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Policiales 14 de junio de 2024

Condenan a tres trans, un taxista y otro hombre por vender cocaína

Comercializaban estupefacientes al menudeo en la zona de la Vieja Terminal. El chofer de una auto hacía "delivery" de estupefacientes. Además, una de las trans también fue hallada culpable de agredir a un policía y tirarle un piedrazo a un patrullero.

Tres trans, una de ellas peruana, un taxista y otro hombre fueron condenados por vender cocaína en la zona de la Vieja Terminal y recibieron multas de hasta 350.000 pesos.

En un juicio abreviado desarrollado en el Tribunal N° 2, el juez Alexis Simaz condenó a las integrantes de la comunidad LGBT+ a penas de hasta 5 años de prisión y al taxista, y a otro hombre, con penas de hasta 4 años y 8 meses.

De esta manera, el juez Simaz ordenó la pena de 5 años de prisión para Camila Briseño Segura (33); 4 años y 10 meses de prisión para Guillermina Córdoba (27), 3 años de prisión a Julieta Espinosa (28), 4 años y 4 meses de prisión para el taxista Darío Ernesto Boynak (47) y 4 años y 8 meses para Alberto Mórbido (42).

Además, a Córdoba, Mórbido y Boynak el juez les impuso una multa de $ 270.000 pesos, mientras que a Segura de $ 350.000 pesos. En el otro extremo se encuentra la multa impuesta a Espinosa, que de acuerdo al artículo 14 de la Ley 23.737 le correspondió una multa de tan solo $ 11,25 pesos.


Una zona roja en la Vieja Terminal


Los hechos juzgados, y probados, ocurrieron en 2021 en la zona de la Vieja Terminal, donde las calles Gascón y Falucho, en la intersección con Lamadrid se habían convertido en una especie de zona roja, en la que integrantes de la comunidad LGBT+ ofrecían sus servicios sexuales.

Una serie de denuncias, en las que vecinos aseguraban que en esas esquinas no solo se ofrecían servicios sexuales, si no que además las trans vendían estupefacientes y ocasionaban disturbios con sus “clientes”, motivó a que la Fiscalía de Estupefacientes iniciara una investigación al respecto.

En las tareas de inteligencia hechas por la policía, los agentes observaron que integrantes de la comunidad LGBT+, en esas esquinas de Falucho y Gascón con Lamadrid hacían “pasamanos” con hombres en lo que parecía ser maniobras de venta de estupefacientes.

Los policías interceptaron a más de un supuesto cliente, que tenían en su poder bolsitas con cocaína, por lo que quedó en evidencia que además de ofrecer servicios sexuales, las trans vendían droga en la vía pública.

Por orden judicial, la policía intervino el teléfono de la principal sospechosa, Camila Briseño Segura, quien en charlas con hombres con quienes debía encontrarse ofrecía llevar además “esas cosas ricas” que le pedían. También ofrecía darles bolsitas “cargaditas”.


Taxi delivery de cocaína


Boynak era uno de los tres conductores autorizados para manejar una de las licencias de taxi registrada en un Fiat Siena propiedad de un hombre que había fallecido.

El 2 de julio de 2021, personal de la Delegación Departamental de Investigación del Tráfico de Drogas Ilícitas y Crimen Organizado, con la orden de la jueza de garantías Rosa Frende, siguió el recorrido que hizo Boynak por la ciudad, siempre con paradas cortas en las que hacía algún intercambio con alguien, hasta que subió Mórbido al taxi como pasajeros.

En ese raid que realizó Boynak esa noche, paró en Guido entre 3 de Febrero y 11 de Septiembre; en Buenos Aires entre Colón y Brown; en Almafuerte entre Bernardo de Irigoyen y Alem, y luego otras paradas breves en Laprida entre Tucumán y Buenos Aires, Gaboto entre Lisandro de la Torre y la avenida Luis Ángel Firpo, y Maipú entre España y Jujuy.

La policía interceptó al taxi y en la requisa hallaron que Boynak tenía 14,2 gramos de cocaína, distribuidos en cinco envoltorios de nylon; mientras que Mórbido poseía 30 gramos de cocaína.


Agresión a la policía


Guillermina Córdoba, además de haber sido condenada por vender cocaína en la vía pública, tuvo otras causas al enfrentarse a la policía.

El 27 de agosto de 2017, cerca de las 8 de la mañana, frente a un Bingo de Ciudadela, Córdoba se acercó a un oficial inspector de la Policía Bonaerense y tras discutir lo tomó con fuerza de los genitales por encima de la ropa e intentó quitarle el arma reglamentaria. Tras un breve forcejeo, otro uniformado intervino y redujo a la trans, que fue detenida.

En diciembre de 2017, Córdoba tuvo otro altercado con la policía: ofrecía sus servicios sexuales en una esquina de la localidad de San Miguel cuando al ver a un patrullero le arrojó una piedra que impactó contra la ventanilla del conductor y la estalló, por lo que fue inmediatamente aprehendida por la policía.


Entrega de droga en la cárcel


 Camila Briseño Segura protagonizó un incidente el año pasado en la Alcaidía Penitenciaria de Batán cuando, en el pabellón de diversidad, le entregó a otro interno una bolsita con siete envoltorios con cocaína, que pesaban en conjunto 4,7 gramos.

La situación fue advertida por el personal del Servicio Penitenciario y si bien se inició una investigación, el preso que recibió la droga dijo que pensaba que era tabaco. Además de que no se registró ningún intercambio monetario, por lo que por ese hecho Segura fue imputada por “entrega de estupefacientes a título gratuito agravada”.


Atenuantes y agravantes


El juez Simaz tuvo en cuenta como atenuante “las condiciones de vulnerabilidad en que se encontraban sumidas
las imputadas por pertenecer a la comunidad LGBT+, ello de conformidad con los estándares y las obligaciones internacionales asumidas por el Estado Argentino respecto de dicho grupo poblacional”.

A su vez, en relación a Córdoba, también tuvo en cuenta el consumo problemático de estupefacientes registrado.

En cuanto a los agravantes, el juez consideró “el peligro para la salud pública ocasionado, derivado del mayor poder vulnerante que posee la sustancia estupefaciente incautada -cocaína- en comparación con otras drogas”.