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La Ciudad 20 de abril de 2025

Derecho a la unidad y a la elección que será clave en las negociaciones

Con marchas y contramarchas, Kicillof y Cristina Kirchner enfilan hacia un entendimiento. Los resultados de CABA se volverán cruciales para La Libertad Avanza y el PRO. Concejo blindado por cuatro bloques.

Gustavo Pulti y Fernanda Raverta.

Por Ramiro Melucci

Fueron rivales en 2019, socios en 2023 y volvieron a tomar distancia en el último año y medio. Pero por los acontecimientos de la semana pasada probablemente Fernanda Raverta y Gustavo Pulti vuelvan a defender la misma boleta en las elecciones del 7 de septiembre.

La posibilidad de que haya una sola lista alumbró en el momento en que Cristina Fernández de Kirchner ordenó a sus legisladores que desistieran del proyecto de concurrencia electoral y acompañasen “en la parte pertinente el proyecto del compañero gobernador” de suspensión de las PASO. Era la declaración de una paz armada: a partir de ahora la batalla central entre La Cámpora y el Movimiento Derecho al Futuro de Kicillof será por los lugares en las listas.

Los mensajes de unidad que la propia Cristina, Kicillof y Sergio Massa habían formulado una semana antes empezaron a corporizarse en el Senado bonaerense. Pero el proceso hacia la unidad se inició con contramarchas. Los legisladores no acompañaron los plazos que pretendía Kicillof (presentación de alianzas 80 días antes y de listas a 70 días de la elección) y dejaron los establecidos en la ley vigente: 60 días para la conformación de alianzas y 30 días antes de la elección para el cierre de listas. También generó suspicacias el proyecto del cristinismo para volver a permitir la reelección indefinida de concejales y legisladores provinciales pero no la de intendentes, cuando buena parte de estos respalda al gobernador.

De otro lado del arco ideológico, Guillermo Montenegro y Alejandro Carrancio también tuvieron un camino sinuoso en los últimos años. Juntos en 2019 y separados desde 2021, el intendente y el libertario se aprestan para un armado conjunto tras la foto que los reconcilió y la que mostró al jefe comunal sentado a la mesa de Karina Milei.

La imagen salió a la luz en el peor momento del vínculo entre el presidente Javier Milei y el titular del PRO, Mauricio Macri. Los distancia la contienda que libran en la Ciudad de Buenos Aires, bajo cuya sombra elaboran observaciones disonantes sobre lo que acontece en la provincia. El Presidente da por cerrado el acuerdo. “La vuelta del kirchnerismo no va a pasar. En la provincia vamos juntos para ganarles a los ‘kukas'”, declaró. Macri lo minimiza: “Se sacaron dos fotos. No escuché al Presidente, a Karina ni a Santiago Caputo decir que quieren un acuerdo con el PRO en la provincia”.

El gran interrogante que se desprende es qué ocurrirá si no hay un acuerdo entre partidos y si finalmente todo resulta como lo cuentan los libertarios: un pacto con dirigentes. ¿Los del PRO se pintarán de violeta sin importar lo que determine Macri? 

En medio de ese enigma aguarda el jefe de la UCR bonaerense y local, Maximiliano Abad. No es la de su partido una situación sencilla en Mar del Plata: los libertarios mandan mensajes contra el radicalismo y Montenegro se fotografía sonriente con ellos.

El senador cree, sin embargo, que no hay nada escrito en piedra y que los resultados de las elecciones del 18 de mayo en CABA pueden tener el ímpetu suficiente para cambiar ecuaciones en la provincia. Es que de cómo terminen esos comicios dependerá el ánimo y la fortaleza con que La Libertad Avanza y el PRO definirán las negociaciones de este lado de la General Paz. Y las probabilidades de que el radicalismo se integre en algún formato. “Falta mucho, todavía puede pasar cualquier cosa”, apaciguan ansiedades cerca del senador.


Daniel Núñez, nuevo presidente del bloque de concejales de la UCR.

Daniel Núñez, nuevo presidente del bloque de concejales de la UCR.


Por lo pronto, el radicalismo local hizo un movimiento de piezas con la mira puesta en la elección: Daniel Núñez reemplazará a Marianela Romero en la jefatura del bloque de concejales. La decisión puede atisbarse desde dos planos. El personal, porque Núñez adquiriría más protagonismo en un año en que culmina su mandato y podría ser candidato. Y el partidario, porque Romero está identificada con el entendimiento con el PRO y la Coalición Cívica en el interbloque oficialista y Núñez, con los episodios de mayor tensión: bastan recordar sus cruces tuiteros con el titular del PRO, Emiliano Giri, y la cuestión previa que le dedicó a Guillermo Volponi (también del PRO) después de que su compañero de interbloque destratara al ex presidente Raúl Alfonsín.

Núñez también fue el que, al levantarse de una comisión, permitió que una declaración contra el presidente Javier Milei por su discurso en el Foro Económico Mundial de Davos se discutiera en una sesión ordinaria. Son antecedentes que encajan con un momento de incertidumbre, en el que el radicalismo empieza a adquirir un perfil más autónomo.


No es la del radicalismo una situación sencilla en Mar del Plata: los libertarios mandan mensajes en contra y Montenegro se fotografía sonriente con ellos.


Hoy son cuatro los bloques que blindan el Concejo: los tres del interbloque oficialista (Vamos Juntos, la UCR y la Coalición Cívica) y La Libertad Avanza. No dejan pasar ni los pedidos de informes que desagradan al gobierno municipal, como los relacionados con la Patrulla Municipal, ni las declaraciones contra Milei.

En un trámite rápido y con los votos del interbloque, la semana pasada las rendiciones de cuentas municipales lograron dictamen en la Comisión de Hacienda, conducida por la libertaria Cecilia Martínez (que se abstuvo), y serán aprobadas el jueves en la sesión. Lejos quedaron los tiempos en que la oposición buscaba que las rendiciones se trataran con el mismo empeño que el presupuesto y desfilaran funcionarios para explicar qué hicieron con los recursos. Ya todos saben de antemano que eso no va a pasar.

Los cuatro bloques también desactivaron el intento opositor de aprobar proyectos contra la venta o concesión de la Unidad Turística de Chapadmalal. Ocurrió en la Comisión de Turismo, donde se trató un rechazo a la declaración de “innecesariedad” que formuló la Secretaría de Turismo de la Nación y “a cualquier intento de privatización o desmantelamiento de su función social” de esos hoteles. Se planteaba además la creación de una mesa de “coordinación de diálogo y gestión interjurisdiccional” para “evaluar esquemas de gestión y financiamiento con participación del Estado municipal”.

Un proyecto era impulsado por el Frente Renovador; el otro, por Unión por la Patria. Emiliano Recalt, Volponi y Guido García defendieron el criterio del Gobierno nacional en nombre de La Libertad Avanza, el PRO y la Coalición Cívica local. A lo último, con menos énfasis pero similar criterio, se sumó el radical Gustavo Pujato.

Que a nadie se le ocurra establecer una analogía con los tiempos y el temperamento del posible encastre electoral de los ex Juntos por el Cambio. Todavía falta una eternidad.