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Opinión 7 de marzo de 2018

Dime que me quieres aunque sea mentira

Por Daniel Merro Johnston desde España [email protected]

En sobre azul y con sorpresa madrileña, el sábado recibí una carta de Doménico Adelli.

Tiene noventa y tres años, vive en Buenos Aires y participó en la construcción de la “casa sobre el arroyo” de Mar del Plata, una de la tres obras más importantes de la arquitectura moderna en Argentina, que permanece en un inexplicable casi-abandono desde hace cincuenta años.

“_Daniel, tú sabes la historia. Trabajé allí, la admiré, lamenté su abandono, presencié su incendio, y sigo atento a lo que pasa con ella.

He escuchado y apuntado estas palabras año tras año pero ya he perdido su significado:

Inauguración, evento, declaración, conservación integral, acto, firma, acuerdo, convenio, proyecto, plan director, archivo.

Protocolo, reunión, comisión técnica, funcionario, aprobación, dirección nacional, asesoría, instancia, expropiación, nueva inauguración.

Recuperación ambiental, gestión, museo, preservación patrimonial, re-inauguración, centro de interpretación, puesta en valor, análisis, digitalización, patología. ¿Me puedes explicar qué quieren decir?

Te aseguro que no sé si refieren a la política, a la casa o a otros relatos fantásticos”. No pude responder enseguida. Estoy lejos y tuve la esperanza que esta vez fuese diferente.

Llamé a Claudio, hijo menor del gran arquitecto argentino Amancio Williams, autor de esa gran obra, y me dijo: “Supe que estaban trabajando en el proyecto de restauración. Hace unos meses, me convocaron para mostrarme la documentación. Dado el volumen de información les pedí que lo imprimieran o que me dieran un CD para estudiarlo en mi oficina, pero me dijeron que no podían hacer ninguna de las dos cosas. No pude analizarla y nada pude aportar”

Quizá Graciela Di Iorio, que estuvo en la gestión de la casa hasta 2015, tuviera un panorama más amplio. Me respondió enseguida:“_La obra quedó a cargo de la Dirección Nacional de Arquitectura. Por el momento, las tareas están suspendidas, no se completó el Pabellón de Servicio y aún no se inició la restauración”.

La última posibilidad que me quedaba era preguntar a Pablo Mastropasqua, arquitecto marplatense siempre muy ligado al proyecto. Muy apenado me confiesa: “_No, nada, Daniel….hace tres años comenzaron la restauración del área de servicio pero hubo que abandonarla por falta de pago. El gobierno mucho bla bla y cero participación. Solo hay unos dibujos tan bonitos como falsos, como los que vi en la Bienal de arquitectura de octubre 2017, con proyectos para la segunda manzana que no es de propiedad pública”

Los años pasan y cada tanto alguien le miente, le dice que la quiere en el misterioso lenguaje que Doménico ya no reconoce.

Quizá les interese restaurar la casa, pero se marean, los embriaga el deseo de inaugurar, hacer anuncios, fotografiarse, publicar, construir relatos.

El escorpión, una y otra vez, pica la rana que le ayuda a cruzar el río y ambos se ahogan en mitad de la corriente. Es su naturaleza.

No sé qué contestarle. Quizá Doménico espere una respuesta alentadora. No quiero mentirle. ¿Alguien me ayuda?

  • Daniel Merro Johnston es arquitecto por la Universidad de Córdoba, Argentina y Doctor en
    arquitectura por la Universidad Politécnica de Madrid.
    En la actualidad es Profesor en la Universidad de Alcalá de Henares e investigador sobre la
    Modernidad en Latinoamérica.