eran padres muy presentes.

-Las historias que te contaban eran ya escritas o las inventaban.

-Las inventaban con el día a día. Mi mamá siempre cuenta que me llevaban a la calesita y entonces después yo pedía que me contara cuentos de los caballos de la calesita e inventaba qué hacía la calesita de noche. Ellos me contaron muchas historias, siempre, pero yo no era muy lectora de niña. Hay chicos de siete años que se comen libros de Harry Potter, yo no. Me di cuenta sí de que tenía mucha facilidad con la lengua, pero no empecé a escribir hasta los doce o trece, que empecé a leer y empecé a escribir, lo hacía como hobbie, compulsivamente, me salían las historias y yo no sabía muy bien qué hacer con ellas. Quizás las profesoras del secundario empiezan a encauzarte, hacen recomendaciones para leer, ayudan a escribir y uno empieza a tener el espacio y escribir bastante. No escribía muchas cosas, sino cosas largas, escribía novelas.

-¿Tu recorrido fue paralelo entre la lectura y la escritura?

-Sí. La verdad que fueron juntas, a eso de los doce o trece que encontré la veta.

-¿Ahí sentiste que vos podías decir algo diferente a lo que leías?

-Puede ser. La verdad, como era chica, lo hacía sin analizarlo, solo lo hacía, o quizás quería hacer mi parte de ese todo medio extraño que era la literatura.

“Me gusta leer a la gente que está cerca, lo que está tan lejos te queda lejos también”

-¿Cuál fue el primer escritor que tuviste como referente?

-Las primeras cosas que empecé a leer por el gusto de leer, que iba a la librería y las compraba, fueron las Crónicas de Narnia. Ya no es una referencia, leí mucha fantasía de chica, como pasa mucho, pero empecé a leer eso y capaz ahí puedo identificar no una influencia, pero algo que queda ahí, esa poesía, era muy poético también, tiene una parte más metafísica, más filosófica también que quizás influyó de alguna manera. De más grande tengo referencias cruzadas, porque he leído de todo, siempre dentro de la literatura contemporánea latinoamericana, ciertos autores, ciertas líneas, no leí muchos extranjeros, no he leído a Stephen King, por ejemplo.

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-O sea, tu idioma es el español.

-Sí, sí, me gusta, obviamente leo también traducido, o en inglés también, pero me gusta leer a la gente que está cerca, lo que está tan lejos te queda lejos también. También me gusta leer a los conocidos.

“Hoy es más la ciencia que responde al mundo, que el mundo respondiendo a la ciencia, que es lo que pasaba antes, en el origen de la ciencia ficción”

-De los escritores de ahora, ¿quién es tu favorito?

-Favoritos me va a costar decirte, pero de los nacionales me gusta mucho Roque Larraquy. Tengo mucha influencia de mis docentes, Roque fue director de la carrera, entonces lo leí en su momento por curiosidad, después lo conocí, es una persona excelente, un genio, y me gusta mucho lo que hace, ciencia ficción muy oscura, muy argentina de mitad del siglo XVIII, unas cosas espectaculares, él me gustó mucho. Cynthia Rimsky, chilena, una genia, me encanta ella, he leído, no sé si todo, pero cada vez que veo un libro de ella lo compro. Tiene una novela que se llama “Los perplejos”, que es una obra maestra, hermosa, es una historia fascinante, que va y viene en el tiempo, está buenísima. Me gusta mucho leer a mis amigos también, una novela hermosa que es la tesis de la Licenciatura en Escritura Creativa, y después ganó la Bienal de Arte Joven, “Cerca de la savia”, de Marina Do Pico, hermosa. Es literatura muy distinta, es gente que está escribiendo en este momento, entonces podés ver el mundo que uno habita con ellos.

-¿En qué género considerás que se inscribe tu novela? ¿Ciencia ficción?

-Está ahí. Sobre todo hoy en día. Por ejemplo como cuando pensamos en Isaac Asimov o Ray Bradbury, en quienes la ciencia ficción era todo…, a mí me encanta decir que la ciencia ficción es un género que está naciendo, tiene menos de cien años, entonces va mutando, obvio, tiene la libertad de mutar también. Hoy es más la ciencia que responde al mundo, que el mundo respondiendo a la ciencia, que es lo que pasaba antes, en el origen de la ciencia ficción. Y acá yo creo que es un contexto de ciencia ficción, porque uno relaciona el espacio con la ciencia ficción, pero no es el tema, que es lo que pasaba en la ciencia ficción clásica, acá los temas son otros.

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-Los personajes principales son mujeres en cargos de poder, son las mujeres las que llevan a cabo la historia. ¿Es un libro feminista?

-Lo que es feminista es que todos están en el mismo nivel porque no es que uno tiene más importancia que otro, por algún motivo en particular. Es gente profesional que trabaja junta, conviven muy bien. El feminismo está en que conviven todos muy bien. Pero sobre todo fue la primera escena la que planteó ese registro, porque yo quería empezar una novela de ciencia ficción en la que tres mujeres se maquillan en un baño y hablan sobre lo que se están poniendo, se están preparando para una fiesta, entonces ahí surgió esa veta de reclamarlo. La directora de la agencia es mujer y la supervisora es mujer, fue apareciendo ese registro, esa naturaleza del texto.

-¿La idea cómo la trabajaste, con un esquema previo o fue saliendo?

-Cincuenta y cincuenta. La verdad es que soy de rumiar mucho las ideas y a veces te pasa que si pensás mucho, o planificás mucho, cuando te sentás a escribir te pasan dos cosas: o te aburrís, porque en realidad eso ya te lo contaste, o te empezás a ahogar en el vaso de agua, de no poder hacer lo que querés hacer y no lo que la historia te pide. Con esta novela me pasó que arranqué medio a tientas, fui escribiendo, tenía proyecciones, quizás una idea de algunas conversaciones, una escena…

-Fue un “a ver qué pasa”.

-Claro, fui tirando líneas y ver con cuál tengo el hilo después para traer, como un abanico. Y me fui quedando en el camino con lo que me servía y aprendí a sacrificar lo que no tenía lugar.

-¿Cuesta dejar cosas afuera?

-A mí me gusta editar, no tengo tanto drama. Llega un punto en el que elegiste B y ya está, la historia siguió por B. Y lo que era A, ya se cayó, ya no está, ya no hay lugar.

-¿Que repercusiones ha tenido hasta ahora la novela en Mar del Plata?

-En general buena. La gente te dice tímidamente “lo leí y me gustó” y no dice nada más, y a mí me gustaría que me cuenten algo más, cómo te fue. Pero en general muy buena.

“Es una novela muy pequeña, no quería pecar de primera novela y decirlo todo, quise decir todo lo que tenía para decir sobre un cierto proteccionismo de la tierra como el único espacio verde que tenemos”

-¿Con las redes cómo te llevás? ¿Tenés una comunidad que te sigue?

-A mí me consume mucho el día, estar pendiente del reposteo, del me gusta, del comentario. Me gusta más el mano a mano, lo personal, estoy metiendo redes ahora porque hace falta para la difusión, pero no me gusta mucho.

-¿Cómo encontrás la literatura marplatense de hoy?

-Sabes qué estoy tratando de volver, yo me fui muy chica, a los dieciocho, y me volví a instalar acá en diciembre del año pasado, entonces estoy recién ahora encontrando la escena, tratando de leer más contemporáneos, más gente de acá, pero todavía no te puedo decir “acá está pasando esto” porque estoy recién llegaba.

-¿Cuando vos te sentás a escribir tenés en cuenta la corrección política?

-No, porque uno también escribe con un prejuicio, un preconcepto, una cosmogonía propia, que estás poniéndola en juego, capaz no conscientemente. Entonces, este es un libro feminista. Desde mi perspectiva le da lugar a todo el mundo, nadie está por encima de nadie. También es una novela muy pequeña, no quería pecar de primera novela y decirlo todo, quise decir todo lo que tenía para decir sobre un cierto proteccionismo de la tierra como el único espacio verde que tenemos o esto de las burocracias internas, que son absurdas y que no funcionan y que uno también se defiende en esas burocracias, es como que uso el sistema a mi favor también, porque es lo que tengo, tengo que sacarle la ventaja o zafar la desventaja del sistema. Pero no, no puedo decir eso de esta novela, sobre todo que existe en un espacio tan pequeño, tan aislado, con su propio sistema, no puede abrirse mucho al mundo exterior. La escribí bastante aislada, es una novela pandémica.

La autora también prepara un libro de poesía de próxima aparición.

La autora también prepara un libro de poesía de próxima aparición.

-Eso se nota mucho, el sentimiento de soledad que hay en la atmósfera de los personajes que están muy solos, a pesar de tener su grupo. ¿Salió porque era la época de pandemia o porque está en vos, son tus demonios?

-Son un poco mis demonios. Es un problema porque yo puedo estar sola todo el tiempo y no se puede estar solo todo el tiempo, en un punto necesitás a los otros. Pero sí, la empecé a escribir en febrero de 2021, y la idea empezó a gestarse más o menos durante el 2020, entonces venía con toda esa soledad, esa imposibilidad de verte con los otros. Fíjate que el final es sobre un mensaje que se transmite, que llega y que no se sabe… Yo escribía sola y corregía con pantalla por medio.

-Eso para mí funciona como la tesis del libro: el hecho de que estamos continuamente enviando mensajes o esperando que nos den un mensaje sin saber quién está del otro lado.

-Hay algo de eso, la idea de compartir la soledad más que el hecho de no estar solos.

-¿Qué sigue?

-Poesía, la considero fundamental. Siempre mi meta es la narrativa, me gustan las historias, pero me pasa que cuando estoy muy pegada la narrativa y termino, necesito la poesía como para desbaratar toda esa lengua con tanta estructura que termina teniendo una novela incluso dentro de su sistema, entonces necesito la poesía para decir “bueno, chau la sintaxis” y salirme de mí misma un poco y observarme más, pensar menos y observar, la poesía es observación. Entonces me permite salirme de mi cabeza y decir “bueno, el mundo sigue afuera”. También estoy con algunos cuentos.


Catalina Méndez nació en Mar del Plata el 21 de septiembre de 1998. Es licenciada en Artes de la Escritura por la Universidad Nacional de las Artes, donde es docente del Taller de Escritura. Escribe narrativa y poesía y coordina talleres literarios.