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Policiales 19 de septiembre de 2019

Condenan a policía y a su novio por cometer asaltos drogados

La mujer tiene 39 años y el hombre 31. Fueron sentenciados a 5 de prisión por un raíd delictivo ocurrido el 20 de febrero de 2017, pero cumplirán la pena bajo arresto domiciliario porque tienen un hija menor de edad.

Una policía de 39 años y su novio de 31 fueron sentenciados por el Tribunal Oral N° 4 a la pena de 5 de prisión por haber cometido una serie de asaltos mientras ambos estaban bajo los efectos de las drogas, durante la madrugada del 20 de febrero de 2017.

Sin embargo, la condena será cumplida bajo arresto domiciliario, debido a que el hombre y la mujer tienen una hija menor de edad y admitieron en el juicio oral que cuando ocurrieron los hechos padecían graves adicciones a los estupefacientes. En ese marco, admitieron la autoría de los delitos que se les incriminaban y pidieron disculpas a las víctimas.

El caso que se ventiló recientemente ante los jueces Gustavo Fissore, Alfredo Deleonardis y Jorge Peralta ocurrieron en la madrugada del 20 de febrero de 2017. Varias horas antes, Leandro Ramírez Armani y Nadia Romina Cardozo habían salido de un cumpleaños de 15 y circulaban en un automóvil por la ciudad cuando se dirigieron a la estación de servicios ubicada en Juan B. Justo y Polonia.

En dicho lugar, mientras la mujer iba al volante del rodado marca Volkswagen Gol de color blanco, le pidieron al playero que cargara nafta, Al momento de pagar, el hombre extrajo un cuchillo y no sólo que no abonó por el servicio sino que además le exigió al empleado de la firma que entregara todo el dinero de la recaudación.

En ese momento, la víctima salió corriendo en busca de ayuda y la pareja escapó en el automóvil a toda velocidad del lugar.

Minutos más tarde ocurrió lo mismo, en otra estación de servicios. Esta vez, la mujer -que en ese entonces había sido separada de la policía por incumplimiento de servicio pero sin ser desafectada de la fuerza- y el hombre -hermano de otro integrante del cuerpo- fueron a la planta de expendio de combustibles ubicada en Polonia y Fortunato de la Plaza.

Salvo por la orden de cargar nafta, se repitió el mismo hecho. El acompañante descendió del vehículo e intimidó al empleado con un arma blanca para que entregara la billetera. Mientras, la conductora aguardó en su asiento.
Pero, nuevamente, no lograron consumar el robo: la víctima también salio corriendo en busca de ayuda y la pareja se decidió otra vez por la rauda fuga.

El tercer y último asalto que cometieron lo sufrió un joven que se dirigía a su trabajo en bicicleta, por las calles Santa María de Oro y Toscana. Ramirez Armani, que seguía sentado en la plaza del acompañante, bajó del automóvil y tomó al ciclista del brazo para detenerlo. Luego, le puso un cuchillo bajo la axila y así lo despojaron de una mochila con los colores de River Plate que portaba y que contenía, entre otros efectos personales, el celular y sus documentos. Tras ello, huyeron.

La víctima encontró en las cercanías del lugar a dos policías a los que les contó lo que le había ocurrido. Entonces, los uniformados comenzaron a buscar el vehículo descripto, que era el mismo mencionado por los playeros poco antes al denunciar, en otro sector de la ciudad, que habían sido asaltados por una pareja.

En ese marco, la presencia del rodado fue advertida en las cercanías del lugar y rápidamente por los investigadores, que para ese momento ya estaban comunicados a través de la radio policial. Lejos de detener su marcha, cuando la pareja observó que iba a ser detenida, intentó escapar a toda velocidad y se inició una persecución por las calles del sur de la ciudad.

La misma concluyó con la intervención de más patrulleros y la aprehensión de los dos sospechosos. En su poder, estaban todos los elementos sustraídos a la última de las víctimas, menos su documento de identidad.
Como si fuera poco, al momento en que era trasladado en uno de los móviles policiales el hombre detenido arremetió contra los dos uniformados que lo custodiaban y rompió el vidrio de la ventana trasera del rodado a patadas. Por eso, además de los dos “robos en grado de tentativa” y el “robo agravado”, se le imputó el delito de “daños”.

Juicio

El caso llegó a juicio la semana pasada y el fiscal Daniel Vicente pidió ante el Tribunal Oral N° 4 que la mujer fuera condenada a 6 años y 8 meses de prisión, y el hombre a 5.

La defensora, María Laura Solari, no discutió la autoría porque, de hecho, los propios imputados admitieron su culpabilidad en el debate oral y hasta le pidieron disculpas a las víctimas, en reiteradas oportunidades. En ese marco, solicitó que los jueces tuvieran en cuenta la enfermedad de adicción que sufrían los acusados a la hora de dictar la sentencia y pidió que se ordenara que ambos recibieran un tratamiento acorde a la misma en una comunidad terapéutica.

De todas formas, Solari descartó explícitamente que el consumo de estupefacientes que refirieron los imputados y al que ella misma atribuyó incidencia en la comisión del hecho pueda haberlos colocado en alguna situación de inimputabilidad.

El tribunal analizó la situación de los imputados y entendió que se trataba un caso extraordinario. Además, consideró que ambos se hallan realizando, desde entonces, un trabajo de resocialización y desintoxicación que debe ser apoyado por la Justicia. También tuvo en cuenta que los hechos ventilados fueron aislados y no se trata de dos personas que puedan volver a cometer asaltos ni atentar contra la seguridad de terceros.

Por todo eso, sumado a que la pareja tiene una hija bebé y ambos miembros cuentan con trabajos estables -no trascendieron sus ocupaciones actuales-, los jueces dictaron la sentencia de 5 años de prisión y, si bien rechazaron la posibilidad de que la condena fuera cumplida en una comunidad terapéutica, concedieron el beneficio del arresto domiciliario.