“Dibunarradores” es el nombre de un proyecto en el que intervienen jóvenes artistas de la narración oral y que llega en la actualidad, como actividad lúdica y virtual, a un grupo de escuelas primarias y jardines ubicados en la zona norte y Pueblo Camet de Mar del Plata. Participan adolescentes que cursan en el Colegio Nacional Arturo Illia y docentes de esa institución.

También se formó una cuenta de Facebook -con el mismo nombre-, con la idea de que los videos que genera el grupo y en el que participann animadores puedan ser vistos por la toda comunidad.

Son los adolescentes quienes se dedican a narrar los cuentos de manera oral, una actividad que usualmente desarrollan adultos mayores.

“Los beneficios de narrar para los jóvenes son muchos: el contacto con la palabra, el poder transformar un texto escrito en un texto propio, eso implica un proceso de transformación importante y el contacto con el otro, el poder contar para el otro, el mirarlo, el intercambio con la palabra y con la historia lo pone al adolescente en un lugar que le asegura su identidad y su propio lenguaje”, opinó Cecilia D´Angelo, docente de esa escuela que formó a los chicos y a las chicas en la técnica de la narración oral.

El año pasado, presencial

La iniciativa nació como propuesta comunitaria a partir de un taller de “Cuentacuentos” e “Ilustración” que D’angelo y Pablo Hansen, respectivamente, ofrecieron en 2019 en el colegio. La idea era que, los anotados, aprendieran el arte de la narración oral y, también, pudieran ilustrar los relatos, en una suerte de acompañamiento y fusión entre el arte gráfico y la oralidad.

En virtud de los buenos resultados, el año pasado el taller terminó convirtiéndose en una acción de extensión, es decir es una propuesta que se realizó de manera presencial con un grupo de escuelas públicas de la ciudad, ubicadas en Estación Camet con adolescentes entusiasmados con la narración oral de cuentos infantiles. Después de cada cuento, la iniciativa terminaba con un trabajo plástico.

“Logramos un subsidio de parte de la Universidad Nacional de Mar del Plata, con el que compramos materiales y regalamos libros a cada escuela, para la biblioteca”, contó D’angelo, quien calificó a la experiencia como “maravillosa”, por el acercamiento amoroso entre niños y niñas de los primeros ciclos de la escuela primaria con adolescentes comprometidos con la actividad y reencontrados con sus propias infancias.

“Salíamos ocho o nueve a visitar cada escuela”, recordó, a pesar de que el número total de alumnos de los dos talleres llega casi a treinta.

En 2020, “Dibunarradores” sumó al titiritero Héctor Martiarena y a docentes y a una alumna de la Facultad de Arquitectura, Urbanismo y Diseño de la Universidad local, con la idea de sumar a personas que pudieran hacer un aporte creativo al proyecto. Pero la pandemia, con su consecuente cuarentena, aislamiento y suspensión de clases obligó a modificar los planes.

Así, el proyecto presencial mutó a la virtualidad. “Es todo un desafío para poder pensar otras cosas, porque no es lo mismo”, agregó D’angelo.

“Proponemos este intercambio virtual con niños y sus familias de estas instituciones, en una actividad creativa, lúdica y participativa, para apropiarse y consolidar vínculos a partir de la narración, la oralidad y la imagen en estos tiempos del quedarnos en casa”, se puede leer desde el Facebook del grupo.