“El espectáculo cuenta cómo se puede transformar una relación en el tiempo”, señaló la actriz Ingrid Pelicori sobre el espectáculo “Bergman y Liv. Correspondencia amorosa”, que representará desde este jueves y hasta 15 de enero a las 21 en la sala Roberto J. Payró del Auditorium.

Se trata de una obra de teatro dirigida por Leonor Manso, con la actuación de Pelicori en el rol de Liv y de Osmar Núñez en el papel de Bergman.

“La relación de pareja de ellos duró solo cinco años, y fue muy intensa y tormentosa. Ahí comienza la obra, cuando se acaban de separar”, dijo la actriz en una entrevista con LA CAPITAL.

El intercambio de cartas entre ambas figuras del cine -Bergman, un prestigioso director de cine sueco, dueño de una estética personal, y Ullmann, su actriz fetiche y considerada una de las más importantes intérpretes contemporáneas- arranca “cuando termina el mito del amor, del amor romántico, con todo su dolor y su rencor”, agregó Pelicori.

“Y de a poco el vínculo se va transformando hasta convertirse en un acompañamiento profundo y creativo a lo largo de toda la vida, donde siguieron unidos por el trabajo en el cine y por la hija que tuvieron. Un amor verdadero. Y como todo amor verdadero, es de importancia universal. Creo que la resonancia de la obra y aquello en lo que todos se pueden identificar es en ese recorrido de un vínculo a lo largo de la vida, donde se aprende a reparar, a perdonar, a comprender y a acompañar hasta el final a quien nos enriquece y nos nutre con su presencia en nuestra vida”, indicó.

-¿Es un espectáculo de teatro leído?

-No, no es teatro leído. El que está escribiendo la carta la encarna y la dice como si el otro estuviera en frente, con toda la vitalidad, el sentimiento, la pasión y la energía de un conflicto vivo y presente. El que recibe la carta sí la va leyendo para que a la vez se puedan apreciar sus reacciones. La teatralidad resulta de esa actuación activa, de los cambios de clima, de humor y de ritmo por los que pasa la relación de Ingmar Bergman y Liv Ullmann a través de cuarenta años.

-¿Dónde puso el acento la dirección de Leonor Manso?

-Puso el acento en que los personajes y las situaciones fueran encarnadas a fondo, lo que lleva a momentos muy distintos, con emociones muy diversas, que vuelven variado y hasta entretenido el recorrido. Se intentó lograr un espectáculo muy sensible, pero también con humor y mucha empatía, y que más allá de que los personajes sean los icónicos Bergman y Liv Ullman (con las lógicas referencias al teatro, al cine y al trabajo artístico), la actuación nuestra -por su verdad y hondura- permita asociarla a cualquier historia de un gran amor.

-¿Cuál es la frase que más resuena en vos, a partir de las cartas que se escriben?

-La frase tal vez sea la última, la que resume todo: “No fue solo una unión dolorosa, fue también una unión llena de gracia”. En cuanto a los distintos momentos realmente lo que disfruto es la diversidad. Me gusta el comienzo, intenso, ese primer momento de reproche y dolor en carne viva. Disfruto mucho luego los momentos graciosos, por ejemplo, cuando Liv cuenta su experiencia desopilante en Estados Unidos. Me gusta mucho también todo lo que hace a la relación con su hija, sus reflexiones como madre. Y me gusta muy particularmente la última parte cuando los dos (Ingmar y Liv) van envejeciendo y lo hacen con humor, mucha sabiduría y esa profunda amistad que supieron conseguir.

Cabe señalar que el rol de Núñez en esta obra le valió un premio Luisa Vehil, al tiempo que la obra recibió tres nominaciones a esos galardones. Y dos nominaciones a los premios Ace 2019, 2020 y 2021. El espectáculo cuenta con el apoyo del Instituto Nacional del Teatro.