El secretario de Economía y Hacienda, Hernán Mourelle, justificó ayer ante los concejales su negativa a presentar el proyecto de la ordenanza complementaria del presupuesto al plantear que para ello espera “cerrar la negociación paritaria” con el Sindicato de Trabajadores Municipales (STM) para determinar así cuál será el valor de los salarios del personal de la comuna durante el actual ejercicio.

El acuerdo que pueda lograr el funcionario con el gremio no sólo impactará en los montos de los haberes que perciban los empleados, sino también en los del nutrido elenco de funcionarios políticos que componen la gestión del intendente Carlos Arroyo, quien por ahora encabeza el ranking de sueldos al tener asignada una remuneración básica que ya superó la barrera de los 220 mil pesos mensuales.

El sueldo del jefe comunal alcanzó esa cifra en el mes de enero como consecuencia de la anterior negociación paritaria realizada en 2017, por la cual se convino que los municipales recibieran un incremento salarial del 24,6%.

La implementación de aquel acuerdo generó un significativo beneficio para los funcionarios políticos de la Municipalidad, provocando que al traspasar la barrera de los 200 mil pesos, Arroyo terminara accediendo a una remuneración superior a la asignada a los ministros del gobierno nacional, quienes según datos oficiales, en aquél momento poseían un sueldo bruto de $183.000.

Puntualmente, desde enero de 2018 la remuneración básica del intendente de General Pueyrredon llegó a una cifra de $224.857.

El número surge de lo dispuesto por la ordenanza complementaria del presupuesto que establece que el sueldo del jefe de la comuna local equivale a 16 veces la remuneración básica asignada a un empleado administrativo con una carga de 40 horas semanales.

Al inicio del ejercicio 2017, esa cifra era de $11.261,30, lo que determinaba que el haber básico del jefe comunal fuera de $180.180.

Sin embargo con el correr de los meses ese número fue variando, como resultado del acuerdo que el gobierno local firmó con el Sindicato de Trabajadores Municipales en junio pasado.

Allí se dispuso que todos los trabajadores recibirían una recomposición de haberes del 12% para el primer semestre del año, a la que se le agregarían otras dos subas a través de la “cláusula gatillo”.

De este modo, en octubre se aplicó un aumento adicional de casi el 5,6% (por la inflación acumulada entre julio y septiembre) mientras que en enero se incorporó un nuevo aumento del 7,2% por la inflación acumulada entre octubre y diciembre.

Así la remuneración básica en base a la cual se calculan los haberes de los funcionarios políticos de la Municipalidad llegó a los $14.053.

No obstante el resultado de la negociación paritaria no fue el único factor que tuvo impacto en los salarios del intendente y de sus colaboradores.

A principios de este año Arroyo firmó un decreto por el cual le puso punto final de una medida de “austeridad”, por la cual había dispuesto que tanto él como los integrantes de su gabinete donaran el 10% de sus sueldos.

Al fundamentar esa medida el intendente aclaró que la donación había sido dispuesta en el marco de una situación de emergencia durante los ejercicios 2016 y 2017, razón por la cual, ya no debería seguir aplicándose.

Además de fijar la remuneración del intendente la ordenanza complementaria determina los sueldos básicos de otros funcionarios políticos entre los cuales se encuentran los secretarios y presidentes de entes descentralizados, quienes según los últimos cálculos, desde enero tienen asignado un haber mensual de $126.482.

Más abajo se ubican los subsecretarios, delegados, vicepresidentes de entes, directores ejecutivos y el procurador, con una remuneración de $98.375.

En todos los casos la cifra se refiere a la remuneración básica, la cual no es equivalente a lo que cada funcionario se lleva a su bolsillo ya que no están contemplados los descuentos, las retenciones impositivas ni el pago de las bonificaciones u otros beneficios.