por Hernani Natale

Un grupo de figuras de la música, dirigidos magistralmente por Javier Malosetti, entre los que se encontraron David Lebón, Fabiana Cantilo, Lisandro Aristimuño, Emilio del Guercio, Rodolfo García, Machi Rufino y Rubén Goldín, ofrecieron exquisitas versiones de canciones de Luis Alberto Spinetta, en la celebración por los diez años de la Ciudad Cultural Konex, escenario inaugurado precisamente por el homenajeado.

El encuentro, que recibió el nombre de “El marcapiel” y contó con la participación de muchos músicos que tocaron con Spinetta, abarcó composiciones de distintas épocas, aunque todas ellas lograron generar corrientes de emoción, tanto en el público como en los artistas, a quienes se los notó conmovidos en diversos momentos.

Más allá del factor emocional, acaso lo más impactante de la noche haya sido el gran nivel alcanzado en casi todas las performances, con pasajes musicales destacados y demostraciones de virtuosismo por parte de la mayoría de los músicos.

Con una banda “base”, integrada por Malosetti y Dhani Ferrón, quienes alternaron bajo y guitarra, Lito Epumer, en guitarra, Sergio Verdinelli, en batería y Claudio Cardone y Juan Carlos “Mono” Fontana en teclados, desfilaron distintos artistas que aportaron sus respetuosas lecturas de la música de Spinetta.

También fueron de la partida los bateristas Gustavo Spinetta, hermano del gran protagonista de la noche, y Daniel Rawsi, además del excelso guitarrista Baltasar Comotto.

La primera gran emoción de la noche llegó con “Fuga”, un collage sonoro con el que se inició el concierto, en donde se reunían distintos fragmentos de la obra de Spinetta, lo cual fue seguido de un tema inédito, cantado en una cinta por él mismo, y acompañado en vivo por los teclados de Cardone.

El espíritu de Almendra se hizo presente en las voces de Del Guercio y García, con “Hoy todo el hielo en la ciudad” y “Fermín”; y, avanzado el recital, con una intensa versión de “A estos hombres tristes” y “Leves instrucciones”.

“Amarilla flor”, en la voz de Ferrón; la participación de Gustavo Spinetta en “Cementerio club”, cantada por Malosetti; mostraron a una banda aceitada, con aire para entregar vibrantes solos.

En tanto, la presencia de Baltasar Comotto en “Yo miro tu amor” y “Tu vuelo al fin”, le pusieron electricidad a la noche del Konex.

El momento acústico llegó con Fabiana Cantilo, quien se hizo cargo de “Ella también” y “Casas marcadas”, dos de las composiciones más celebradas del disco “Kamikaze”; en tanto que Aristimuño ofreció una precisa interpretación de “Fina ropa blanca”.

Una de las muestras de cariño más grande las recibieron Machi, quien cantó “Era de Urano”, “Durazno sangrando”, en una versión más cercana a la incluida en el unplugged “Estrelicia” que a la original, y “Enero del último día”; y David Lebón, quien se hizo cargo de “Despiértate nena” y “Laura va”.

En el medio de estas dos presentaciones, la voz de Spinetta volvió a dominar la escena con la proyección del video del tema “Hiedra al sol”, a la que se le sumó nuevamente un arreglo de teclados en vivo.

A la festividad de “Yo quiero ver un tren”, en la voz de Malosetti, le siguió la intensidad de “Aguas claras del Olimpo”, en una versión que se repartieron Rubén Goldín y Aristimuño, y que encontró en los teclados de Cardone y Fontana el reemplazo idea para el pasaje orquestal que en la versión original estuvo a cargo de la Sinfónica del Teatro Colón.

El rosarino autor de “Sueños de Valeriana” permaneció en escena para “Fermín” e “Iris”, incluida en el álbum póstumo “Los amigo”, que fue debidamente presentada por Malosetti como “una que no se tocó nunca en vivo”.

Sobre el final, hubo un homenaje a “Conduciendo a conciencia”, la causa abrazada por Spinetta que busca justicia para las víctimas de la tragedia del Colegio Ecos, con la canción “8 de octubre”, interpretada por Fabiana Cantilo, Aristimuño y Ferrón.

Luego, se pasó, en un breve lapso, de la emoción de todas las voces unidas para entonar casi sin amplificación “Quedándote o yéndote”, a la festiva zapada de “Rutas argentinas”, con varios de los músicos intercambiando instrumentos.

Quizás, la mejor definición de la noche llegó de boca de Del Guercio, quien destacó que se estaban interpretando canciones de distintas épocas que, sin embargo, “todas parecen estar flotando en el mismo presente”.

Télam.