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Interés general 14 de noviembre de 2020

Coronavirus: aportes para un protocolo de uso de las playas marplatenses en pandemia

Desde el año 2019 profesionales de la Universidad Nacional de Mar del Plata, la Universidad Tecnológica Nacional (FR Mar del Plata), La Red Proplayas y Mar del Plata Entre Todos, trabajan en el Proyecto “Playas Sostenibles en Mar del Plata” ajustando indicadores de la calidad ambiental de nuestras costas. En vista a las dificultades económicas y sociales que representa una pandemia a nivel global hemos decidido aportar propuestas que ayuden a encontrar ideas y respuestas, usando los conocimientos y experiencias de otras regiones del planeta.

La imprevista irrupción de coronavirus como agente viral de una pandemia sin precedentes modificó de manera dramática todos los aspectos de nuestra vida y, en nuestra ciudad, la actividad turística es una de las más afectadas. Los servicios orientados a los veraneantes en zonas costeras han tenido que redefinirse, tal como se ha visto en los principales destinos turísticos del Hemisferio Norte, donde se desarrollaron nuevas normativas y protocolos locales tendientes a minimizar los contagios e incrementar los cuidados en relación a la COVID-19.

Pero ¿qué es lo que se sabe hasta ahora?

El Consejo Superior de Investigaciones Científicas de España indicó las recomendaciones básicas que se deberían cumplir para actividades seguras en relación a playas, ríos y piscinas:

1. La principal vía de transmisión del SARS-CoV-2 en estos ámbitos es a través de secreciones respiratorias que se generan con la tos y los estornudos, y por el contacto de persona a persona.

2. En actividades recreativas, la infección por SARS-CoV-2 por contacto con el agua de condiciones estándar para el baño, es muy poco probable.

3. En piscinas y spa, donde el uso de agentes desinfectantes está ampliamente implantado, la concentración residual del agente de desinfección presente en el agua debería ser suficiente para la inactivación del virus.

4. En aquellos casos en los que el ambiente de las instalaciones se mantiene a temperaturas elevadas (>60ºC), se espera que la efectividad del virus se vea reducida.

5. Aunque actualmente no existen datos de la persistencia del SARS-CoV-2 en agua de mar, el efecto de dilución así como la presencia de sal, son factores que probablemente contribuyan a una disminución de la carga viral y a su inactivación.

6. La efectividad del SARS-CoV-2 en agua de ríos, lagos, remansos de agua dulce y aguas no tratadas, puede ser superior a la que se produce en piscinas y en el agua salada.

7. Aunque no existen aún estudios sobre la presencia del virus en la arena, la acción conjunta de la sal del agua de mar así como la radiación ultravioleta y la alta temperatura que puede alcanzar la arena, son favorables para la inactivación de los agentes patógenos.

8. No es recomendable la desinfección de los suelos de espacios naturales con los procedimientos habituales para espacios públicos urbanos (por ejemplo: lavandina).

Sugerencias para la playa (tanto pública como concesionada)

Tanto las experiencias europeas y latinoamericanas del Hemisferio Norte, así como las recomendaciones de Bandera Azul para sus balnearios adheridos, nos permiten proponer los siguientes aportes a la discusión de las medidas a considerar y eventualmente aplicar en el contexto de COVID-19:

– Todos los usuarios de la playa deben saber y estar conscientes de que esta temporada no es igual a las experiencias anteriores que hayan tenido como turistas.

– Todas las playas para estar habilitadas para su uso turístico recreativo deberían estar provistas de servicios de agua potable, baños y caminos de ingreso y egresos seguros y accesibles a todas las personas.

– Todas las playas habilitadas tendrían que contar con paneles de información adecuados, como por ejemplo la de la Foto 1 (Ayuntamiento de Solidaridad, Playa del Carmen, México).

– Los administradores de los balnearios, junto con la municipalidad, deberían informar a los turistas de forma generalizada, accesible y eficiente (y no sólo mediante carteles) sobre las normas de higiene y prevención de contagio en las playas, así como sobre la obligación de mantener el distanciamiento social y otras medidas sanitarias dentro del ámbito costero.

– Se aconseja el uso obligatorio de calzado para caminar sobre las pasarelas y los pisos de laja o concreto. No se debería permitir andar descalzo por baños, pasarelas, kioscos o áreas de administración o salud.

– El ingreso y egreso desde la zona de estacionamientos y hacia las zonas de sombrillas debe realizarse con el barbijo o tapabocas adecuadamente colocado. Una vez que el usuario entre a su espacio de reposo o sombra correspondiente (sea carpa o sombrilla) podrá sacarse el barbijo.

– Se recomienda que cada usuario cuente con su propia dotación de alcohol sanitizante y bolsas para guardar todo sus materiales (barbijos, alcohol, pañuelos, etc)

– Se deberían separar los ingresos y egresos a la playa, generando un circuito amplio de modo que las personas y grupos no se crucen. En algunos puntos se debería ampliar el ancho de las pasarelas, para aumentar la distancia interpersonal. Las mismas deberán ser sanitizadas periódicamente durante el día de playa.

– La distancia interpersonal en los espacios públicos de la playa no debe ser inferior a los dos metros entre personas. La distancia mínima entre cada grupo familiar no debe ser menor a esa misma distancia.

– En los sectores públicos es aconsejable distribuir los espacios de playa de modo equitativo mediante el parcelamiento del espacio disponible (por ejemplo mediante sogas, cintas o marcando en la arena) de 4 m x 4 m por grupo de usuarios. En su interior se podrán disponer no más de cuatro individuos que integren cada grupo o, si es un grupo familiar, hasta seis individuos. Entre parcela y parcela, debe quedar espacio suficiente para el tránsito hacia y desde el mar

– Se sugiere que la ocupación de carpas y sombrillas en las playas concesionadas respete la distancia de seguridad sanitaria. Cada concesionario debería proponer para su establecimiento la modalidad que garantice una ocupación simultánea no menor a los 4 m2 por persona.

– Se recomienda concientizar a los visitantes para evitar encuentros entre personas que pertenezcan a otros grupos. Si bien esto redunda en una mayor restricción en los comportamientos habituales, favorece al distanciamiento social y por ende, la disminución del riesgo.

– Se deben evitar los juegos de pelota y de deportes de contacto en la zona de arena mojada y de tránsito.

– La zona de piletas de natación debería contar con su propio cupo de acuerdo con sus dimensiones y actividad permitida. Su uso debería ser acordado previamente y estar estrictamente controlado.

– Es altamente recomendable promover que cada turista no deje sus residuos en la playa. Cada usuario debe conservar sus residuos y barbijos en un recipiente o bolsa cerrada, para luego disponerlos en lugares previstos. En caso que esto no se cumpla, se debe intentar realizar la recolección de los residuos en los sectores de playa al menos dos veces por día. Todos los cestos se deberán limpiar y desinfectar diariamente.

– Se debería evitar el uso de duchas externas y lavapiés en los accesos a la playa. Se debería habilitar para su uso, mayor superficie de playas sin concesionar o de uso público. Obviamente conlleva necesariamente a dotarlas de los equipamientos sanitarios indispensables, con sistemas de desinfección adecuados después de cada uso.

– Se debería evitar compartir la enfermería con otras personas, salvo en casos excepcionales.

– Los guardavidas deberían actualizar sus conocimientos en relación a la pandemia. Sus cubículos deberán ser adaptados con el fin de disminuir al máximo las posibilidades de contagio entre ellos y los usuarios. Deberían contar con el equipo inmunológico adecuado y preparado para emplearse ante cualquier eventualidad.

– Es necesario un mayor cuidado que en épocas normales en la prevención de ahogamientos o accidentes acuáticos. La mejor solución para prevenirlos es mejorar la señalización de las zonas de baño, así como las zonas o momentos prohibidos, mediante medios idóneos.

Red Proplayas, Nodo Mar del Plata

La Red Proplayas es una plataforma de intercambio colaborativo en gestión y certificación de playas a nivel Latinoamérica y Península Ibérica. En el Nodo Mar del Plata, somos científicos, empresarios y ONGs integrados para un objetivo común: la gestión integrada del valioso ecosistema marino-costero.

Más información: http://www.proplayas.org/



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