Las cuadrillas de EDEA dirigen por estas horas los esfuerzos a atender exclusivamente aquellas situaciones que implican riesgo eléctrico en la vía pública, y que ponen en peligro la integridad física de las personas.

Recién mañana miércoles, una vez que las condiciones del tiempo mejoren, tendrá un diagnóstico más claro de los daños ocasionados y del tiempo que demandará la normalización del servicio.

En un comunicado difundido desde la casa central de la distribuidora de energía se indica “las condiciones climáticas adversas que se hicieron más extremas con el correr de las horas, hacen imposible avanzar en las tareas de normalización del suministro en las zonas afectadas, ya que implica un serio riesgo para el personal que lleva adelante dichas tareas. La caída de árboles y la voladura de elementos contundentes, como así también la inestablidad de los hidroelevadores a causa de las fuertes ráfagas de viento, conllevan un alto grado de peligrosidad para los operarios a cargo de los trabajos”.

Por otra parte, se recomienda a la población que “no transite por la vía pública, ya que todavía pueden existir cables o equipos eléctricos caídos con tensión, a pesar de la intensa labor realizada desde el inicio del temporal”.

Para tener una noción de la magnitud de las tareas emprendidas por EDEA, hay más de 500 reclamos pendientes, 90 postes rotos y casi una treintena de distribuidores de media tensión fuera de servicio.