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Cultura 28 de agosto de 2018

Desentrañar el arte, la música y las lecturas valiosas

Apareció "Las formas inaccesibles", de Eduardo Balestena.

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por Margarita Ferrer

En mayo de este 2017, la editorial Huesos de Jibia publicó un interesante libro de ensayos literarios cuyo autor es Eduardo Balestena, abogado, trabajador social, escritor, crítico musical y asiduo colaborador en estas páginas.

Digo “interesante” en el sentido genuino del término, un libro que despierta interés por ser el producto de un autor formado en distintos campos del saber y que es capaz de reunir, en un solo libro de ensayos, diversos textos que lo han apasionado como lector porque han sido parte y testimonio de su vida personal. Vale decir que esta publicación nos pone frente a dos aventuras fascinantes: la de la lectura y la de la escritura de esas lecturas.
Las formas inaccesibles son, esencialmente, las formas del arte, de la música, sobre todo, y de la literatura cuyo desciframiento semiótico es siempre inalcanzable. Lo que Balestena pone en evidencia en este libro es que el campo de la lectura es, como decía Barthes (1) “el de la absoluta subjetividad”; el lector no decodifica ni descifra, sino que se interna en el laberinto del sentido, produce y “amontona lenguajes”, con capas superpuestas de sentidos y se deja atravesar por ellos para participar después en la aventura de la escritura.

El libro reúne una veintena de textos de diferentes autores -Sófocles, Luis Alberto Ballester, Marco Denevi, Hermes Villordo, Cortázar, Charles Parker Jr, Borges, Estanislao del Campo, Henry James, Enrique Pezzoni, García Márquez, Rulfo, Matheson, Stephen Crane, Robert Graves, Puig- abordados en un género -el ensayo- muy acorde con el propósito de Balestena, propósito que él mismo manifiesta en la Nota Preliminar: “Hay obras que forman parte de nosotros, que son refugios, lugares secretos y propios a los cuales volver una vez y otra; lo son como nuestros rasgos más propios y nuestras preferencias más caras. De eso quise dejar testimonio en estas lecturas… de algo que persiste, maravilla y nos hace volver a esas historias… porque no seríamos enteramente nosotros mismos sin ellas”.

El abordaje de los textos no es nunca lineal, aunque deja claramente expresado en los párrafos iniciales quién es cada autor y por qué ese texto es una singularidad elegida por el escritor. En todos se expone la construcción narrativa de una realidad, predominantemente extraña o fantástica, que dialoga con otras manifestaciones del arte, como la música- campo en el que el Balestena se mueve como pez en el agua-, el cine, la fotografía o la misma literatura. Ensayos medulosos de literatura comparada, podríamos decir, en los que se evidencia una lectura encarnada en la propia existencia. Así por ejemplo, uno de los textos más minuciosos y lúcidos en el análisis es “Las formas inaccesibles”- que da título al libro-, referido al cuento de Cortázar “Las babas del diablo” (construcción de mundos paralelos; diferentes planos de la escritura; la originalidad cortazariana en el planteo de los núcleos narrativos; los juegos con el tiempo; roles de la fotografía y de su imagen). Algo similar podríamos afirmar de otros textos como Otra vuelta de tuerca, o Boquitas pintadas, o La brasa en la mano, o Los rostros de la muerte.

El ensayo es un género de expresión personal y por lo tanto su estilo no se demora en los tecnicismos sino que va más allá de ellos. Y aunque el ensayo no exige una estructura definida, el desarrollo de los temas es variado y riguroso. Así, por ejemplo, la importancia de los puntos de vista narrativos; el tratamiento de las coordenadas temporales y la significación de los espacios; el funcionamiento de los personajes en relación con los episodios; los quiebres y los efectos de la ficción; en fin las estrategias en la construcción del referente o la importancia de las intertextualidades, son algunas de las claves en el análisis textual.

Eduardo Balestena analiza, interpreta y desarrolla temas de libros que lo han apasionado, sorprendido, intrigado, interesado y acompañado en su existencia vital y lectora. Y lo que el autor hace en este libro es, precisamente, eso: escribir sus lecturas; lecturas valiosas por las escrituras que engendran y que se convierten, en los nuevos lectores, en provechosas, sorprendentes, entretenidas, sustanciosas, movilizadoras; en fin, como decía al principio, en lecturas “interesantes”.

(1): “Escribir la lectura” en El susurro del lenguaje ( 2009) Paidós: Barcelona.