Nacido en Tucumán, Gastón Ugarte se ha convertido en el primer argentino en la meca del cine de animación. Entre sus trabajos más destacados se encuentran “Wall E” y “Coco”. Máximo responsable del set de los filmes de Disney-Pixar desde 2005, Ugarte dialogó con LA CAPITAL en una entrevista en la que repasó sus inicios en la industria cinematográfica.

– Tu formación profesional se desarrolló en Estados Unidos. ¿Cuáles son las posibilidades en Argentina de lograr alguna similitud de formación a la que recibiste en Estados Unidos?

– En este momento ninguna. Por lo que tengo entendido, y por lo que vengo hablando desde hace años con colegas, no hay. Existen cursos terciarios y están comenzando a aparecer universidades… es decir, como poder formarte, podés hacerlo en Argentina, pero está todo on line. Hay muchas escuelas virtuales, eso está de moda. Lo bueno de esto es que tenés a los chicos que enseñan on line, que ya están en la industria de la animación. Para el argentino es bastante costoso, pero yo recomendaría que lo hicieran, porque sea como sea estás aprendiendo de tipos que ya están en la industria.

– Lo que te llevó a formarte en esta especialización fue tu fascinación por la animación. ¿Soñaste que podrías llegar a trabajar para Disney-Pixar?

– Soñar no cuesta nada. Y sí, la verdad es que fue siempre mi sueño; aunque del dicho al hecho yo sabía que iba a haber un largo trecho. Y lo fue. Pero tuve la fortuna de llegar.

– Supongo que además de la formación, una agenda de contactos ha sido fundamental para lograr la primera entrevista de trabajo.

– Sí, tal cual. Imaginate que cuando yo empecé a indagar -te estoy hablando de los años ’90- era todo muy rústico. Se hacía a través del fax, era esperar tres semanas a que las cartas te lleguen. Era muy difícil. Por eso siempre digo que hoy el mundo se abrió por completo con la aparición de Internet. Hoy estás en Google y encontrás todo lo que puedas necesitar. Si querés saber quién es el supervisor de animación de Pixar, lo encontrás; es todo mucho más fácil, se te abren más rápidamente las puertas.

– Contame cómo fue tu llegada a Pixar en 2005.

– Yo estaba trabajando en Sony y me enteré, a través de un colega, que estaban buscando modeladores para la próxima película original en Pixar. Esa película era “Wall E”. Entonces con un portafolio un poco más robusto, con “Reyes de las olas” y otras que había trabajado para Sony, mandé el material a Pixar. Pasó un tiempo y me llamaron. Primero fueron un par de entrevistas por teléfono y finalmente me llamaron para invitarme al estudio para una entrevista personal. Yo ya me había enterado que cuando te llamaban para una entrevista personal significaba que ya estabas a un paso de entrar; solo hacía falta que te conocieran personalmente. No me olvidaré jamás lo que fue entrar por esas puertas. Siempre cuento que cuando entré, coincidentemente, todos los artistas que yo admiro, estaban ahí, dando vueltas por el estudio… yo no lo podía creer. Fue todo muy intimidante porque el proceso de entrevistas en Pixar es muy exigente. Ellos quieren saber cómo sos, qué personalidad tenés, si sos colaborador, si vas a trabajar bien en equipo, y ese tipo de cosas. Entonces las entrevistas se extendían de 9 hasta las 12 del mediodía. Eran períodos de quince minutos y tenía que hablar con los supervisores, con modeladores, con gente de la cocina, con los de seguridad… es como que quieren ver cómo sos vos como persona y saber si vos cuajarías en el estudio.

– ¿Y cómo es el ambiente en Disney?

– Es como una gran familia en donde abunda el arte, se lo fomenta todo el tiempo. Tenemos Pixar University que es una universidad dentro de Pixar. Todos nosotros dictamos clases ahí. Yo enseño modelaje, un amigo enseña clases de escultura, otro da arte y diseño. Y se hace básicamente para fomentar ese arte y encontrar talentos que quizás los artistas tienen escondido. Yo ahora estoy tomando clases de fotografía y de iluminación que es algo que siempre me gustó en la producción y aún nunca hice.

– ¿Cómo le podríamos explicar al lector qué es el diseño de set?

– La manera más básica y más rústica de explicarlo es diciendo que somos como los arquitectos, carpinteros y albañiles digitales de Pixar. Los diseñadores de set somos los responsables de crear todos los mundos que ves en el cine de animación. Si vos ves el cuadro final de una película y le sacás los personajes, todo lo que ves alrededor, los fondos, los árboles, las casas, las calles… todo eso es lo que hacemos nosotros en set.

– ¿Podría ser Tucumán un buen lugar para el diseño de set?

– Sería espectacular que Tucumán inspirase alguna película de Pixar. Aparte, en un país tan hermoso como el que tenemos, sería muy lindo poder encontrar una historia que tome lugar en el noroeste argentino o en Buenos Aires.

– ¿En Pixar vos podrías sugerir como set alguno de estos lugares?

– En Pixar tenemos un mantra: La historia es lo más importante. Y si pudiéramos encontrar una historia que requiera de unos paisajes como los nuestros, por qué no hacerlo. Para “Coco” viajamos muchísimo a México para hacer fotos, inspirarnos, ver de qué se trataba la celebración del Día de Muertos y tratar de vivir todo eso para poder plasmarlo en la pantalla de la mejor manera. Si alguna vez tiene que ser Tucumán, me encantaría.

– Teniendo en cuenta la todavía rústica industria del cine de animación argentino. ¿Qué opinión te merece “Metegol”?

– Quedó muy linda y me sorprendió mucho el talento para reclutar a la gente adecuada y poder hacer un largometraje. Lástima que no se continuó en esa línea. Los colegas de Disney decían que todo se basa en recursos. Acá, en Argentina, hay un talento increíble. En Estados Unidos tenemos grandes artistas pero también grandes recursos. El hecho de que podamos plasmar con Pixar películas tan bellas visualmente, es porque tenemos grandes recursos. Por eso valoro mucho lo que se está haciendo acá, porque los recursos no son los mismos.