Germaine Jannine Marie Tolard, la gran artista del tapiz descubierta a los 96 años cuya historia fue dada a conocer el mes pasado por LA CAPITAL, fue premiada ayer por la Asociación de Geriatría y Gerontología de Mar del Plata en el marco de la 20° entrega de distinciones a la trayectoria de personas de la tercera edad.

Su lucidez y habilidad para el bordado gobelino, técnica mediante la cual crea verdaderas obras de arte reproducidas como tapices, fue descubierta hace muy poco tiempo, al encontrarla trabajando durante horas sobre su bastidor, sobre la calle Alberdi, junto a un ventanal a la calle, acompañada por su gato Kiki.

Germaine, nacida en Francia y radicada en Mar del Plata, fue una de las personas distinguidas por la Asociación de Geriatría y Gerontología en el marco de un acto realizado en el nivel cines de Los Gallegos Shopping, donde una veintena de adultos mayores fueron reconocidos por su trayectoria, su solidaridad, su compromiso con la comunidad y su historia de vida.

Germaine Tolard, de 96 años, y su lugar en el mundo. Junto a la ventana a Diagonal Alberti, el bastidor y sobre la pared una parte de sus obras.

Autoridades de la asociación que preside la licenciada Silvana Pianciola hicieron entrega de un merecido reconocido a Germaine Jannine Marie Tolard por su talento, sus tantísimas obras y su carisma entrañable. Emocionada, espero por el turno de su distinción sentada en primera fila con su elegantísuimo sombrero parisino que realiza su mirada y su sonrisa siempre predispuesta.

Germaine abrazó esta rutina de bordar obras de arte a sus 70 años. Se enfocó en la técnica del goberlino -arte textil francés que se remonta al Siglo XVII- que en su pueblo natal, Chateau Chinon, en la Borgoña, había conocido en la escuela primaria. Y de allí en más se dedicó a “trabajar, trabajar y trabajar” para mejorar su talento y perfeccionar su trabajo.

Acto de entrega de distinciones de la Asociación de Geriatría y Gerontología

Ayer, a sus 96 años, esta artista recién descubierta fue distinguida, aplaudida de pie y ovacionada por una sala llena de adultos mayores, profesionales, representantes de la Universidad Atlántida Argentina y autoridades de la Defensoría del Pueblo de General Pueyrredon y la Defensoría del Pueblo de la Provincia de Buenos Aires. Sus palabras de agradecimiento dejaron en evidencia que no hay edad para emprender proyectos y ni para encontrarle nuevos sentidos a la vida.