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Opinión 12 de abril de 2020

Dilemas éticos del Covid- 19

Por Lynette Hooft*

El mundo cambia a diario, Nakata. Cada día, al llegar la hora, anochece. Pero el mundo ya no es el mismo que el día anterior. Tú, Nakata, no eres el mismo que ayer. ¿Me captas? La frase del escritor Haruri Murakami me desvela desde que tomé real conciencia del impacto que tiene y tendrá el Covid en nuestras vidas. El mundo cambió para siempre. Y nosotros también.

Toda situación social extrema requiere adoptar medidas extraordinarias. La pandemia no es excepción. En Argentina llevamos más de quince días en aislamiento social preventivo obligatorio y yo, como gran parte de la ciudadanía, estoy en un virtual estado de suspensión. El Covid 19 generó un impacto global social y económico tal que dará lugar a un cambio de paradigma impensado pocos meses atrás.

Afuera hay un mundo que palpita de manera diferente. Debemos ser conscientes de que el comportamiento humano es y será un factor determinante para controlar la expansión de un virus que nos atraviesa como sociedad y nos enfrenta a dilemas éticos que conllevan múltiples aristas y abren paso a conflictos de valores que tenemos que enfrentar.

Una pandemia es un escenario adverso para hallar una respuesta o una solución apropiada para los dilemas y urgencias que se presentan y que afectan los derechos y la dignidad humana. Desde una perspectiva bioética la clave para la toma de decisiones que impactan en la sociedad y en la vida cotidiana de las personas es que se tomen escuchando las distintas voces de los expertos, y que se decida con prudencia luego de una cuidadosa ponderación de los valores comprometidos.

El análisis debe ser multidisciplinario. Si trabajamos interdisciplinariamente, y evitamos tomar decisiones unilaterales, podremos prever y evitar un escenario estremecedor como el de días atrás cuando millones de jubilados debieron salir de sus casas para cobrar en medio del aislamiento. Una imagen triste y dolorosa que fue noticia en el mundo porque los protagonistas eran adultos mayores que, justamente, representan a uno de los principales grupos de riesgo de nuestra sociedad.

Vivimos una situación desconocida y amenazante. Coronavirus es el nombre de un virus que enferma, y la enfermedad nos enfrenta con nuestra propia vulnerabilidad y finitud. Aquello que afecta y circunda lo más profundo de la persona sólo puede abordarse de modo compasivo.

La bioética puede aportar una mirada transdisciplinaria para afrontar y atravesar la pandemia mundial. Una mirada integral que también es escucha sensible, empática, altruista y solidaria. Un espacio de contención para trabajadores, personal y profesionales de la salud, y familias damnificadas.

El mundo cambió. En verdad ya no somos los mismos. Trabajando, padeciendo o en estado de aislamiento, todos sentimos y valoramos la realidad de un modo diferente. Quizás el Covid 19 no sólo nos enfrente a múltiples dilemas. Quizás también suponga un aprendizaje. Y cuando esto pase seamos una sociedad más consciente del prójimo y más humanizada.

 

(*) Profesora en Filosofía por la UNMDP y  Magister en Bioética por la URL – Barcelona, España.