Encontrar pacientes jóvenes internados con cuadros graves por coronavirus ya no es novedad para el personal de salud. Lo que en la primera ola de la pandemia era un dato que llamaba la atención, se volvió parte de la rutina en el último mes: cada vez hay más personas menores de 50 años con cuadros de gravedad.

La situación genera preocupación en el personal sanitario, por la implicancia que tiene el riesgo de vida en gente con poca edad, y por las consecuencias que puede provocar esta modificación en el impacto del virus.
Los especialistas coinciden en que hay una serie de factores que provocan el mayor impacto en los jóvenes. Uno es que es la franja etaria que más circula por razones de trabajo o estudio.

Otro es que es el grupo poblacional que salvo alguna excepción todavía no se vacunó mientras que el proceso de la inmunización en los mayores empieza a surtir efecto. Y el tercero es la posible circulación de nuevas cepas del virus, como la de Manaos.

Si bien todavía, no hay evidencia científica de que circule en Mar del Plata, los indicios parecen advertir que la confirmación estará al caer. Sobre todo, porque ya está probado que la variante de Manaos ataca, con mayor virulencia, a una franja etaria mucho más numerosa porque es la que va de los 40 a los 65 años.

Además, diferentes estudios señalan que es entre un 30 y un 90% más contagiosa. En algunos sitios de la provincia como Olavarría, La Plata o distritos del Gran Buenos Aires ya se confirmó la circulación de la variante.

Para la titular de la Sociedad Marplatense de Infectología, Cristina Miglioranza, “puede ser que estén circulando otras variantes como la de Manaos, que ya se sabe que causó más infecciones en jóvenes en Brasil”. No obstante, aclaró que “es una observación del plantel médico” ya que todavía no hay confirmación de la secuenciación genómica del virus que no se hace en Mar del Plata”.

Respecto los cuadros graves que se registran en jóvenes, aseguró que “genera una preocupación extra porque no es lo mismo una persona de 85 años con comorbilidades, que una de 30 o 40”.

Por otra parte, Miglioranza se refirió a las secuelas que puede dejar el Covid en los jóvenes y puntualizó en que “todos los cuadros graves de Covid pueden dejar secuelas en el pulmón o cuadros de fibrosis, que requieren asistencia de neumonólogos”.

En referencia a las eventuales medidas para detener el nivel de contagios, reiteró que el parámetro que se tiene en cuenta es el aumento de casos y la ocupación de camas. “No somos el AMBA, esperemos no serlo”, sostuvo.

“Mucha preocupación”

El infectólogo Gonzalo Corral sostuvo que el panorama genera “mucha preocupación”. “No sabemos cuál es el pico de todo esto y tenemos un sistema al borde de la saturación”, graficó.

El especialista confirmó el aumento de internaciones de menores de 50 años. “No tengo la estadística precisa, pero estamos viendo cuadros más graves, rápidamente evolutivos, en una franja etaria menor (de 40-60 años), inclusive menores de 40 años”, contó.

A la hora de analizar las posibles causas, Corral coincidió en que se provocan “sobre todo por la mayor circulación y relajación de las medidas”, aunque agregó que “el déficit de vacunas juega un rol importante también”.

Además abrió un interrogante al plantear que “la hipótesis de vacunar con una sola dosis a mayor población podría hacer que el virus tuviera más facilidad para mutar a variantes más transmisibles y virulentas”.

En una de las clínicas privadas de la ciudad confirmaron la baja en la edad de pacientes complicados o graves. “Estamos muy preocupados porque estamos muy al límite de la cantidad de pacientes que podemos atender. Están llegando todos los días y se hace muy larga la internación. Entonces complica mucho y en la medida que empiecen a aparecer más, se va a poner muy difícil”, sostuvieron desde la dirección.

Números

La mayor cantidad de contagios de coronavirus se mantiene concentrada en personas que tienen entre 20 y 50 años. De los 53.557 casos confirmados en General Pueyrredon, según la estadística del gobierno provincial, 32.980 corresponden a la franja etaria que va de los 20 a los 50. En ese sentido, no se perciben mayores cambios respecto a la primera ola cuando la mayor cantidad de infectados se dio en menores de 60.

Cristina Miglioranza remarcó que por lo general, los jóvenes circulan más, se cuidan menos y no están vacunados. “Sociabilizan más que la gente mayor y tienen una sensación de omnipotencia”, observó. Y lamentó que todas las recomendaciones que desde hace un año hacen los especialistas no se tengan en cuenta. “Honestamente, yo ya no sé como llamar la atención”, planteó.