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Contar historias a través de camisetas de fútbol: el apasionante viaje de un libro

Alejandro Turner brindó detalles del contenido del "Atlas Mundial de Camisetas". Platini con la ropa de Kimberley, Brasil vestido de Boca y las huellas de la Segunda Guerra Mundial dentro de una investigación que incluye 1.450 casacas de selecciones.

Por Juan Miguel Alvarez

El color de una casa real, un símbolo que representa una ideología, la huella de un momento trascendental en la historia contemporánea. Las camisetas de fútbol tienen marcas que permiten contar historias. Y, para millones de personas, las historias se cuentan entre Mundial y Mundial.

Cune Molinero, Alejandro Turner, Pablo Aro Geraldes, Agustín Martínez y Sebastián Gándara escribieron sobre curiosidades y leyendas en torno a 1.450 casacas dibujadas con notable precisión por Pablo Engel en el “Atlas Mundial de Camisetas”, libro que no puede faltar en la biblioteca de todo amante de la redonda.

La investigación exhaustiva sobre la indumentaria de los distintos seleccionados surgió “por el amor por el fútbol y el deseo de hacer algo totalizador al respecto, aunque resulte imposible”, confesó Turner, uno de los autores de la obra.

Las camisetas son el punto de partida para “contar historias que atraviesan el fútbol”. Lógicamente, se incluye aquella que puso a Kimberley en los ojos del mundo, con Francia vestido de verde y blanco en la Copa del Mundo 1978. “Episodios así se habían vivido en competencias más antiguas, cuando no existía el concepto de segunda o tercera camiseta. Le pasó a la Selección Argentina, que en el Mundial ’58 utilizó la de IFK Malmö de Suecia, club que después desapareció. Pero que ocurra en 1978 es una rareza. Me pongo en la piel del hincha de Kimberley que vio a Platini con su camiseta… Fue algo hermoso” afirmó Turner.

Platini, con la 15 de Kimberley, acompañado por el húngaro Ádám Pinter. Foto: AFP.

Las camisetas no se eligen de forma aleatoria y dejan rastros de contextos históricos. “Las de Francia 1938, un año antes de la Segunda Guerra Mundial, son impresionantes. Tienen una violencia simbólica muy alta: el fascio en la camiseta de Italia, la esvástica en la de Alemania y también aparecen muchas águilas y cruces. Cuando uno las mira, se da cuenta que la cosa no andaba bien y que algo estaba por ocurrir”, reflexionó el guionista y dramaturgo.

“Después -continuó el relato-, cuando las selecciones vuelven a jugar en la posguerra, se empiezan a ver los movimientos de la época: el cambio de símbolos monárquicos por socialistas o, después, la desaparición de esos símbolos y de algunas selecciones de países que dejaron de existir”.

También hay tradiciones que son previas a los estados y sus banderas. “Italia se viste de azul y Holanda de naranja por sus casas reales”, explicó Turner.

El libro hizo foco en los Mundiales, pero también incluyó secciones sobre prendas raras, alternativas, suplentes, efímeras o casuales en otros torneos o partidos de selecciones. Por ejemplo, cuando Brasil jugó con la azul y oro de Boca en el Sudamericano 1937.

¿Cuál es la camiseta preferida del autor? “Es difícil elegir una. Soy muy fanático de Holanda 1974. Especialmente de la camiseta de Cruyff, que tiene la huella de su conflicto con Adidas, con dos tiras en las mangas en lugar de tres. Después, todas las camisetas de las selecciones africanas, muy diferentes a las habituales, son un viaje de ida”, opinó Turner.

El “Atlas Mundial de Camisetas”, libro de la editorial Planeta, es un viaje de ida. Por el fútbol y por la vida. Por aquello que pasa entre Mundial y Mundial. Un recorrido que vale la pena realizar.

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