.- “El príncipe Eduardo de Gales y su hermano Jorge salen de la residencia donde se alojaron en Mar del Plata durante su segunda visita, año 1931”. Hugo M. Trussi
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Thursday, February 7th, 2013“El príncipe Eduardo de Gales a escasos segundos de descender de su avión en el aeródromo de Mar del Plata en su segunda visita a la ciudad, año 1931”. Hugo M. Trussi
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Thursday, February 7th, 2013“El príncipe Eduardo de Gales y su hermano Jorge durante su segunda visita a la ciudad en 1931. Foto del diario La Nación”. Hugo M. Trussi.
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Thursday, February 7th, 2013“El príncipe Eduardo de Gales desciende de su avión en el aeródromo de Mar del Plata en su segunda visita a la ciudad, año 1931”. Hugo M. Trussi
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Thursday, February 7th, 2013“El príncipe Eduardo de Gales en el aeródromo de Mar del Plata en su segunda visita a la ciudad, año 1931. Foto del diario La Nación”. Hugo M. Trussi
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Thursday, February 7th, 2013Primer vivero Antoniucci, que funcionó en Colón entre Tucumán y Buenos Aires. Foto suministrada por Alfredo Antoniucci.
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Wednesday, February 6th, 2013Primer Vivero Antoniucci. Funcionó en Colón entre Buenos Aires y Tucumán. Fotografía suministrada por Alfredo Antoniucci.
Transcribimos a continuación una nota realizada en diciembre de 2012 por la periodista Natalia Prieto, del diario La Capital:
Nicolas y Alfredo Antoniucci :Viveristas de antigua raigambre
Miguel Antoniucci recaló en el pais proveniente de Italia con un importante cargamento de semillas de dalias y, aunque su idea inicial era seguir viaje hacia el norte del pais, terminó en Mar del Plata porque le habian advertido del surgimiento de una Biarritz americana. Hoy, sus nietos y bisnietos siguen al frente del vivero que supo crear hace más de 90 anos.
Cuando la ciudad era apenas una aldea de grandes caserones, Miguel empezó a trabajar de jardinero en las casas de la “aristocracia” de la epoca, entre ellos la de Pedro Luro hijo, hasta que al poco tiempo logró
independizarse y abrió su propia florería en Colón entre Tucumán y Buenos Aires, donde cultivaba las diferentes
variedades de las dalias traidas de Italia.
Ya casado, tuvo cuatro hijos que siguieron la tradicion: Adelmo, Orlando, Enriqueta y Miguel, el primer integrante de la familia que se recibio de Ingeniero Agrónomo, y padre de Alfredo y abuelo de Nicolas, que reciben a
LA CAPITAL en el vivero de la avenida Juan B. Justo.
Los integrantes de la cuarta generación de floristas cuenta con orgullo la expansion familiar, que pasó de la floreria al vivero de Tucumán y Rodriguez Peña (hoy en manos de un primo) porque a principios del siglo pasado Tucuman era unica arteria asfaltada que comunicaba el centro con el puerto y en sus adyacencias se erigian importantes casas con sendos jardines, como Villa Victoria y Villa Silvina, entre otras.
En la oficina pintada de verde, adornadas con fotos familiares y recuerdos de otra epoca -como el titulo de paisajista del antepasado que originó que conviven con enormes pantallas de computadoras, Alfredo explica mientras muestra un retrato familiar que “mi padre y mis tios eran humildes, pero tenian una educación muy buena. En esa epoca, la educacion era buena para todos. Fijate que aunque tenían hambre ni se les ocurría tocar las manzanas que se caian en las quintas vecinas”.
Distintos rumbos
La familia completa trabajo junta hasta 1978, año en que se separaron y Miguel con su hijo Alfredo se instalaron en el actual vivero de la avenida Juan B. Justo, donde funcionaba la antigua planta transmisora de LU9. El padre se retiró del negocio y quedaron al frente Alfredo, sus hijos y suhermano, quien se encarga del campo de cultivos que poseen a 15 kilometros de la ciudad.
“Mi hermano esta con mi otro hijo Lucas -detalla Alfredo-, en el campo, donde cultivamos arboles y arbustos para consumo interno y para vender a otros. A principios del 2000, con la crisis, llegamos a exportar a Europa”.
Primer trabajo
Para Alfredo, el vivero fue su primer trabajo. “Nunca tuve otro -dice orgulloso-. Empecé con esto que era lo que yo quería, venía siempre a jugar, en realidad, al de Tucuman”.
Después de enumerar los colegios por los que pasó, Alfredo asegura que “siempre quise ser viverista. A ellos (por sus hijos) les paso lo mismo. No se puede hablar de designio familiar porque nadie les dijo lo que debian hacer, esto si no te gusta es imposible, es amor a la tierra”. Y sus manos, como las de su hijo, dan cuenta de esa fraternidad.
Nicolás asegura que “tambien me gustaba venir, me escapaba a jugar en el vivero.Ademas, empecé a trabajar los fines de semana y asi me pagué mi primera bibicleta todo terreno. A medida que fui trabajando, me fue gustando cada vez mas”.
Para el tambien fue su primer trabajo, en el que aprendió “aca mismo, aunque ademas del interes por el paisajismo, me fui capacitando. Esto es mitad paisajismo, mitad viverismo” y explica la diferencia: “viverismo es hacer plantas, paisajismo es saber que hacer con ellas”.
“Pasa con la mayoria de los viveristas de todo el mundo -aclara Alfredo-, son empresas familiares en las que los hijos empiezan de forma natural, es de caracter transitivo. Toda la vida vivi esto, en casa era tema casi continuo de conversacion, algo natural”.
“El viverismo es un concepto -cuenta Antoniucci padre- que viene de la epoca de los griegos y mas de los romanos, que tuvo su continuación en Europa. Por ahi fue mas despacio que las actividades técnicas e industriales, porque los tiempos son naturales. Es la naturaleza”.
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Wednesday, February 6th, 2013Camión del vivero Antoniucci frente al Casino Central. Año 1958. Foto suministrada por Alfredo Antoniucci.
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Wednesday, February 6th, 2013“Con papá y mamá frente al Hermitage. Año 1959”. Victor Hugo González.
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Wednesday, February 6th, 2013“En la Rambla, frente al Bristol. Año 1959”. Víctor Hugo González