El cuerpo de Brenda Tello (24), la joven detenida por el crimen de su concubino, el techista Alan Yair Salinas (26), presentaba golpes que serían compatibles con la versión que dio del hecho y que indica que se defendió de una agresión previa.

Fuentes del caso señalaron a LA CAPITAL que la imputada por el homicidio tenía una lesión en la cabeza de carácter reciente al momento de la revisión médica -que se le llevó a cabo antes de que quedase alojada en el Destacamento Femenino- y otra que ya parecía haber atravesado un proceso de varios días de curación.

La novedad, indicaron los informantes en diálogo con este medio, podría revestir suma importancia en el desarrollo de la causa si es que los resultados de los peritajes que ordenó realizar la fiscal Andrea Gómez también siguen esa línea; es decir, el análisis del contenido del teléfono celular de Tello y su examen psicológico, que se podrían consumar la próxima semana.

Vale recordar que la mujer dijo ante la instructora judicial que Salinas -con quien tenía un bebé de un año y medio- padecía una adicción a los estupefacientes y la golpeaba. Según manifestó, era víctima de violencia de género, situación que se había agravado “en los últimos cinco meses”.

“Me pegó tres piñas en la cabeza y a todo esto yo tenía a la bebé en brazos. Ahí lo empujo y le digo: ‘No me pegues más’. Atiné a querer asustarlo con el cuchillo, nunca quise lastimarlo, sino no lo habría acompañado a la salita y todo eso”, declaró la imputada en Tribunales este miércoles, tras entrevistarse con su abogado particular, Mauricio Varela. También mencionó que no lo denunció antes “por vergüenza”, pero aclaró que en su teléfono celular tenía pruebas de las agresiones previas.

Por otra parte, la fiscal Gómez también recibió el informe preliminar de autopsia al cadáver de Salinas. La operación de los forenses determinó que el techista efectivamente sólo presentaba una herida de arma blanca en el pecho, a la altura del corazón, que le había causado la muerte por un paro cardiorrespiratorio producto de un “shock hipovolémico”.

Conforme pudo saber LA CAPITAL, por el momento Tello permanecerá alojada en el Destacamento Femenino pero no se descarta que Varela solicite, en los próximos días, una morigeración a la Justicia de Garantías. En ese sentido, el letrado podría solicitar que su cliente continúe detenida pero bajo arresto domiciliario y, de ser amparada su versión por las pruebas que surjan la próxima semana, la excarcelación y el sobreseimiento por considerarse que actuó en legítima defensa.

Salinas, que no tenía antecedentes penales ni denuncias por violencia de género, fue apuñalado el martes entre las 19 y las 20 en la casa que compartía con Tello y el hijo de ambos en el barrio Libertad. Más precisamente, volvió de trabajar a la vivienda de 3 de Febrero al 9700 y entonces se produjo la discusión con su pareja que derivó en su muerte.

Lo que debe establecer ahora la Justicia es el contexto en el que se produjo el hecho. Cierto es que, después de sufrir la herida de arma blanca, el techista fue llevado por un vecino y en compañía de la propia Tello a la sala de primeros auxilios del barrio Florentino Ameghino y, más tarde, derivado al Hospital Interzonal General de Agudos (HIGA), en donde falleció minutos después.

Tello fue trasladada a la comisaría sexta para declarar como testigo y, en simultáneo, la Policía Científica trabajó en la vivienda. Allí, los investigadores secuestraron el cuchillo que habría utilizado la mujer y, con esa y otras pruebas, la fiscal Gómez ordenó que quedara detenida por el crimen.