El fin de semana largo de octubre tradicionalmente es uno de los más esperados por sectores referentes de la actividad turística. Su proximidad al inicio de la temporada lo transforma en clave tanto para que turistas averigüen precios de cara al verano, como para los empresarios, deseosos de repuntar una difícil temporada invernal.

Algunos ansiosos empezaron a llegar a la ciudad el jueves por la noche, pero la mayor cantidad de arribos comenzó a registrarse entre la noche del viernes y la mañana de ayer.

A pesar de haberse encontrado con temperaturas más bajas que las esperadas, los turistas no se perdieron la oportunidad de recorrer las postales clásicas de la ciudad. La banquina de los pescadores y los locales de la avenida Juan B. Justo, fueron algunas de las opciones para los que no le temieron al frío, mientras que espacios cerrados, como el Paseo Aldrey, resultaron la mejor alternativa para los que prefirieron transitar el sábado sin pasar frío.

Buenos precios

“Pensamos que no iba a hacer tanto frío, para nosotros que no estamos acostumbrados está difícil. Habíamos venido hasta con el protector solar”, bromeó Gustavo, quien el viernes por la noche, llegó directo de Corrientes junto a su esposa Mabel y sus dos hijos.

Por este motivo decidieron cambiar la playa por un paseo por los locales de la avenida Juan B. Justo. “Tiene fama de tener comercios con buenos precios así que vamos a ver si nos llevamos unos recuerditos lindos de Mar del Plata”, aseguró Mabel al tiempo que reconoció que están “muy conformes” con los precios encontrados.

De igual manera opinaron Griselda y Gabriel, un matrimonio de Capilla del Monte, Córdoba, que decidió volver a Mar del Plata después de 25 años junto al pequeño Alejandro de 8. Además de buscar descansar unos días, el viaje tuvo otro gran motivo: que Alejandro conozca el mar.

“Me gustó mucho el mar. Todo me pareció muy lindo porque los barcos son muy grandes, las hélices se pueden ver”, describió con una gran sonrisa mientras paseaba por la banquina de los pescadores.

Al ser consultado sobre los lobos marinos sus ojos se abrieron sorprendidos: “Son impresionantes. Hace un rato una foca empujó a un lobo que se quería subir hasta donde ella estaba”, relató entusiasmado.

Sin embargo, los puntos tradicionales no son sólo visitados por los turistas primerizos. La familia Coelho de Rosario son asiduos veraneantes de la ciudad y aseguraron que les resulta imposible no realizar los paseos típicos cada vez que vienen.

“Venimos siempre que se puede. Esta ciudad es hermosa”, asegura la madre del clan, y agrega “De no ser Rosario, esta sería la ciudad donde me gustaría vivir”.

Paseo Aldrey, el elegido

Para los turistas menos acostumbrados al frío, los centros comerciales fueron una excelente opción para mantenerse resguardados. Así fue el caso de Cristina y Jorge, un matrimonio capitalino que eligió el Paseo Aldrey para disfrutar el sábado.

“Venimos más en invierno que en verano, nos gusta el frío”, arremete Cristina ante la consulta si la temperatura había arruinado los planes, y agregó: “Paramos cerca y vinimos acá por que nos gusta, es espectacular, hacía falta un espacio así en la ciudad”.

A pesar de asegurar su amor por Mar del Plata, ambos turistas se lamentaron al encontrar la ciudad más sucia.

“Mar del Plata siempre es linda pero hay que asearla un poco más, la gente tiene que ser más consciente y no dejar las bolsas de basura en la calle. Paramos cerca de la peatonal y está todo sucio, hay restaurantes y no te dan ganas de entrar”, sostuvo Cristina.