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Policiales 1 de junio de 2016

Crimen de Parque Peña: puñaladas y un secreto que terminó siendo fatal

Se conocieron los primeros avances de la investigación del asesinato de Carlos Garzia (60), el hombre al que mataron en el interior de una casa del barrio Parque Peña.

El hombre asesinado en una casa del barrio Parque Peña presentaba al menos tres heridas de arma blanca y golpes en distintas partes de su cuerpo.

Aunque la operación de autopsia recién se llevará a cabo esta tarde, a partir de las 14, las primeras examinaciones realizadas al cuerpo de Carlos Garzia (60) en el lugar del hecho concluyeron que tenía lesiones punzo cortantes y golpes.

El corte de la vena femoral de su pierna y el consecuente desangramiento rápido habría sido la causa de la muerte. Esto, trascendió de fuentes aledañas a la investigación, sería confirmado esta tarde por personal forense de la Policía Científica.

La hipótesis del robo del dinero de la transacción inmobiliaria se ve robustecida por lo que quedó en la casa y en la camioneta. Dentro del vehículo había algunas herramientas e incluso un cargador de batería, objeto que en un robo común los delincuentes no dudarían en llevarse.

Asimismo el análisis de la escena del crimen cimentó la hipótesis de que Garzia pudiera haber sido víctima de un asalto cometido por personas que fueron en busca del dinero obtenido por la venta de una propiedad. En ese sentido, dos detalles irrefutables: Garzia tenía atadas sus manos y no había faltantes en la vivienda.

 

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El cuerpo de Garzia puede observarse en el interior de la habitación, donde lo encontró su hijo.

La hipótesis del robo del dinero de la transacción inmobiliaria se ve robustecida por lo que quedó en la casa y en la camioneta. Dentro del vehículo había algunas herramientas e incluso un cargador de batería, objeto que en un robo común los delincuentes no dudarían en llevarse.

Además, el interior de la camioneta estaba revuelto, como si los asesinos, tras someter a Garzia, hubieran obtenido el dato que esa importante suma de dinero la ocultaba –al menos de forma transitoria- en la camioneta.

Si bien ni los familiares ni ninguna otra persona pudieron asegurar que Garzia tuviera consigo esa cantidad de dinero en efectivo el solo hecho de que terceros supieran de la transacción alcanzó, presuntamente, como impulso para los delincuentes.

La escena del crimen estaba sucia, algo que a los peritos les abre esperanzas. Había huellas de pisadas, arrastre de sangre en paredes, daños hechos “a mano” con las improntas frescas y dos teléfonos activos para rastrear las últimas comunicaciones de Garzia.

Es que se cree con firmeza que alguien delató a Garzia o que él mismo hizo correr, sin medir los riesgos, la información de la venta de la propiedad. LA CAPITAL fue testigo de una charla entre el hijo de Garzia y el dueño de la vivienda que la víctima alquilaba. El propietario de la casa comentó que Garzía le había dicho sobre esa operación inmobiliaria. Esto significa que no era un secreto y que alguien pudo conjeturar sobre la existencia de ese dinero en la casa.

Lo cierto es que para la fiscal María Isabel Sánchez y los investigadores de la DDI el móvil del robo es el que se impone entre las distintas hipótesis .

Por otra parte, la escena del crimen estaba sucia, algo que a los peritos les abre esperanzas. Había huellas de pisadas, arrastre de sangre en paredes, daños hechos “a mano” con las improntas frescas y dos teléfonos activos para rastrear las últimas comunicaciones de Garzia.

En cuanto a testigos, un relevamiento realizado por la zona de Los Naranjos y Groeber no sirvió para pescar datos de valía como tampoco, siquiera, el anciano que reside en la vivienda “melliza” a la de la víctima.



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