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Policiales 28 de junio de 2019

“Cuatro veces le dije que no; fue un abuso sexual”

La mujer que denunció a su expareja del Servicio Penitenciario Bonaerense por haberla violado habló en exclusiva con LA CAPITAL sobre lo que le tocó vivir. Aseguró no tener problemas psiquiátricos y señaló que el imputado la atacó para usar su dinero para apostar en el Casino.

La mujer que denunció a su expareja del Servicio Penitenciario Bonaerense por haberla violado aseguró que el hombre la sometió sexualmente en medio de una discusión en la que le pidió dinero para apostar ya que es un “enfermo del juego”.

G -el nombre de la víctima se resguardará- tiene 42 años, un hijo y es parte del Servicio Penitenciario Bonaerense. Hacía 8 años había iniciado una relación sentimental con un compañero de trabajo, que ahora se encuentra detenido e imputado por haberla violado el lunes pasado.

Luego de que la noticia se hiciera pública, G habló en exclusiva con LA CAPITAL para contar los padecimientos que tuvo que vivir y aclarar las “muchas versiones que circulan y que son erróneas“, ya que aseguró que no padece problemas psiquiátricos, como el imputado denunció en un principio.

El 11 de abril de 2018 G sufrió un accidente laboral que por poco termina con su vida: estaba de guardia en una garita del complejo penitenciario de Batán y al apoyarse en una pared fue alcanzada por una descarga eléctrica. La mujer tuvo que ser trasladada de urgencia al Hospital Interzonal, donde quedó internada en grave estado y perdió parte de la vista y el oído.

Durante la internación, la mujer contó con apoyo psicológico y psquiátrico, pero según remarcó, nunca llegó a ser “paciente psiquiátrica” ni “tomar medicamentos”. Finalmente, por el accidente laboral y las secueles permanentes que le quedaron cobró una indemnización.

Según explica G, su expareja siempre tuvo como vicio apostar en el Casino, sobre todo en las cartas, pero en los meses que ella estuvo internada en el Hospital Interzonal, esa adicción al juego fue se volvió “incontrolable” y “se perdió en el juego”.

“Él iba al Casino todos los días, todo el día. Perdía, sacaba préstamos y debía mucho dinero, prácticamente no cobraba sueldo porque tenía que pagar deudas”, relató la mujer.

Ese contexto, de jornadas eternas en el Casino del hombre y deudas hace dos meses generaron un quiebre y la pareja se separó.

A pesar de la separación -ella salió de garante al hombre para que pudiera alquilar un departamento-, el imputado por “abuso sexual agravado” le escribía a la víctima constantemente para solicitarle dinero que pretendía apostar en el Casino. “No me pidas nada más, dejame libre y listo”, fue una de las últimas respuestas que G le escribió a su expareja.

El lunes la situación de la pareja, entre discusiones por dinero y las peleas verbales, escaló de una manera en la que la víctima confesaría que jamás hubiese imaginado, ya que nunca habían tenido episodios violentos entre ellos.

Durante la mañana el hombre ingresó sin aviso a la casa de G. Otra vez le pidió dinero y discutieron. En medio de la discusión, el hombre la sometió y abusó sexualmente de ella, la violó. “Cuatro veces le dije que no, pero no se detuvo. Fue un abuso”, explicó G a LA CAPITAL y agregó: “El pensó que por forzarme a tener sexo recompondría nuestra relación y, de esa manera, podría tener acceso a mi dinero”.

Ese mismo lunes el hombre fue a un Juzgado de Familia y denunció que su expareja tenía serios problemas psiquiátricos y necesitaba una internación. “Me trató de loca, no podía declarar o denunciarlo, parecía un complot”, expresó G, quien tuvo que ser trasladada a una clínica privada para una evaluación psiquiátrica.

Una vez estuvo en el lugar, sin su expareja presente, G se pudo abrir con una enfermera y le contó que había sido violada.

El personal médico de la clínica privada actuó inmediatamente y trasladó a G a la Comisaría de la Mujer, donde le tomaron la denuncia. Fuentes judiciales confirmaron que las pericias médicas confirmaron que la víctima tenía lesiones genitales correspondientes a una violación.

Luego, en la evaluación médica realizada a G, los profesionales de la clínica privada destacarían que estaba con “aspecto tranquilo, orientada, ánimo estable, con momentos de angustia y llanto, cuando relató un episodio de violencia con su expareja por abuso sexual”.

“Él quería dejarme internada en un psiquiátrico para manejar el dinero. Está enfermo por el juego, pero eso no justifica todo lo que me hizo”, expresó la víctima.

Según pudo comprobar LA CAPITAL, el relato de la víctima coincide con lo que expuso en la denuncia que, si bien no altera la investigación de abuso, le da un contexto de violencia verbal y económica en la pareja que concluyó un ataque sexual.

Tras lo sucedido, el hombre de 46 años fue detenido y, luego de negarse a declarar ante el fiscal Leandro Arévalo, quedó alojado en la Unidad Penal 44 de Batán por “abuso sexual agravado” mientras avanza la investigación.

Apoyo a la víctima

G le explicó a LA CAPITAL que se sintió contenida por el grupo de profesionales que la atendió, tanto en la clínica privada como en la Comisaría de la Mujer.

“Me pude abrir con con la enfermera de la clínica y, junto a otro trabajador del lugar, pagaron de sus propios bolsillos el taxi para llevarme a hacer la denuncia. Mi eterno agradecimiento con ellos”, dijo. También destacó el trabajo de la doctora del cuerpo médico forense, quien “además de ser una gran profesional, se comportó como una excelente persona ante una situación tan delicada”.

Finalmente, G señaló el comportamiento de los integrantes del Servicio Penitenciario Bonaerense, fuerza a la cual pertenece, porque desde “los directivos, personal jerárquico y compañeros de trabajo” se acercaron para brindarle apoyo y contención.